La Casa Histórica ya no es el centro de los festejos

La solemnidad es de corta duración. Tan sólo ocho minutos le ha llevado a la comitiva presidencial el homenaje a los próceres de 1816. La ceremonia, que debería ser el epicentro de la celebración de la Declaración de la Independencia Argentina, cada vez dura menos. Y se circunscribe a la entonación del Himno Nacional, a la colocación de ofrendas florales, el minuto de silencio que recuerda a los patriotas de ayer y la firma del libro de visitantes ilustres. Cristina Fernández llegó ayer directamente desde el aeropuerto Teniente Benjamín Matienzo hasta el histórico solar. Ingresó por una de las puertas laterales, mientras la Fanfarria Alto Perú del Regimiento de Granaderos la recibía. No recorrió el patio principal. Se dirigió directamente hacia la Sala de Jura. En otros tiempos, la Casa Histórica solía ser el punto de encuentro de la argentinidad. Desde allí se pronunciaban los discursos respecto de la gesta de 1816; los funcionarios nacionales que venían cada 9 de Julio se congregaban en los patios internos de la vieja casona y hasta tenían contacto con sus pares tucumanos y con el resto de los invitados.

Por cuestión de seguridad, las manzanas adyacentes a la Casa Histórica fueron valladas horas antes de la visita presidencial. Militantes y turistas, barreras metálicas mediante, observaron de lejos la ceremonia. Ni siquiera las autoridades provinciales tuvieron el control directo del operativo. Todo se movió a través de Presidencia de la Nación.

Pese a todo ese rigor, cuatro funcionarios rompieron el hielo del contacto con la prensa. Amado Boudou, el vicepresidente de la Nación, fue el primero en hacerlo. "Tucumán es una muestra de cómo avanzó este país y por ello pensamos continuar con este proyecto", remarcó el compañero de fórmula de Cristina. Los miembros de los pueblos originarios le tiraron flores en el cabello a Boudou.

Más distendido, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, expresó que la actual gestión está comprometida "en continuar solucionando los problemas del país". Casi declaraciones de campaña proselitista que buscan marcar diferencias con los contendientes electorales, propios y opositores. A él le siguió el titular de Educación, Alberto Sileoni, que destacó la conmemoración de la fecha.

Otro que no eludió los micrófonos ni el acoso fotográfico de las integrantes del grupo teatral "Los Intérpretes" fue el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey. "Estamos felices de estar un año más acá, junto con nuestra Presidenta", remarcó. "Se hizo una sana costumbre reunirnos los 9 de Julio aquí, con la gran alegría de hacerlo en un contexto de una Argentina que va para adelante", completó.

No hubo tiempo para más. Ocho minutos de las tres horas de la visita presidencial. Algunos de los asistentes se llevaron el saludo presidencial. Otros se quedaron con las ganas. Muchos piensan que el protocolo presidencial debe modificarse. Y centrarse en la Casa Histórica, más que en el Hipódromo. Justo en ese solar donde dentro de tres años se conmemorará el Bicentenario de la Declaración de la Independencia.

En la zona del Parque 9 de Julio

EN EL SHERATON.- La última escala de Cristina Fernández en Tucumán fue el Sheraton. La presidenta de la Nación visitó el complejo hotelero apenas terminó el acto en el Hipódromo. Gustavo Lovera, gerente general del Sheraton Tucumán (foto), dio la Bienvenida a la jefa de Estado, que recorrió las instalaciones del establecimiento ubicado frente al Parque 9 de Julio. En la oportunidad, las autoridades descubrieron una placa recordatoria, que destaca la visita, con los nombres de la Presidenta, del gobernador José Alperovich y del ministro de Turismo de la Nación, Carlos Enrique Meyer. También figura el del intendente de esta ciudad, Domingo Amaya, y del presidente del Ente Tucumán Turismo, Bernardo Racedo Aragón. La placa, sin embargo, aún no fue colocada en las paredes del Sheraton Tucumán.

El traslado de la militancia.- Las calles del Parque 9 de Julio y las inmediaciones del Hipódromo estuvieron abarrotadas por los colectivos que trasladaron a miles de militantes al acto central de los festejos por el 197° aniversario de la Declaración de la Independencia. Según trascendió, el alquiler de las unidades rondó entre los $ 600 y $ 800. Ese monto cubría el arrendamiento del vehículo y del gasto de combustible. En tanto los choferes cobraron $ 150 por cada viaje. Estos valores fueron los que se manejaron para la capital y el Gran San Miguel de Tucumán. Pero para el interior las cifras aumentaron y, en algunos casos, los políticos que pagaron el alquiler de las unidades acordaron directamente con la empresa propietaria de los colectivos. En esos casos los choferes llegaron cobrar unos $ 280, más viáticos. La mayoría de los coches llevaba pegado el número del circuito al que pertenecen los militantes. Aunque algunos políticos no vacilaron en poner sus nombres.

La basura también fue protagonista.- El predio del Hipódromo de Tucumán quedó en una condición deplorable (foto). Plásticos, envases de gaseosas, cajas de cartón y hasta botellas de bebidas alcohólicas (fernet) quedaron desparramadas por todas partes. Al terminar el acto, los militantes desalojaron rápidamente las instalaciones.

Los choris y las milangas ya no rinden lo mismo.- Los humeantes puestos de ventas de comida forman parte del folclore de los actos políticos. Pero, según dijeron los vendedores consultados por este diario, la ganancia y el rendimiento de esta actividad ya no es el mismo. La grilla de precios continúa siendo económica, un choripán se podía conseguir a $ 12 o $ 15, mientras que un sandwich de milanesa "cotizaba" a $ 10 o $ 12. Pero, hace unos tres años, las ventas comenzaron a caer. "Antes venía un puntero y te compraba 70 milanesas o choripanes para que coma la gente que traían. Pero como ahora les dan una bandeja con comida más una gaseosa, ya casi nadie compra", afirmó uno de los puesteros.

Científicos apoyaron las políticas K.- Un grupo de investigadores y becarios del Conicet participó de los festejos por la 197° conmemoración del 9 de Julio. En este grupo estaban Daniel Campi, Atilio Castagnaro, Liliana Missana, Rosana Nofal y el secretario de Ciencia y Técnica de la Provincia, Javier Noguera. Juntos mostraron su agradecimiento a la presidenta Cristina Fernández por las decisiones tomadas en el sector. Los científicos se acercaron a la peatonal Congreso, frente a la Casa Histórica y con pancartas y carteles saludaron a la Presidenta. Una de las leyendas de los carteles decía: "La ciencia con Cristina".

u productos regionales para todos.- Fuentes el Gobierno provincial informaron que, en los últimos 10 años, se volvió una costumbre regalarle a la delegación presidencial productos regionales cuando visitan Tucumán. Esta vez no fue la excepción. El Ministerio de Coordinación de la Casa de Gobierno encargó 100 cajas de dulces, a una empresa local, para repartirlos entre los pasajeros de los dos aviones que trasladaron a la comitiva oficial. Estos dulces se entregaron junto con cajas que contenían empanadas frizadas. Además, hubo un pedido especial por parte del personal de Protocolo de la Nación. Para el viaje, se solicitaron colaciones de dulce de leche para la presidenta, Cristina Fernández. Estas -al parecer- serían las golosinas favoritas de la presidenta entre la variada oferta de los productos regionales fabricados en esta empresa.

u una gala sin autoridades locales.- Entre los festejos por el 9 de Julio estuvo incluida la función de gala en el teatro San Martín, en la noche del lunes. Actuó el "Cuarteto Cedrón", que festejaba 50 años con el tango. Asistió el secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia. No concurrió ninguna autoridad provincial.