Del viejo periodismo

Del viejo periodismo

La prensa tucumana a fines del XIX.

DIARIOS TUCUMANOS. Portadas de ejemplares de fines del siglo XIX y comienzos del XX, que coleccionaba Antonio Moreno Alvariza, en una foto de 1916. LA GACETA / ARCHIVO DIARIOS TUCUMANOS. Portadas de ejemplares de fines del siglo XIX y comienzos del XX, que coleccionaba Antonio Moreno Alvariza, en una foto de 1916. LA GACETA / ARCHIVO
Una página de 1923 del doctor Juan Heller (1883-1950), pintaba al periodismo de Tucumán en la última década del siglo XIX. Esto a propósito de su evocación de León Rosenvald, el fundador del vespertino "El Orden".

Expresaba que "el periodismo traducía en esos tiempos, mucho más que en estos tiempos, la actividad cotidiana, los anhelos de la opinión, la historia de la comunidad, el roce de los intereses y de las pasiones".

Agregaba que "la ausencia de la revista, el libro escaso, la tribuna vacía, le daban la importancia y la autoridad que ahora le disminuyen, sin quitársela, estos medios más severos de expresión". Tucumán era una aldea y el diario se escribía "para los lectores de la aldea". Es decir, "en medio de todas esas menudas y permanentes hostilidades de los pequeños mundos tan saturados de pasión, de malicia y de suspicacia, que tornan imposible la impersonalidad de la crítica".

En cuanto a los periodistas, había "también mucha parte de belleza en la acción de estos grandes obreros del esfuerzo. Son conquistadores que prueban la excelencia y el temple de la obra con la obra misma". Recordaba que el artesano de la colonia edificaba su casa con tierra y maderas del lugar, y adecuaba las proporciones a su diversidad y resistencia, sin añadirle elementos importados que tampoco nadie podía proporcionarle.

En el caso de "El Orden", juzgaba que había perdurado por un proceso similar: era una obra "amasada con las sustancias más esenciales del medio en que nació".

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