29 Junio 2013
DOLOR Y EMOCIÓN. Una niña llora y su familia busca acercarse al hospital donde está internado Mandela. REUTERS
JOHANNESBURGO.- La salud del ex presidente sudafricano Nelson Mandela, gravemente enfermo, ha mejorado notablemente en los últimos días, aseguró su ex esposa Winnie Madikizela-Mandela.
"Comparado con el estado en que se encontraba hace unos días, hay una enorme mejora", declaró la ex compañera de Mandela en la lucha contra el Apartheid a la prensa en Soweto, un suburbio de Johannesburgo. No obstante, admitió que el estado de Mandela, de 94 años, de ninguna manera es bueno en estos momentos.
Mandela se encuentra hospitalizado desde el 8 de junio a causa de una infección pulmonar recurrente. En los últimos días, la oficina de la presidencia de Sudáfrica había puntualizado que su estado de salud había paasdo de "grave" a "crítico". Esta es la cuarta vez en seis meses que el premio Nobel de la Paz ha tenido que ser hospitalizado.
Desde la noche del miércoles, la salud de líder sudafricano mejoró y es de nuevo "estable", anunció la Presidencia, aunque aclaró que su estado sigue siendo "crítico".
Parientes polémicos
Durante una breve intervención ante los periodistas, Winnie Mandela agradeció a los sudafricanos el inmenso cariño que está recibiendo la familia.
La ex esposa de Madiba -como se conoce popularmente al ex presidente en Sudáfrica- precisó que el estado de salud del célebre paciente es el que la Presidencia comunica. Desmintió, así, los rumores sobre una posible ocultación de la situación real de la salud de su ex marido por parte de las autoridades nacionales.
Winnie estuvo casada entre 1957 y 1996 con Nelson Mandela, y juntos tuvieron dos hijas. Figura polémica y, al mismo tiempo, muy popular, la ex esposa fue una destacada figura en los tiempos de lucha en el gueto negro de Soweto, en donde mantuvo vivo el nombre de su marido, encarcelado desde 1964.
Winnie fue condenada a seis años de cárcel en 1991 junto a varios de sus guardaespaldas por las torturas y el asesinato del adolescente de 14 años, Stompie Seipei, en 1989 en su casa de Soweto. La condena quedó finalmente en una multa, y no tuvo que volver a unas prisiones que conoció bien en los años de administración segregacionista.
Durante la jornada de ayer, cientos de sudafricanos continuaron realizando vigilias de oración y efectuando tributos al ex jefe de Estado. "Para mí, Mandela es un profeta que trajo paz y oportunidad. Hizo posible que un hombre negro como yo viva en un país que era sólo para blancos", señaló un pintor.
Mientras el Premio Nobel de la Paz lucha por su vida, se conoció que una disputa entre miembros de su familia por el panteón familiar llegó a los tribunales, cuando su hija mayor y otros parientes promovieron una orden judicial contra Mandla, el nieto del ex mandatario.
Un tribunal en Mthatha ordenó a Mandla la devolución de los restos de tres de los hijos de Mandela desde el poblado de Mvezo (allí nació el ex mandatario y Mandla es actualmente un influyente jefe tribal) a Qunu, una ciudad ubicada a 20 kilómetros, donde el ícono de la política sudafricana pasó la mayor parte de su niñez.
Los tres cuerpos fueron retirados del panteón de la familia Mandela en Qunu hace dos años, y volvieron a ser enterrados en Mvezo, donde Mandla construyó un centro conmemorativo que muchos han interpretado como un intento para asegurarse de que el líder antiapartheid sea sepultado en ese lugar. (DPA-Reuters)
"Comparado con el estado en que se encontraba hace unos días, hay una enorme mejora", declaró la ex compañera de Mandela en la lucha contra el Apartheid a la prensa en Soweto, un suburbio de Johannesburgo. No obstante, admitió que el estado de Mandela, de 94 años, de ninguna manera es bueno en estos momentos.
Mandela se encuentra hospitalizado desde el 8 de junio a causa de una infección pulmonar recurrente. En los últimos días, la oficina de la presidencia de Sudáfrica había puntualizado que su estado de salud había paasdo de "grave" a "crítico". Esta es la cuarta vez en seis meses que el premio Nobel de la Paz ha tenido que ser hospitalizado.
Desde la noche del miércoles, la salud de líder sudafricano mejoró y es de nuevo "estable", anunció la Presidencia, aunque aclaró que su estado sigue siendo "crítico".
Parientes polémicos
Durante una breve intervención ante los periodistas, Winnie Mandela agradeció a los sudafricanos el inmenso cariño que está recibiendo la familia.
La ex esposa de Madiba -como se conoce popularmente al ex presidente en Sudáfrica- precisó que el estado de salud del célebre paciente es el que la Presidencia comunica. Desmintió, así, los rumores sobre una posible ocultación de la situación real de la salud de su ex marido por parte de las autoridades nacionales.
Winnie estuvo casada entre 1957 y 1996 con Nelson Mandela, y juntos tuvieron dos hijas. Figura polémica y, al mismo tiempo, muy popular, la ex esposa fue una destacada figura en los tiempos de lucha en el gueto negro de Soweto, en donde mantuvo vivo el nombre de su marido, encarcelado desde 1964.
Winnie fue condenada a seis años de cárcel en 1991 junto a varios de sus guardaespaldas por las torturas y el asesinato del adolescente de 14 años, Stompie Seipei, en 1989 en su casa de Soweto. La condena quedó finalmente en una multa, y no tuvo que volver a unas prisiones que conoció bien en los años de administración segregacionista.
Durante la jornada de ayer, cientos de sudafricanos continuaron realizando vigilias de oración y efectuando tributos al ex jefe de Estado. "Para mí, Mandela es un profeta que trajo paz y oportunidad. Hizo posible que un hombre negro como yo viva en un país que era sólo para blancos", señaló un pintor.
Mientras el Premio Nobel de la Paz lucha por su vida, se conoció que una disputa entre miembros de su familia por el panteón familiar llegó a los tribunales, cuando su hija mayor y otros parientes promovieron una orden judicial contra Mandla, el nieto del ex mandatario.
Un tribunal en Mthatha ordenó a Mandla la devolución de los restos de tres de los hijos de Mandela desde el poblado de Mvezo (allí nació el ex mandatario y Mandla es actualmente un influyente jefe tribal) a Qunu, una ciudad ubicada a 20 kilómetros, donde el ícono de la política sudafricana pasó la mayor parte de su niñez.
Los tres cuerpos fueron retirados del panteón de la familia Mandela en Qunu hace dos años, y volvieron a ser enterrados en Mvezo, donde Mandla construyó un centro conmemorativo que muchos han interpretado como un intento para asegurarse de que el líder antiapartheid sea sepultado en ese lugar. (DPA-Reuters)
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