Luis "El Gordo" Olivera, que fue aprehendido anoche en el marco de la investigación de la muerte de Paulina Lebbos, declaró en Tribunales ante el fiscal Diego López Ávila y terminó detenido. El testigo trabaja en un club de El Cadillal donde, según la versión aportada por Alberto Lebbos, el padre de la víctima, podrían haber ocultado el cadáver antes de arrojarlo a la vera de la ruta 341 en Tapia, entre febrero y marzo de 2006.
Lebbos sospecha que hasta ese lugar de El Cadillal llevaron el cadáver, luego de que la joven muriera en confusas circunstancias en medio de una presunta fiesta de la que participó luego de desaparecer de un boliche de El Abasto. Según la versión, el cuerpo podría haber estado dentro de un freezer.
Al declarar ante el fiscal, Lebbos apuntó a "los hijos del poder" como protagonistas del crimen. Tras esto, Gabriel, uno de los hijos del gobernador José Alperovich, y Sergio Kaleñuk, hijo de Alberto, uno de los principales asesores del mandatario, presentaron sendos escritos en Tribunales para ponerse a disposición de la Justicia.
Olivera está siendo asesorado por los abogados Cergio Morfil y Aurora Díaz Argañaraz durante su declaración. Los familiares del aprehendido se mostraron muy ofuscados en Tribunales. "Él no tiene nada que ver con todo esto. Es un 'perejil' al que lo quieren hacer cargo de algo que no hizo", aseguraron.
Los investigadores también allanaron la sede del club al cual hizo referencia Lebbos.
Aún no trascendieron detalles del los dichos del sospechoso, ya que la causa está bajo secreto de sumario.