"Queremos mostrar una Iglesia viva y unida"

"Queremos mostrar una Iglesia viva y unida"

Los tucumanos que participarán de las JMJ 2013 parten el miércoles hacia Brasil. Antes de ir a Río misionarán en Florianópolis.

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REPRESENTANTES DE TUCUMÁN. Analía, Juan Cruz, Emilio, Rafael y Josefina posan luego de la entrevista. LA GACETA / FOTO DE HÉCTOR PERALTA REPRESENTANTES DE TUCUMÁN. Analía, Juan Cruz, Emilio, Rafael y Josefina posan luego de la entrevista. LA GACETA / FOTO DE HÉCTOR PERALTA
15 Julio 2013
Ellos van a estar allí, entre los 6 millones de jóvenes que se calcula que asistirán a las Jornadas Mundiales de la Juventud en Río de Janeiro. Forman parte de un contingente de 300 personas del norte del país, entre los cuales hay seis sacerdotes y más de 60 seminaristas.

Rafael Villagra y Analía Michel pertenecen a los misioneros universitarios lourdistas; Josefina Alonso y Juan Cruz Varela, a los Apóstoles de Lourdes, y Emilio Gallo es seminarista. Saben que esa experiencia multitudinaria va a transformarlos y están dispuestos a que eso suceda. "Una jornada mundial te cambia la vida.

Ver a todos esos jóvenes con una alegría desbordante es algo que no podés describir con palabras ni compararlo. Eso, sumado al hecho de que el Papa es argentino", confiesa Juan Cruz, quien ya participó de las Jornadas que se hicieron en Madrid en 2011.

Los anima saber que todos los que estarán allí van por lo mismo, buscan lo mismo. Eso ya los acerca aunque no se conozcan. Los chicos viajarán el miércoles y durante una semana misionarán en Florianópolis. Se dividirán en grupos y trabajarán con las comunidades parroquiales del lugar. A partir del martes 23 comenzarán las actividades oficiales de la Jornada, que se extenderá hasta el 28.

Por las mañanas habrá catequesis con obispos y por la tarde, actividades culturales. Uno de los momentos más esperados es la caminata y la vigilia previa a la primera misa que el Papa Francisco oficiará en Copacabana frente a todos los jóvenes el sábado 27.

¿Qué le dirían si pudieran tenerlo cara a cara? "Le diría: 'gracias por todo lo que hace'", contesta Juan Cruz. "Que rezamos por él y le pediría que siga rezando por nosotros y por todo el mundo", responde Josefina.
Durante esos días los jóvenes de todo el mundo serán el foco de atención de los medios de comunicación. ¿Qué mensaje les gustaría transmitir? "Mostrar una Iglesia unida y viva llena de jóvenes que tiene ganas de hacer cosas", asegura Josefina.

Según Emilio, este encuentro transmite un mensaje de esperanza, de gente que está reunida por el mismo objetivo, rezando, cantando y misionando. "Es Cristo que viene a darnos su gracia  y a renovar nuestro espíritu", sostiene el joven misionero.

De Francisco dicen que admiran su humildad y lo consideran el Papa de los jóvenes. "Me gusta eso de que no se siente más, sino que, al ser la cabeza de la Iglesia, se comporta como el primer servidor", destacó Rafael.
Todos los que participan de este encuentro mundial de católicos son jóvenes que estudian y trabajan. Que están en contacto con las diferentes realidades que viven los de su edad.

Si tuvieran que reflexionar acerca de qué cosas alejan a los jóvenes hoy de la Iglesia, estos misioneros consideran que, ante todo, la desinformación y las posiciones cerradas. "Por eso creo que el mejor ejemplo es el que podemos dar con nuestra vida", señaló Rafael.

Pertenecer a un grupo católico, explican, los ayuda a sostener los valores cristianos y también a reaccionar en el momento que comienzan a equivocarse. "Creo que los vicios y creer que la felicidad viene de las cosas vanas también te alejan. Hoy todo es virtual y relativo y eso lleva a olvidarnos de Cristo que es la fuente de alegría plena", reflexiona Juan Cruz.

"Muchas veces, el mensaje cristiano es un signo de contradicción que se opone a la corriente. Va en contra de los egoísmos, de usar al otro como objeto y de obtener placer por el placer mismo. Todo eso genera incomodidad", agrega Emilio.

Ya tienen casi todo listo para partir: bolsas de dormir, colchonetas térmicas, mochilas y una ansiedad inmensa por llenarse de Cristo e intercambiar experiencias. Josefina lo sintetiza así: "Me imagino que vamos a volver con muchas ganas de contar lo que vivimos porque cuando tenés a Cristo adentro no te lo podés aguantar".

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