28 Junio 2013
En este juego del entrenador, cada uno elevará su propio análisis; tendrá sus propias conjeturas y valorará lo bueno y lo malo que se pudo haber hecho (o no) en una temporada. El objetivo en Atlético se cumplió. Se llegó a superar la barrera de los 50 puntos, pero el paladar del hincha volaba muy por encima de ese 51 que ubicó al "decano" en el pelotón del medio.
Atlético, que en algún momento del torneo acusó factura de candidato, perdió el pergamino de equipo duro con el transcurso de las fechas. Y la sentencia recae por igual en todos sus protagonistas: los que jugaron mucho, los que jugaron poco; los que casi no entraron y los que la vieron de afuera el campeonato entero.
Un plantel es una familia que se apoya y se defiende. Eso hizo este grupo que se fue del club: siempre tiró para el mismo lado, aunque los resultados le hayan sido adversos y la crisis económica los haya golpeado seguido. Faltó nivel, sí, claro. Faltó compañía para Luis Rodríguez, por supuesto. Faltó de todo, puede ser. "Pero nunca faltaron ganas. Se modificó el planteo táctico, sí, pero nunca las ganas de jugar al fútbol y de ganar", explica Ricardo Rodríguez, el padre de una criatura que no enamoró pese a que cumplió lo que se propuso: zafar del descenso.
Hay una verdad que pocos saben. De los 14 futbolistas que llegaron al "decano", apenas dos fueron extraídos de la lista del DT. Y, en su momento, "RR" no le echó la culpa públicamente a nadie, asumió su rol y aceptó las cartas que le dieron. Hoy tampoco critica. "Han cumplido, algunos más que otros, pero cumplieron", defiende a sus ex el técnico, que también está en veremos. "Dependo de Leito; de que gane Leito y que después me confirme en el cargo", aclara quien por ahora descansa en su casa en Buenos Aires y trata de no pensar en su futuro, porque: "la prioridad la van a tener Atlético", explica un Rodríguez que necesita revancha. Una vendetta que piensa tomarse siempre y cuando él decida con qué soldados contar. "La idea es que tenga la prioridad para elegir, que sean jugadores de mi gusto. Si bien yo apoyé a los que se trajeron, no todos fueron de mi paladar. Sólo vinieron uno o dos. Del resto, me preguntaban si me gustaba fulano, yo decía que no e igual me lo traían". No habrá caza de brujas ni incineradas a futbolistas en estas líneas. Cada uno sabe qué hizo y qué no en cancha, aclara "RR", cuya intención es retener a una pequeña porción de libres de los que ya estuvieron. ¿Los candidatos? Francisco Dutari, Deivis Barone, Gonzalo Bustamante, Cristian Lucchetti y Matías Ballini. Ninguna de estas contrataciones será sencilla, sobre todo la de "Bayo". A todo esto, "RR" reza para que "Pulguita" continúe en el club. Su vacío será complicadísimo de llenar. "Si él está, al menos dos goleadores de nombre habría que traer. Y si no se queda, habrá que ampliar los márgenes".
Rodríguez no pide cantidad, pide calidad. Habla sin nombrar a nadie. "Sería una falta de respeto decir qué quiero cuando no sé si estoy o no. Sería una falta de respeto para los jugadores del club, la gente y los que ya se fueron", se excusa. Una sensación no lo deja tranquilo. "Siempre se habló de lo malo, está bien, aunque a veces habría que hacer notar lo bueno: ganamos un clásico, dejamos afuera a los jujeños, tuvimos el goleador del torneo, peleamos bien en la Copa Argentina", tira un par de datos positivos el "Negro" y después levanta la alfombra. "Nos faltó regularidad, no supimos cerrar algunos partidos. No me pareció que Atlético haya formado un equipo para ser campeón", dice.
¿Se fue tranquilo? No. "Me dio la sensación de que se podría haber hecho algo mejor. Podríamos haber sumado más puntos de local y la dejamos pasar. No supimos dar el golpe"
No hubo efecto dominó de felicidad en el "decano". Ezequiel Cacace; Agustín Peña, Líder Mármol, Diego Calgaro, Leandro Collavini, Gabriel Méndez, Juan Pablo Pereyra, Federico Almerares y Juan Manuel Cobelli, posiblemente, se hayan despedido en silencio por la puerta de atrás. No fue su temporada y lo sintieron. Es tiempo de hacer borrón y cuenta nueva, como hace la familia cuando se pelea.
Atlético, que en algún momento del torneo acusó factura de candidato, perdió el pergamino de equipo duro con el transcurso de las fechas. Y la sentencia recae por igual en todos sus protagonistas: los que jugaron mucho, los que jugaron poco; los que casi no entraron y los que la vieron de afuera el campeonato entero.
Un plantel es una familia que se apoya y se defiende. Eso hizo este grupo que se fue del club: siempre tiró para el mismo lado, aunque los resultados le hayan sido adversos y la crisis económica los haya golpeado seguido. Faltó nivel, sí, claro. Faltó compañía para Luis Rodríguez, por supuesto. Faltó de todo, puede ser. "Pero nunca faltaron ganas. Se modificó el planteo táctico, sí, pero nunca las ganas de jugar al fútbol y de ganar", explica Ricardo Rodríguez, el padre de una criatura que no enamoró pese a que cumplió lo que se propuso: zafar del descenso.
Hay una verdad que pocos saben. De los 14 futbolistas que llegaron al "decano", apenas dos fueron extraídos de la lista del DT. Y, en su momento, "RR" no le echó la culpa públicamente a nadie, asumió su rol y aceptó las cartas que le dieron. Hoy tampoco critica. "Han cumplido, algunos más que otros, pero cumplieron", defiende a sus ex el técnico, que también está en veremos. "Dependo de Leito; de que gane Leito y que después me confirme en el cargo", aclara quien por ahora descansa en su casa en Buenos Aires y trata de no pensar en su futuro, porque: "la prioridad la van a tener Atlético", explica un Rodríguez que necesita revancha. Una vendetta que piensa tomarse siempre y cuando él decida con qué soldados contar. "La idea es que tenga la prioridad para elegir, que sean jugadores de mi gusto. Si bien yo apoyé a los que se trajeron, no todos fueron de mi paladar. Sólo vinieron uno o dos. Del resto, me preguntaban si me gustaba fulano, yo decía que no e igual me lo traían". No habrá caza de brujas ni incineradas a futbolistas en estas líneas. Cada uno sabe qué hizo y qué no en cancha, aclara "RR", cuya intención es retener a una pequeña porción de libres de los que ya estuvieron. ¿Los candidatos? Francisco Dutari, Deivis Barone, Gonzalo Bustamante, Cristian Lucchetti y Matías Ballini. Ninguna de estas contrataciones será sencilla, sobre todo la de "Bayo". A todo esto, "RR" reza para que "Pulguita" continúe en el club. Su vacío será complicadísimo de llenar. "Si él está, al menos dos goleadores de nombre habría que traer. Y si no se queda, habrá que ampliar los márgenes".
Rodríguez no pide cantidad, pide calidad. Habla sin nombrar a nadie. "Sería una falta de respeto decir qué quiero cuando no sé si estoy o no. Sería una falta de respeto para los jugadores del club, la gente y los que ya se fueron", se excusa. Una sensación no lo deja tranquilo. "Siempre se habló de lo malo, está bien, aunque a veces habría que hacer notar lo bueno: ganamos un clásico, dejamos afuera a los jujeños, tuvimos el goleador del torneo, peleamos bien en la Copa Argentina", tira un par de datos positivos el "Negro" y después levanta la alfombra. "Nos faltó regularidad, no supimos cerrar algunos partidos. No me pareció que Atlético haya formado un equipo para ser campeón", dice.
¿Se fue tranquilo? No. "Me dio la sensación de que se podría haber hecho algo mejor. Podríamos haber sumado más puntos de local y la dejamos pasar. No supimos dar el golpe"
No hubo efecto dominó de felicidad en el "decano". Ezequiel Cacace; Agustín Peña, Líder Mármol, Diego Calgaro, Leandro Collavini, Gabriel Méndez, Juan Pablo Pereyra, Federico Almerares y Juan Manuel Cobelli, posiblemente, se hayan despedido en silencio por la puerta de atrás. No fue su temporada y lo sintieron. Es tiempo de hacer borrón y cuenta nueva, como hace la familia cuando se pelea.
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