26 Junio 2013
REUTERS
FORTALEZA.- La previa de la segunda semifinal de la Copa Confederaciones se transformó en una telenovela para España con todos los condimentos y varios capítulos en un solo día: el hotel que los aloja en Brasil admitió un altercado con los jugadores ya que habrían intentado ingresar a las habitaciones con mujeres ajenas a la concentración en la madrugada del jueves pasado tras ganarle a Uruguay y luego de una noche de fiesta. ¿La idea? Jugar "strip-poker".
"Tras atravesar el lobby, fueron retiradas de los ascensores, lo que generó la irritación de los españoles. Arrojaron los controles remotos de televisores, agua y jabones por las ventanas causando un perjuicio al hotel y a las personas en la calle", le dijo una fuente del hotel citada al portal deportivo de la cadena O'Globo, en Brasil.
"El hotel no permite subir a las habitaciones a personas que no están registradas como huéspedes, y esa madrugada les hicimos saber eso al grupo de jugadores que llegaban de una noche de fiesta", dijo otra fuente del hotel Luzeiros que desdramatizó la reacción del plantel ante la negativa, diferenciándose de la anterior. "Ellos comprendieron nuestra política y se despidieron de sus invitadas", añadió el responsable del hotel, que se identificó como Rafael pero pidió no dar su apellido.
Todo surgió luego de la denuncia de un robo en la habitación de Gerard Piqué. "Lo vieron como la única solución que tenían. Estar en un hotel y que te roben es muy desagradable. No querían aceptarlo y por eso salen con esta mentira", aseguró. "No puedes jugar con la reputación de España y jugar con familias, niños, novias que tenemos algunos. Tenemos una historia superlimpia y honesta", se quejó Sergio Ramos, desacreditando todo rumor.
Así, el partido de mañana a las 16 ante Italia casi que quedó en un segundo plano y los que descansan tranquilos mirando como se desarrolla el culebrón brasileño, son los "tanos". "Si hubo fiesta esperamos que se hayan cansado", bromeó Claudio Marchisio, volante de la "azzurra". (Especial-DPA)
"Tras atravesar el lobby, fueron retiradas de los ascensores, lo que generó la irritación de los españoles. Arrojaron los controles remotos de televisores, agua y jabones por las ventanas causando un perjuicio al hotel y a las personas en la calle", le dijo una fuente del hotel citada al portal deportivo de la cadena O'Globo, en Brasil.
"El hotel no permite subir a las habitaciones a personas que no están registradas como huéspedes, y esa madrugada les hicimos saber eso al grupo de jugadores que llegaban de una noche de fiesta", dijo otra fuente del hotel Luzeiros que desdramatizó la reacción del plantel ante la negativa, diferenciándose de la anterior. "Ellos comprendieron nuestra política y se despidieron de sus invitadas", añadió el responsable del hotel, que se identificó como Rafael pero pidió no dar su apellido.
Todo surgió luego de la denuncia de un robo en la habitación de Gerard Piqué. "Lo vieron como la única solución que tenían. Estar en un hotel y que te roben es muy desagradable. No querían aceptarlo y por eso salen con esta mentira", aseguró. "No puedes jugar con la reputación de España y jugar con familias, niños, novias que tenemos algunos. Tenemos una historia superlimpia y honesta", se quejó Sergio Ramos, desacreditando todo rumor.
Así, el partido de mañana a las 16 ante Italia casi que quedó en un segundo plano y los que descansan tranquilos mirando como se desarrolla el culebrón brasileño, son los "tanos". "Si hubo fiesta esperamos que se hayan cansado", bromeó Claudio Marchisio, volante de la "azzurra". (Especial-DPA)
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