09 Agosto 2013
Reposan destartalados, abollados, tapados de tierra o casi nuevos. Muchos vehículos secuestrados que están a disposición del Poder Judicial y bajo guarda de la Policía ocupan la salida de las cocheras privadas, generan cuellos de botella en el tránsito y debajo de ellos se acumula basura que los barrenderos no pueden o no quieren levantar. Todo esto sucede en las cuadras de las seccionales policiales.
Sus vecinos, indignados, llaman a las autoridades municipales para que los saquen; la Municipalidad se comunica con la Policía para que los retiren de la vía pública y la respuesta es: "no tenemos dónde llevarlos". Sucede que esos autos o motocicletas esperan a sus verdaderos dueños que, para retirarlos, deben tener todos los papeles de titularidad al día, como la tarjeta verde o la adjudicación, y la autorización judicial. Entonces esos rodados pueden descansar sobre las calles desde unos cuantos días hasta varios años.
En el predio de Secuestros Judiciales de la Policía (Jujuy al 1.700), donde deberían esperar hasta que los busquen o los rematen, no cabe un alfiler. "Ya no hay capacidad de guarda. Por un lado, hay un proyecto de adquisición de un terreno para alojarlos; y por el otro, está en proyecto un remate para autos que ya tienen condición de chatarra. No tenemos fecha para la subasta; eso dependerá del trámite administrativo", comentó Víctor Sánchez, subjefe de la Policía de Tucumán.
El comisario detalló que dentro del predio de Secuestros Judiciales hay 560 vehículos, entre autos, camiones y colectivos; 830 motos y unas 200 bicicletas. "En las 14 seccionales tenemos un promedio de entre cuatro y cinco autos y unas 12 o 15 motos", agregó.
Clavadas
El miércoles, 35 motos cubiertas de tierra estaban estacionadas -o estancadas- sobre los primeros metros de San Martín al 200, frente a la seccional 1ª. Albertina Fernández, con sus 35 años y con unas bolsas del supermercado colgadas de los dos brazos, trataba de esquivarlas para cruzar desde San Martín a Monteagudo. "Parece que las clavaron en el pavimento; hace años que las veo en el mismo lugar. No sé si serán las de siempre, pero ese espacio generalmente está ocupado y ocasiona problemas tanto para cruzar como para pasar en auto", renegó la mujer.
Los espacios ocupados por la Policía que más quejas vecinales ocasionan son, según la Municipalidad, San Martín y Monteagudo; Don Bosco al 2.600 (frente a la seccional 7ª) y Maipú al 400, frente a la Patrulla Urbana.
"Tratamos de coordinar con el subjefe de la Policía para que los vayan sacando. Los de la seccional 1ª son los más problemáticos, porque están en un lugar muy céntrico. A veces los ayudamos a llevarlos, pero en cuanto sacamos cuatro llegan otros seis", explicó Carlos Soto, director de Tránsito de la Municipalidad capitalina.
El acoplado de un camión, que desde hace días está estacionado en doble fila en La Madrid al 2.500 sorprende tanto a los vecinos como a los conductores. A sus costados y detrás de él se amontonan todo tipo de vehículos. "Esto siempre está lleno de autos. A veces tapan la salida de mi garage. Pero no son todos secuestrados. Hay personas que vienen a hacer trámites a la comisaría y vecinos que se hacen los tontos que aprovechan esta situación y estacionan donde quieren", renegó Juan Gramajo, quien vive cerca de la seccional 3ª. Con él coincidió el comisario Miguel Jiménez, jefe de esa dependencia. Dijo que sólo tenían guarda judicial seis o siete de todos los vehículos que estaban detenidos frente a la comisaría en ese momento.
La basura, otra vez Pastora Dolores Cholfi vive en Muñecas al 1.600 desde la década del 70. A poco tiempo de mudarse a ese lugar se enteró que instalarían frente a su casa la seccional 5ª. Por miedo o desconocimiento, quiso vender su casa, para evitar inconvenientes con los nuevos vecinos, pero no lo logró. "Al final, el único problema son los autos que están secuestrados acá; la basura se acumula debajo de ellos. El barrendero no quiere limpiar y como es una zona baja, el agua de lluvia se estanca por los desperdicios", se quejó la mujer de 84 años.
También indicó que otro problema que causan estos vehículos es que obstruyen la llegada de las ambulancias (ella sufre problema respiratorios) o de los taxis que van a buscarla. Eso la obliga a caminar muchos metros. "Miles de veces me quejé, les pedí a los policías que los sacaran y me contestaron que no tienen dónde llevarlos. Entonces, ¿qué hacemos con ellos?", preguntó.
Sus vecinos, indignados, llaman a las autoridades municipales para que los saquen; la Municipalidad se comunica con la Policía para que los retiren de la vía pública y la respuesta es: "no tenemos dónde llevarlos". Sucede que esos autos o motocicletas esperan a sus verdaderos dueños que, para retirarlos, deben tener todos los papeles de titularidad al día, como la tarjeta verde o la adjudicación, y la autorización judicial. Entonces esos rodados pueden descansar sobre las calles desde unos cuantos días hasta varios años.
En el predio de Secuestros Judiciales de la Policía (Jujuy al 1.700), donde deberían esperar hasta que los busquen o los rematen, no cabe un alfiler. "Ya no hay capacidad de guarda. Por un lado, hay un proyecto de adquisición de un terreno para alojarlos; y por el otro, está en proyecto un remate para autos que ya tienen condición de chatarra. No tenemos fecha para la subasta; eso dependerá del trámite administrativo", comentó Víctor Sánchez, subjefe de la Policía de Tucumán.
El comisario detalló que dentro del predio de Secuestros Judiciales hay 560 vehículos, entre autos, camiones y colectivos; 830 motos y unas 200 bicicletas. "En las 14 seccionales tenemos un promedio de entre cuatro y cinco autos y unas 12 o 15 motos", agregó.
Clavadas
El miércoles, 35 motos cubiertas de tierra estaban estacionadas -o estancadas- sobre los primeros metros de San Martín al 200, frente a la seccional 1ª. Albertina Fernández, con sus 35 años y con unas bolsas del supermercado colgadas de los dos brazos, trataba de esquivarlas para cruzar desde San Martín a Monteagudo. "Parece que las clavaron en el pavimento; hace años que las veo en el mismo lugar. No sé si serán las de siempre, pero ese espacio generalmente está ocupado y ocasiona problemas tanto para cruzar como para pasar en auto", renegó la mujer.
Los espacios ocupados por la Policía que más quejas vecinales ocasionan son, según la Municipalidad, San Martín y Monteagudo; Don Bosco al 2.600 (frente a la seccional 7ª) y Maipú al 400, frente a la Patrulla Urbana.
"Tratamos de coordinar con el subjefe de la Policía para que los vayan sacando. Los de la seccional 1ª son los más problemáticos, porque están en un lugar muy céntrico. A veces los ayudamos a llevarlos, pero en cuanto sacamos cuatro llegan otros seis", explicó Carlos Soto, director de Tránsito de la Municipalidad capitalina.
El acoplado de un camión, que desde hace días está estacionado en doble fila en La Madrid al 2.500 sorprende tanto a los vecinos como a los conductores. A sus costados y detrás de él se amontonan todo tipo de vehículos. "Esto siempre está lleno de autos. A veces tapan la salida de mi garage. Pero no son todos secuestrados. Hay personas que vienen a hacer trámites a la comisaría y vecinos que se hacen los tontos que aprovechan esta situación y estacionan donde quieren", renegó Juan Gramajo, quien vive cerca de la seccional 3ª. Con él coincidió el comisario Miguel Jiménez, jefe de esa dependencia. Dijo que sólo tenían guarda judicial seis o siete de todos los vehículos que estaban detenidos frente a la comisaría en ese momento.
La basura, otra vez Pastora Dolores Cholfi vive en Muñecas al 1.600 desde la década del 70. A poco tiempo de mudarse a ese lugar se enteró que instalarían frente a su casa la seccional 5ª. Por miedo o desconocimiento, quiso vender su casa, para evitar inconvenientes con los nuevos vecinos, pero no lo logró. "Al final, el único problema son los autos que están secuestrados acá; la basura se acumula debajo de ellos. El barrendero no quiere limpiar y como es una zona baja, el agua de lluvia se estanca por los desperdicios", se quejó la mujer de 84 años.
También indicó que otro problema que causan estos vehículos es que obstruyen la llegada de las ambulancias (ella sufre problema respiratorios) o de los taxis que van a buscarla. Eso la obliga a caminar muchos metros. "Miles de veces me quejé, les pedí a los policías que los sacaran y me contestaron que no tienen dónde llevarlos. Entonces, ¿qué hacemos con ellos?", preguntó.
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