19 Julio 2013
DE LOS VALLES A BRASIL. Los chicos de Tafí, durante los preparativos del viaje. LA GACETA / ARCHIVO
BUENOS AIRES.- Más de 40.000 jóvenes argentinos iniciaron hoy su viaje a Río para encontrarse con el Papa en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), cuyos organizadores reforzaron las medidas de seguridad a raíz de nuevas protestas sociales, algunas violentas, en el país vecino.
El contingente local será la delegación extranjera más numerosa entre las que desde el lunes desbordarán las calles de la ciudad carioca, delante de la representación de Estados Unidos y por detrás de los anfitriones brasileños.
Fuentes del Equipo de Pastoral Juventud aclararon que las inscripciones para la JMJ "superaron todas las expectativas" y atribuyeron esa convocatoria a "la motivación extra de tener un Papa argentino y reencontrarse con él" apenas cuatro meses después de su elección pontificia.
"Los chicos y chicas hicieron enormes esfuerzos para costearse los gastos que implica ir a este evento histórico y se han preparado espiritualmente para participar activamente como peregrinos y no como turistas", dijo a la agencia de noticias DyN el sacerdote Mario Miceli, coordinador nacional de los grupos que asisten a la JMJ.
El mayor número deberá recorrer entre 2.500 y 5.000 kilómetros por rutas argentinas y brasileñas, y matizar con mates, canciones y oraciones un viaje a destino que, en algunos casos, demandará más de 70 horas.
El "target" del peregrino argentino oscila entre los 14 y los 35 años. La mayoría pertenece a grupos parroquiales, otros a movimientos eclesiales como los Focolares o los Neocatecumenales y un buen número a la Acción Católica y a los scouts.
También hay sacerdotes, religiosas y religiosos, además de 27 obispos que se sumarán a las delegaciones este fin de semana y predicarán varias de las catequesis en español que habrá durante la JMJ.
Mientras, en Brasil crece la expectativa y el Comité Organizador de la JMJ asegura que "está todo listo" para recibir el lunes al Papa en tierra latinoamericana.
En tanto, las autoridades políticas reformaron las medidas de seguridad, pese a que el pontífice pidió un operativo "light" para su estadía en Río.
Francisco descartó trasladarse en un papamóvil y eligió un jeep descapotado similar al que utiliza en el Vaticano.
"Es la decisión del Papa, que afronta el viaje con serenidad y confianza", argumentó el vocero de la Santa Sede, sacerdote Federico Lombardi.
Sin embargo, las protestas de las últimas horas con quema de carteles de la JMJ y los choques de manifestantes con policías hicieron que las autoridades elevaran de 12.000 a 14.000 el número de policías y militares que se desplegarán por la ciudad la semana próxima.
Lo más popular