

Tenía siete años y todavía vivía en Rosario, su tierra natal. Probablemente no entendía mucho de política, pero sí tenía en claro que toda su familia era radicheta, como ella define. Poco influyó esa tradición en el preciso segundo en que los ojos de la pequeña Norma Pons se encontraron con los de Eva Perón, durante una de las visitas que la entonces primera dama hacía en aquella ciudad. La niña quedó embelesada. "Nunca más pude olvidarme de ella. Fue lo más bello que vi. La empecé a amar", recordaría.
Más de 60 años después, la actriz encarna en "Eva y Victoria" a Victoria Ocampo, un personaje que debe rivalizar con aquella figura política que la encandiló en la infancia. "Es un diálogo muy fuerte el que entablamos, de peronismo y antiperonismo. Eva viene a mi casa a pedirme algo y empezamos a discutir; ella tiene sus ideas y la Ocampo se las retruca. Muchos públicos son muy elitistas porque cuando Emilia Mazer entra vestida de Eva, el aplauso es muy fuerte. Pero cuando llega el final no sé quién se lleva los aplausos, ¿eh? Porque ella tiene sus razones, pero yo tengo las mías y no son equivocadas para nada", defiende Pons, en un párrafo en el que, como lo hará en toda la conversación, combina la primera y la tercera persona para hablar de su personaje.
- ¿Acerca de qué temas gira la discusión entre ambas mujeres?
- Fundamentalmente se trata de los derechos de la mujer. Ella viene por el voto y yo le pregunto por qué lo quiere, si es para perpetuarse en el poder. El diálogo está mechado con humor: Victoria hace reír y Eva también porque, a la larga, son dos mujeres inteligentes. La primera parte es divertida; en la segunda, Eva muere en el escenario y eso genera algo muy conmovedor. Hay un golpe bajo como no te das idea. Y todo muy bien interpretado porque con Emilia conocemos el oficio y ya hemos trabajado juntas durante tres años, porque venimos de hacer "Ocho mujeres". Hay una ovación. El público se pone de pie.
- ¿Qué conocimiento tenía de su personaje antes de abordarlo?
- En realidad, tenía más conocimiento sobre Eva. Quizás, con 20 o 25 años menos, me hubiera gustado hacer de Eva, pero lo voy a dejar para otra vida. A Victoria Ocampo la conocía, pero no estaba muy interiorizada. Tuve que estudiar mucho, fue uno de los personajes que más me ha costado hacer en mi carrera. Fue un desafío muy grande a esta altura de mi vida y estoy muy orgullosa de lo que logré. No ocurre lo mismo con Eva, que está en mí desde que la conocí. Fue muy fuerte lo que me pasó con Eva. Recuerdo que le decía a papá: "sí, acá son todos radicales pero ¿por qué los peronistas se ríen tanto? ¿Por qué ellos están tan alegres? ¿Por qué tienen una mujer que los sigue y los quiere?". Él nunca me dijo nada, me dejó libre, que pensara como quisiera. Cuando Eva murió, yo estaba en pleno centro de Rosario. Se empezaron a cerrar todas las persianas... ¡era un desastre! Tuve que luchar con todo eso y te voy a decir por qué: en mi vida, todavía no estoy en la cuenta regresiva, pese a ser una persona mayor. Tengo tanto por delante que, para mí, hoy es mañana y ya no me preocupa el ayer. Sin embargo, tuve que retroceder y me vinieron todos los recuerdos. Igualmente defendí a mi Victoria Ocampo con uñas y dientes, y pienso que la quiero y que es una mujer muy culta, y respeto sus ideas.
- ¿Qué redescubrimiento hizo de Ocampo?
- Hay muchas cosas que me gustan de ella: trajo a la Argentina la cultura universal, se preocupaba por el trabajo intelectual de los más jóvenes, hacía mucho hincapié en que hubiera más colegios y universidades, en que se lea más... Fue una autodidacta, tuvo mucho que ver con la cultura de este país. Y la cultura es lo que salva a los pueblos, sobre todo a la juventud, a la que tenemos que cuidar.

- ¿Le interesa la política?
- Muy pendiente no estoy, pero he conocido a la señora (se refiere a la presidenta Cristina Fernández) porque ha tenido grandes consideraciones con los actores. Nos ha ayudado a que nuestros derechos se cumplan rescatando la ley del doblaje, por ejemplo. También inventó eso de la TV Digital, donde pude hacer mi programa cómico, cuando los canales abiertos no me daban esa posibilidad. Otra cosa: durante más de 20 años canal Volver se mantuvo al aire usando películas con imágenes nuestras. Si estás usando tanto mi imagen, ¡caray, tenés que pagarme un dinerito! Jamás lo hizo. Ese canal vivió años de nosotros. Sin embargo, la Presidenta posibilitó que tengamos nuestro reconocimiento monetario, así que fuimos todos los actores a agradecerle. Gracias a Dios, por ese lado los actores estamos mejor, podemos vivir dignamente. Porque lo nuestro es todo exterior: siempre tenés que estar linda y bien, ¡y capaz que no tenés ni para pagar las expensas! Ahora estamos respirando.

- ¿Qué proyectos tiene en el corto plazo?
- Tengo que dejar "Eva y Victoria" a fin de mes porque yo ya había firmado un contrato para debutar en agosto, en la calle Corrientes, con "La casa de Bernarda Alba". La obra llega al teatro comercial porque siempre se había hecho en los teatros del Estado.
- ¿Le cuesta dejar "Eva y Victoria"?
- Sí, porque me gusta mucho hacerlo, con mi compañera nos entendemos y sabemos cuánto gustamos. Cuando llega ese aplauso final... Mirá m'hija: el aplauso no es gratuito. El público argentino te respeta, pero tampoco te va a aplaudir si algo no le gusta y menos se va a poner de pie. Y nosotras tenemos ese aplauso noche a noche.
Promoción del CLUB LA GACETA
Si sos socio de CLUB LA GACETA accede a la promoción 2x1 en entradas para disfrutar de esta obra. Apurate, hay 60 promociones disponibles.







