05 Julio 2013
Como suele ocurrir con las personas, hay lugares que gozan de buena estrella y otros que no tienen esa dicha. Son como mujeres bellas, cuyos galanes se van en promesas de amor, que pocas veces se cristalizan. La alfombra verde hechiza los ojos al llegar. El imponente Cristo Bendicente genera una sensación de recogimiento, de pequeñez. Desde allí, se divisa la ciudad y sus alrededores y pocos kilómetros más arriba, se puede experimentar la sensación de volar. Sin embargo, San Javier pareciera detenida en el tiempo. Las carencias la persiguen a lo largo del tiempo.
En una extensa nota publicada en nuestra edición del miércoles, se indica que persiste el histórico problema de la falta de agua hasta el punto que el líquido para los baños del Centro de Interpretación, ubicado debajo del Cristo, de Juan Carlos Iramain, debe ser transportado en un cuatriciclo. Se indica que las misas se ofician una vez al mes y en el destacamento policial solo hay un policía. En el Centro Integrador Comunitario carece de médicos durante los fines de semana y tampoco hay un servicio de transporte que conecte un atractivo con otro. Por ejemplo, para ir a Loma Bola, donde se puede practicar parapente y comer en un parador, se deben caminar cuatro kilómetros. Hay sitios muy lindos que carecen de servicios básicos, como la cascada del río Noque. Tampoco hay muchos sitios donde comer, particularmente comidas típicas, así como hay carencias de basureros, de baños públicos, merenderos, asadores y puestos para comprar algo de comer. "No hay mucho turismo porque no hay infraestructura", sostiene el dueño de una hostería. Los problemas se hacen más evidentes los fines de semana con la llegada de los visitantes.
El delegado comunal atribuye la falta de crecimiento a que no hay lotes disponibles para encarar nuevos emprendimientos; estos son de la provincia. El titular del Ente de Turismo dijo que se rematarán en 2013.
Desde hace casi dos décadas, se habla de explotar turísticamente a San Javier y se anuncian proyectos de diversa índole. En noviembre de 1995, la Legislatura estudiaba un ambicioso proyecto de montar una aerosilla en la ladera del cerro que uniera la Primera Confitería y el campamento de Vialidad, en las cercanías de la hostería. En noviembre de 2006, el Ente de Turismo anunció que al año siguiente se concretaría el antiguo proyecto de la aerosilla porque la propuesta formaba parte del programa de Obras Prioritarias que contaba con el financiamiento del BID, programadas para este año. Se dijo en la oportunidad que la ejecución de los trabajos demandaría 24 meses y que se contactaría con empresarios de medios de elevación de Mendoza y Bariloche. No se volvió a hablar del asunto.
Por los proyectos incumplidos, los problemas crónicos y sin una política que promueva inversiones privadas, es posible que San Javier no figure en los planes turísticos del gobierno. Otras provincias para las que la industria sin chimeneas es una fuente importante ingresos en su economía, habrían hecho ya un sitio convocante de La Sala, donde se desparramaron las cenizas de nuestra ilustre Mercedes Sosa en 2009.
San Javier está a apenas 25 kilómetros de San Miguel de Tucumán. Cualquier provincia se disputaría un lugar tan paradisíaco como este. ¿Qué hará falta para que los tucumanos aprovechemos los dones que esta tierra privilegiada?
En una extensa nota publicada en nuestra edición del miércoles, se indica que persiste el histórico problema de la falta de agua hasta el punto que el líquido para los baños del Centro de Interpretación, ubicado debajo del Cristo, de Juan Carlos Iramain, debe ser transportado en un cuatriciclo. Se indica que las misas se ofician una vez al mes y en el destacamento policial solo hay un policía. En el Centro Integrador Comunitario carece de médicos durante los fines de semana y tampoco hay un servicio de transporte que conecte un atractivo con otro. Por ejemplo, para ir a Loma Bola, donde se puede practicar parapente y comer en un parador, se deben caminar cuatro kilómetros. Hay sitios muy lindos que carecen de servicios básicos, como la cascada del río Noque. Tampoco hay muchos sitios donde comer, particularmente comidas típicas, así como hay carencias de basureros, de baños públicos, merenderos, asadores y puestos para comprar algo de comer. "No hay mucho turismo porque no hay infraestructura", sostiene el dueño de una hostería. Los problemas se hacen más evidentes los fines de semana con la llegada de los visitantes.
El delegado comunal atribuye la falta de crecimiento a que no hay lotes disponibles para encarar nuevos emprendimientos; estos son de la provincia. El titular del Ente de Turismo dijo que se rematarán en 2013.
Desde hace casi dos décadas, se habla de explotar turísticamente a San Javier y se anuncian proyectos de diversa índole. En noviembre de 1995, la Legislatura estudiaba un ambicioso proyecto de montar una aerosilla en la ladera del cerro que uniera la Primera Confitería y el campamento de Vialidad, en las cercanías de la hostería. En noviembre de 2006, el Ente de Turismo anunció que al año siguiente se concretaría el antiguo proyecto de la aerosilla porque la propuesta formaba parte del programa de Obras Prioritarias que contaba con el financiamiento del BID, programadas para este año. Se dijo en la oportunidad que la ejecución de los trabajos demandaría 24 meses y que se contactaría con empresarios de medios de elevación de Mendoza y Bariloche. No se volvió a hablar del asunto.
Por los proyectos incumplidos, los problemas crónicos y sin una política que promueva inversiones privadas, es posible que San Javier no figure en los planes turísticos del gobierno. Otras provincias para las que la industria sin chimeneas es una fuente importante ingresos en su economía, habrían hecho ya un sitio convocante de La Sala, donde se desparramaron las cenizas de nuestra ilustre Mercedes Sosa en 2009.
San Javier está a apenas 25 kilómetros de San Miguel de Tucumán. Cualquier provincia se disputaría un lugar tan paradisíaco como este. ¿Qué hará falta para que los tucumanos aprovechemos los dones que esta tierra privilegiada?