WASHINGTON, Estados Unidos. En una sorpresiva aparición ante la prensa, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, aseguró anmoche que el adolescente afroamericano asesinado en febrero del año pasado en el estado de Florida por un vigilante urbano voluntario, pudo haber sido él.
"Cuando dispararon a Trayvon Martin dije que podría haber sido mi hijo. Otra forma de decirlo, es que Trayvon Martin pude haber sido yo hace 35 años", afirmó el mandatario dando muestras de estar afectado por la muerte del joven de 17 años, informó la agencia Télam.
Obama realizó una aparición sorpresa ayer en la conferencia de prensa diaria de la Casa Blanca para expresarse sobre el caso del adolescente de color que murió tras recibir un disparo por parte de un vigilante urbano voluntario de raza blanca, George Zimmerman, quien días atrás resultó absuelto tras haber sido declarado inocente por la Justicia.
Obama planteó en su intervención la necesidad de examinar el tipo de leyes que rigen en los Estados en materia de defensa personal, conocidas en inglés como "Stand Your Ground", y de invertir tiempo en pensar "cómo apuntalamos y reforzamos a nuestros chicos africano americanos". Convocó también a que las fuerzas de seguridad reciban entrenamiento en materia del trato interracial.
Tras hacer notar que muchas de las experiencias de discriminación que sufren las personas de color en Estados Unidos también las había soportado él, recalcó que "la comunidad afroamericana está mirando a este tema a través de una serie de experiencias y una historia que no se alejan".
Asesinado cuandom regresaba a su casa
Trayvon Martin, murió en en febrero de 2012 al ser interceptado por el vigilador voluntario George Zimmerman, quien le efectuó un disparo cuando el joven regresaba a su casa tras hacer compras en una tienda, caminando bajo la lluvia con su capucha del buzo puesta.
El hecho reavivó en la sociedad el debate por las diferencias raciales y la discriminación y generó manifestaciones en repudio en varias ciudades del país, que aún continúan.
La capucha puesta sobre la cabeza, hecho que se tiende a considerar el origen del accionar de Zimmerman, condicionado por la diferencia racial, se convirtió en el símbolo de los manifestantes que marchan en nombre del adolescente por las calles del país.