03 Julio 2013
BUENOS AIRES.- A tres semanas del hallazgo del cadáver de Ángeles Rawson, un taxista declaró ayer que llevó al portero Jorge Mangeri con dos bolsas de residuos en el baúl del auto. El chofer explicó que el día del crimen trasladó al único acusado a la sede Colegiales de la CEAMSE con dos bolsas de basura muy pesadas. Detalló que había cargado las bolsas en el baúl del auto y que habrían contenido el cuerpo.
La declaración del testigo generó dudas en los investigadores que intentaban confirmar o descartar la versión del taxista repleta de detalles escabrosos y hasta secuestraron la aspiradora con la que el chofer dijo haber limpiado el vehículo después del traslado. Hasta ahora todos los indicios apuntaron a Mangeri. Su situación procesal debe resolverse en las próximas horas.
El pasajero
Ayer apareció un taxista que, según contó, circulaba entre las 14 ó 15 horas de aquella tarde del 10 de junio por la calle Ravignani cuando a la altura del 2300 un hombre, al que luego identificó como Mangeri, apareció entre los autos de la mano izquierda y lo detuvo para hacer un viaje.
El chofer acomodó el auto sobre la mano derecha mientras el pasajero fue a buscar dos bolsas al hall con la intención de cargarlas en el baúl del taxi, contó a la prensa el abogado Roberto Casorla Yalet, que acompañó al declarante.
Hubo una suerte de discusión, dijo el abogado, cuando el chofer le dijo al pasajero que no quería que le manchara el baúl del auto y, supuestamente, éste le garantizó que esas bolsas no ensuciaban.
Un mazazo
En ese relato, el taxista afirmó que una de las bolsas era tan pesada que el cliente no podía cargarla solo y por eso le pidió ayuda. Como él sufría un problema de cintura, le dijo que no podía y el sujeto le habría pedido colaboración a dos transeúntes que lo asistieron.
La versión del taxista agrega que una vez en el auto el pasajero le ordenó dirigirse al CEAMSE, justo a metros de donde Ángeles había hecho gimnasia en la mañana momentos antes de desaparecer.
Allí le ordenó ingresar al interior del predio, donde personal de la CEAMSE le habría tomado datos al taxista mientras el pasajero se quejaba diciendo: "¿Esto es necesario?". Tras llenar esas planillas, el supuesto Mangeri "bajó las bolsas y las acompañó hacia un galpón", dijo el abogado.
Cuando abrió el baúl una de las bolsas se movió y el portero le dio un mazazo. El taxista quiso saber qué llevaba y Mangeri le habría dicho que "un perro muerto".
El abogado aseguró que el taxista demoró en declarar por varias razones: "se lo dijo al dueño del taxi y éste le habría dicho que aguardara, temía que nadie le creyera y le daba miedo la presión mediática. Pero no aguantó más la presión de saber que quizás él fue quien trasladó el cuerpo de Ángeles". (DyN)
La declaración del testigo generó dudas en los investigadores que intentaban confirmar o descartar la versión del taxista repleta de detalles escabrosos y hasta secuestraron la aspiradora con la que el chofer dijo haber limpiado el vehículo después del traslado. Hasta ahora todos los indicios apuntaron a Mangeri. Su situación procesal debe resolverse en las próximas horas.
El pasajero
Ayer apareció un taxista que, según contó, circulaba entre las 14 ó 15 horas de aquella tarde del 10 de junio por la calle Ravignani cuando a la altura del 2300 un hombre, al que luego identificó como Mangeri, apareció entre los autos de la mano izquierda y lo detuvo para hacer un viaje.
El chofer acomodó el auto sobre la mano derecha mientras el pasajero fue a buscar dos bolsas al hall con la intención de cargarlas en el baúl del taxi, contó a la prensa el abogado Roberto Casorla Yalet, que acompañó al declarante.
Hubo una suerte de discusión, dijo el abogado, cuando el chofer le dijo al pasajero que no quería que le manchara el baúl del auto y, supuestamente, éste le garantizó que esas bolsas no ensuciaban.
Un mazazo
En ese relato, el taxista afirmó que una de las bolsas era tan pesada que el cliente no podía cargarla solo y por eso le pidió ayuda. Como él sufría un problema de cintura, le dijo que no podía y el sujeto le habría pedido colaboración a dos transeúntes que lo asistieron.
La versión del taxista agrega que una vez en el auto el pasajero le ordenó dirigirse al CEAMSE, justo a metros de donde Ángeles había hecho gimnasia en la mañana momentos antes de desaparecer.
Allí le ordenó ingresar al interior del predio, donde personal de la CEAMSE le habría tomado datos al taxista mientras el pasajero se quejaba diciendo: "¿Esto es necesario?". Tras llenar esas planillas, el supuesto Mangeri "bajó las bolsas y las acompañó hacia un galpón", dijo el abogado.
Cuando abrió el baúl una de las bolsas se movió y el portero le dio un mazazo. El taxista quiso saber qué llevaba y Mangeri le habría dicho que "un perro muerto".
El abogado aseguró que el taxista demoró en declarar por varias razones: "se lo dijo al dueño del taxi y éste le habría dicho que aguardara, temía que nadie le creyera y le daba miedo la presión mediática. Pero no aguantó más la presión de saber que quizás él fue quien trasladó el cuerpo de Ángeles". (DyN)
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