Un reencuentro con viejos amigos

Seis de la tarde. El primer entrenamiento de la semana terminó hace una hora y ya todos los jugadores volvieron a casa. Todos menos él, que salió del vestuario cuando el sol se escondía tras las montañas. "Me quedé con Dante, hacía mucho no lo veía ja ja. Es gente que aprecio mucho y, la verdad, hacía falta verlos". Miguel Fernández habla del utilero y de aquellos con quienes se reencontró (el "Ratón", Max, Vega...) desde que volvió a San Martín. A su casa.

"El Monito" regresó el día después a la caída con Atlético. "Al partido lo escuché por radio. La verdad fue un amistoso y bueno... Nosotros estamos apuntando al ascenso. Yo vengo a aportar mi granito de arena", dijo el delantero. ¿Granito de arena = goles? "Sí. Creo que para eso vine, ¿no?", sonríe. Pero sabe que falta. "Hay compañeros que también tienen condiciones para hacerlos pero, por mi parte, vengo a dar lo mejor", dice, aunque (sana) competencia no es lo único que tendrá hasta ganarse un lugar.

El tucumano ex Gimnasia de Jujuy puso primera rápido: horas después a firmar el contrato que lo volvió a unir a La Ciudadela (y pasar sin problemas la revisión médica ordenada por Claudio De Camilo, jefe del departamento médico del club), se puso a disposición de Carlos Roldán, que lo vio trotar alrededor del campo mientras el resto de plantel hacía un picadito. ¿Fue tranquilo el primer día? Nada que ver... Le costó. "Uf, corrí bastante. Es que sí, tengo que ponerme en forma porque vengo de estar parado un mes", se pone serio "Monito". La puesta a punto fue la primera indicación del DT. "Me dijo que trabaje para ponerme bien físicamente y bueno, después trataré de pelear el lugar para estar dentro del equipo". 

Con más experiencia
Lo que entusiasmó a quienes dieron el visto bueno para que Fernández repita San Martín fue su continuidad en la B Nacional. El que llegó ayer fue un "Monito" crecido. "Uno va sumando experiencia. Vengo de un torneo duro y la verdad que ahí aprendí muchísimo" explica el 9, con las ganas de comenzar a demostrar lo que cuenta en el suelo que lo vio nacer.

"En Instituto no tuve muchos minutos, pero cada vez que me tocaba jugar pude convertir. Y bueno, en Gimnasia tuve el ritmo que necesitaba y creo que me fue bastante bien", se presenta de nuevo el goleador, motivadísimo.

Miguel Ángel quiere dibujar, goles, que son lo de él claro. El camino para su arte es largo, pero ayer lo comenzó a transitar. "si trabajo normal voy a llegar bien. Tengo el tiempo necesario hasta que empiece el torneo y para eso trabajaré duro". La promesa está hecha y bienvenida sea en San Martín, que se ilusiona con él.