Edulcorantes: mitos y verdades sobre los perjuicios para la salud

Edulcorantes: mitos y verdades sobre los perjuicios para la salud

No hay evidencias científicas que prueben si los endulzantes son malos para el humano.

CLAVE EN LA DIETA. El endulzante ayuda a reducir la ingesta calórica. PREVENCION-DE-SALUD.COM CLAVE EN LA DIETA. El endulzante ayuda a reducir la ingesta calórica. PREVENCION-DE-SALUD.COM
14 Julio 2013
El espacio dedicado a los edulcorantes no calóricos crece en los supermercados. Sin embargo, siguen circulando versiones que les adjudican efectos adversos.

La pregunta tiene años de antigüedad, pero sigue vigente: edulcorantes, ¿sí o no? Las respuestas siguen sin concordar y la polémica se enciende de tanto en tanto. "El primer edulcorante data del siglo XIX -recuerda el médico Luis Olaya, fundador de la Carrera de Especialización en Nutrición de la Facultad de Medicina de la UNT y ex profesor de Historia de la Medicina-; fue la sacarina". "La polémica ya se desató entonces. Siempre que aparece un producto-alimento nuevo, se habla mal de él -añadió-, y como con todo, lo peligroso son los excesos".

Está claro que la polémica sigue vigente, a tal punto que la Universidad Isalud, el Instituto Internacional de Ciencias de la Vida (ILSI Argentina) y el Instituto Argentino para la Calidad (IAPC) realizaron en Buenos Aires un seminario internacional sobre "Beneficios y seguridad de los endulzantes no calóricos". Entre los expertos que disertaron estuvo Mauro Fisberg, pediatra y doctor en Nutrición Clínica de la Universidad Federal de San Pablo, Brasil. "Los edulcorantes llevan 70 años en la alimentación humana. Fueron estudiados para diabéticos y, más recientemente, para quienes deben controlar la ingesta calórica. Hubo muchas campañas difamatorias, pero no suficientes evidencias científicas de que el uso de por vida de endulzantes no calóricos pueda producir problemas en humanos".

Pero no son mágicos. "Son útiles para controlar el peso corporal, siempre y cuando sean parte de un estilo de vida saludable y activo, y se consuman en el marco de una dieta adecuada", resaltó Olaya.

Pero en términos generales, la clave parece ser la ingesta diaria admitida (IDA), según criterios establecidos por la OMS. Se trata de estimar, en relación con el peso corporal, la cantidad de una sustancia que alguien puede ingerir a diario toda su vida sin riesgos apreciables para su salud. "Los estudios sobre seguridad de alimentos y aditivos son más exigentes y conservadores que los de los medicamentos, porque a ellos estará expuesta toda la población. Los remedios son sólo para un grupo específico de pacientes, que los tomarán por un tiempo definido y bajo supervisión médica", resaltó Fernando Cardini, doctor en Ciencias Químicas, y director académico de la Maestría en Gestión de la Seguridad Alimentaria de la Universidad Isalud.

¿Y los chicos?

"En primer lugar, hay que tener en cuenta que como el IDA se calcula a partir del peso, los chicos llegan a límite máximo antes que los adultos", resaltó Ana Olaya, licenciada en Nutrición. Como ejemplo: un litro de gaseosa light contiene 600 mg de aspartame, cuyo valor IDA es 40 mg/kg de peso. Un adulto de 60 kilos podrá consumir 60 x 40 = 2.400 mg al día, o sea, cuatro litros de gaseosa. Para un niño de 15 kilos el IDA es 600 mg, o sea, lo que contiene un litro.

Por otra parte, aunque los cálculos de IDA se hacen de por vida, la licenciada Olaya afirma que para los chicos los edulcorantes no son la mejor opción. "Lo importante es generar buenos hábitos alimentarios. Cuando los chicos tienen sobrepeso, seguro que hay otras cosas que corregir antes de introducir edulcorantes", señaló.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios