La piratería ha llegado al mundo de los libros. Y ha llegado con todo…
Así lo sentí hace pocos días, cuando recorriendo la peatonal del centro de Córdoba, mi ciudad, me encontré con un mantero que ofrecía las últimas novedades del mercado editorial. Me acerqué, interesado, a observar qué títulos ofrecía este vendedor ambulante. Y ahí, entre los últimos ejemplares de la violenta saga Juegos de Tronos y de la para muchos excitante serie Cincuenta Sombras y tantos otros, los vi.
Eran los libros que yo escribí, los tres de la saga África y parecían ser de muy buena calidad. Me agaché y estiré la mano tomando uno de ellos y me preparé para sorprender al vendedor y darle una buena lección.
Tomé el libro desde su contratapa, allí donde salía mi foto. Y, aprovechando que en ella hasta estaba yo vestido con la misma ropa que en ese momento, miré al hombre -un morocho de gran porte y a su corpulenta esposa- esperando una explicación. Y, por qué no, también una disculpa...
El improvisado librero no dijo nada.
Cuando tomé otro libro y lo di vuelta, para que se quedara mi foto, bien a la vista, tampoco.
Sólo cuando pasaron unos minutos, él pareció darse cuenta de quién era yo.
Me miró y me dijo:
-Maestro ¿qué hacemos?
Yo trabajo dando clases desde hace casi treinta años y pensé, sintiéndome reconocido, que me llamaba así por mi ocupación de docente.
Él continuó:
-Maestro ¿lo va a llevar o se lo piensa leer a todo, acá, de parado?
-¿Cómo?- le pregunté, asombrado.
-Y sí… ¿Lo va a comprar o no? Se imaginará que no vengo acá un domingo a chupar frío toda la mañana para que la gente me use esto de biblioteca…
Le iba a decir que el libro que él vendía me había llevado un año escribirlo. Y mucho más tiempo aun, conseguir que una editorial lo publicara…
Su mujer se acercó, se paró frente a mí cruzando sus brazos y preguntó:
-¿Qué pasa, Negro? ¿Qué quiere este gordo?
Yo contesté:
-No, nada. Deje, nomás...
Y me alejé, como si estuviera en medio de una película.
Me fui caminando despacio, pensando en que los piratas y corsarios de los libros habían desembarcado, con sus sables de abordaje y con una gran prepotencia en las playas ya asoladas de las auténticas librerías.
Me fui pensando en que estos bucaneros editoriales ya estaban golpeando las puertas del mundo de los verdaderos libreros.
Y en que habría que hacer algo, entre todos, para no dejarlos entrar.
© LA GACETA
Hernán Lanvers - Novelista. Su trilogía Africa vendió más de 200.000 ejemplares y fue editada en Europa y Estados Unidos.