Tambussi y Lenci, amigos y rivales

Tambussi y Lenci, amigos y rivales

Los delanteros de San Martín y Atlético hicieron una apuesta.

TODOS JUNTOS. De izquierda a derecha: Fabricio, Samantha, Federica, Cecilia, Guillermo, Juana e Isabella, en un momento de la cena del jueves. TODOS JUNTOS. De izquierda a derecha: Fabricio, Samantha, Federica, Cecilia, Guillermo, Juana e Isabella, en un momento de la cena del jueves.
27 Julio 2013
¿Qué hacían el jueves por la noche Cristian Lucchetti, arquero de Atlético y Gonzalo Ojeda, de San Martín? ¿Qué hacían Diego Barrado y Albano Becica? ¿Luis Vega y Franco Canever? Seguramente, comían cada uno en su casa y de a ratos, pensaban en el partido de mañana. Mientras eso pasaba, Fabricio Lenci y Guillermo Tambussi, junto a sus familias, compartían una cena en el departamento del delantero "santo" y pese a la proximidad del clásico que los tendrá enfrentados (y como titulares) reafirmaban la amistad que trajeron desde Crucero, donde fueron compañeros.

Luego de una temporada juntos en Posadas, Misiones, los amigos parecían separarse aunque sería sólo por unos días. Tambussi llegó a Tucumán el 9 de julio para firmar con San Martín. "Arreglé acá. Estoy contento", le avisó por teléfono el nuevo integrante del "santo" al, hasta allí, huérfano de club. "Buenísimo. Dale para adelante", le contestó.

Dos días después, volvería a sonar el teléfono de Lenci, también, pero serían los dirigentes "decanos" los que estarían del otro lado. "¡Veníte! La ciudad es linda, es otro grande de Tucumán y está en la B Nacional", le aconsejó Guillermo a Fabricio.

Lenci siguió el consejo y llegó junto a Samantha Bigatti (su esposa) y Federica (hija). Tambussi lo había hecho con Cecilia Balcarce (esposa)

y las pequeñas Juana e Isabella. Un grupo que no pierde la oportunidad de juntarse ni a días del clásico, un tema nada tabú. "Justo estábamos hablando del partido anterior", admite Lenci. "En Misiones compartimos asados, cumpleaños nuestros y de las nenas", confiesa Tambussi. La reunión se repetirá como sea: el perdedor debe pagar un asado.

"El fútbol tiene estas cosas", se resigna Tambussi, que ya se hizo a la idea: mañana, deberá vencer a su amigo Fabricio, que tiene que hacer lo mismo.

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