Los riesgos de la "papolatría"

Los riesgos de la "papolatría"

Hay alguien muy preocupado por impedir que la figura de Francisco -y todo lo que representa- arrase con la humildad que debe caracterizar a un pastor. Es Jorge Bergoglio. "Recen por mí, para que no me la crea y sepa escuchar lo que Dios quiere y no lo que yo quiero", les escribió a los obispos argentinos. Da la sensación, felizmente, de que Francisco no se la cree. Pero lo que no puede evitar es la "papolatría" desatada a su alrededor.

Los sectores conservadores de la Iglesia recelan del estilo del Pontífice. "Hay quienes creen que entró en una suerte de 'papolatría', potenciada por los medios de comunicación, que desplaza la centralidad de Jesús", escribió Sergio Rubin, periodista cercano al Papa. Él es uno de los admirados testigos de todo lo que Franciso ha conseguido en Brasil. Básicamente, la celebración de la alegría de ser cristiano.

"El peligro de idolatrar al Papa y pedirle que sea quien no es" se titula un artículo de Juan Arias (El País, Madrid). En este caso la alusión es al ala progresista que espera definiciones y actos lejanos al pensamiento de Bergoglio. El prestigioso analista brasileño Clovis Rossi apunta que, hasta aquí, el Papa no ha mostradosubstancia. Arias subraya el peligro de una desilusión si lo que se aguarda es una revolución dogmática. Francisco -se sabe- se opone al matrimonio igualitario y al sacerdocio femenino. Y el miércoles pasado rechazó la potencial liberalización de las drogas.

Mientras tanto, la Curia le tendió la primera emboscada al Papa cuando ocultó los antecedentes de monseñor Battista Ricca. Francisco lo había designado su hombre de confianza para "limpiar" el banco del Vaticano y poco después trascendió que Ricca había mantenido una relación sentimental con un capitán del ejército suizo.

"¿Quiénes están desafiando al Papa? -se pregunta el periodista Christian Riavale (revista Noticias)-. ¿El lobby gay, la Curia o la nomenklatura del banco del Vaticano? Probablemente los tres".

Estos son los mares por los que Francisco conduce la barca. Hay mucho oleaje, muchas tormentas, muchas acechanzas desde las profundidades. Como siempre, llegar a puerto será una cuestión de fe.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios