A los 70 se preparan para el primer alegato

A los 70 se preparan para el primer alegato

Cada vez más adultos mayores inician carreras en la universidad, a pesar de los prejuicios de sus familiares. Cumplir una asignatura pendiente.

TURNO NOCHE. Alfonso Díaz, Gloria Pérez y Jesús Berrondo en la clase de Derechos Reales; no hay horario que los inhiba para asistir a la Facultad. LA GACETA / FOTO DE ENRIQUE GALINDEZ TURNO NOCHE. Alfonso Díaz, Gloria Pérez y Jesús Berrondo en la clase de Derechos Reales; no hay horario que los inhiba para asistir a la Facultad. LA GACETA / FOTO DE ENRIQUE GALINDEZ
23 Junio 2013

A pesar de los problemas de salud, la inactividad laboral, la soledad, la jubilación que no alcanza y la estigmatización de la vejez, la tercera edad ya no es lo que era. O por lo menos eso es lo que demuestran los números. En Tucumán la esperanza de vida de una persona de 60 años es de 21 años más y en 2015 habría alrededor de 204.000 adultos de ese rango de edad (en 1980 eran 82.969). Esos datos fueron elaborados por la Dirección de Estadística de la Provincia. ¿Se podría afirmar entonces que los 60 son los nuevos 50?

Mientras algunos adultos se desesperan por no parecer viejos haciendo abuso de la cosmética, las cirugías o los gimnasios, otros prefieren darle rienda suelta a la mente. Como es el caso de un puñado de adultos mayores que cursan carreras de la Universidad Nacional de Tucumán. Y cada vez son más.

Como una familia

A Alfonso Díaz le gusta llegar temprano. Antes de entrar a la clase de Derechos Reales, a las 19.30, charla en el patio con sus jóvenes compañeros sobre los próximos exámenes, que comienzan al día siguiente. También en al conversación se filtran algunos consejos como: "estudiá y pensá en el sacrificio de tus padres". Al ex empleado de la Legislatura de 68 años le queda un año y un poco más para recibirse de abogado, y le faltan unas dos materias para tener el título de procurador. Para el jubilado, el sólo hecho de haber empezado la carrera, hace unos 10 años, fue un gran sueño cumplido. "No podía estudiar porque trabajaba y no tenía los medios económicos para hacerlo, ni el tiempo. Cuando me jubilé empecé con Derecho", contó Díaz. Cuando trabajaba en la Legislatura, le agarró el gusto por las leyes y por eso luego decidió estudiar. "Hablo con jubilados y creen que todo se ha terminado. No entienden que esto alimenta la autoestima. Además, es un estímulo para mis hijos, un ejemplo de perseverancia", agregó.

- ¿Quiere ejercer cuando se reciba?

- Siempre digo: ojalá pueda ejercer. Ya me estoy haciendo camino, para que no tenga que empezar a golpear puertas recién cuando me reciba.

-¿Qué le dijeron sus familiares cuando inició la carrera?

- Mi señora estaba entusiasmada. A ella también se le despertó la inquietud y terminó el secundario, hizo un curso de computación y consiguió trabajo. Mis hijos también estaban contentos; creo que me recibiré al mismo tiempo que uno de ellos, que estudia Medicina.

Hermandad

Parecen hermanos, porque se nota el cariño, la confianza y la complicidad. En el bar de la Facultad, Alfonso y Jesús Berrondo, de 56 años, esperan que Gloria Pérez termine su merienda. Según ellos, la mujer es la más grande del grupo. Y parece ser la más mimada también. "No te puedo decir la edad, sólo te puedo contar que fui maestra de grado en el campo y me jubilé como directora. Hace 10 años que empecé la carrera de abogacía. Me hubiera gustado estudiar Veterinaria, aunque no me daba el cuerpo para hacerlo. Es muy física, porque tenés que levantar los animalitos, moverte todo el tiempo. Igual, Derecho me encanta", resaltó la mujer. Cuando Gloria tomó la decisión de volver a estudiar, no recibió tantos alientos como su compañero. "Mis sobrinos me dijeron: 'no derroches la plata', '¿para qué lo hacés'. Hoy puedo decir que estoy feliz, porque aprendí mucho, tengo una vida social, y siento que es un alimento para el alma", destacó Gloria.

Los tres amigos coinciden en que es un prejuicio el dicho de que a los adultos les cuesta "hacer memoria"; ellos creen que si se ejercita la mente, se puede estudiar lo que sea. Jesús tiene su frase: "la mente es como una bisagra: hay que abrirla y aceitarla para que funcione". Él es empleado de una empresa de telefonía, y aunque en reiteradas oportunidades tiene que viajar a diferentes provincias de la región, se hace el tiempo para ir a clases. A pesar de que el cuerpo no le da, la mente sí, resalta.

- Cuando tienen exámenes ¿hasta qué hora se quedan estudiando?

- Hasta la una de la mañana como máximo (todos contestan de la misma manera).

- ¿Hay un trato especial de los profesores con ustedes?

- Gloria: Nos toman como a cualquier estudiante. A veces aprobamos, a veces desaprobamos. Pero generalmente nos va bien. Eso sí, participamos activamente en las clases, porque ya no tenemos la vergüenza de los jóvenes.

- ¿Qué les resultó lo más difícil de esta segunda oportunidad?

- Gloria: a mi comenzar a estudiar. Dar el primer paso.

- Jesús: la falta de tiempo entre mi trabajo, el estudio y la familia.

- Alfonso: hasta ahora Derechos Reales (risas).

"Al inicio fue difícil, pero después aceptaron al viejo"

Aspiraciones y una asignatura pendiente. Las motivaciones parecen ser las mismas en las historias de los adultos mayores que inician una carrera. Para Oscar Navarrete, de 63 años, el sueño aplazado por la falta de tiempo para estudiar, trabajar y atender a su familia fue completar la secundaria y luego cursar una carrera universitaria que lo vinculara con su gran pasión: el dibujo humorístico. Así fue que terminó siendo abanderado en la escuela secundaria 382 de la cuidad de Aguilares, y en 2007 se inscribió en la sede que tiene en esa localidad la Facultad de Artes de la UNT. "Al principio fue difícil integrarme, pero después aceptaron al viejo en sus planificaciones de estudio", comentó Oscar, que mientras trabaja en el área de control de calidad de la empresa Alpargatas, pretende obtener el título de Licenciado en Artes Plásticas a fines de 2014. Según Oscar a las materias que le quedan por rendir les deberá dedicar muchas horas de estudio y un esfuerzo casi sobrehumano para concentrarse. "Seamos realistas: el tiempo pasa y es obvio que afecta a las neuronas. Yo trato de abocarme y retener lo más que pueda. Seguro que estoy en desventaja con algún joven, pero no lo tengo en cuenta al rendir. Quiero recibirme; lo único que le pido a Dios es que me preste vida", agregó.

En el futuro, el dibujante de Aguilares se ve como profesor o como un valorado artista, con sus obras expuestas en las principales galerías de Tucumán. Ese es su sueño, que quizás esté próximo a cumplirse.

Derecho y Enfermería, con más adultos en clase

En la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), la carrera con más adultos mayores inscriptos es Abogacía. Según un relevamiento realizado en 2011 por la Dirección de Estadísticas, hay 744 mayores de 40 años estudiando Derecho (Procuración tiene 405 y Escribanía 219). En segundo lugar se encuentra Enfermería, con 268; luego está Psicología, con 236; y Artes Plásticas, con 129.

La que menos atrae a los adultos mayores es la carrera de Agrimensor. Directamente no tiene personas de más de 40 años en sus listas. Marta Tuzza, subsecretaria Académica de la UNT, opinó que Derecho, Artes y Filosofía y Letras tienen mas afluencia de gente mayor que otras unidades académicas por la flexibilidad del cursado para aquellas personas que trabajan o que disponen de menos tiempo. No pasa lo mismo con las carreras de la Quinta Agronómica, donde están Ciencias Exactas, Agronomía y Arquitectura. "Al que no se le despertó la vocación temprana es muy difícil que vuelva a estudiar; porque ahora le demandaría mucho tiempo. En la UNT promovemos el estudio de los adultos mayores, porque no hay restricción para inscribirlos. Esto es importante, porque en algún momento de la historia de la Universidad, cuando se querían inscribir en un profesorado no se les permitía", explicó la funcionaria universitaria.

El último censo de 2010 reveló que en el país son 268.897 los adultos con más de 60 años que alcanzaron el nivel universitario completo. De esa cifra, 149.036 son hombres y 119.861 son mujeres.

Dónde estudiar

Cursos del PAMI.- Están destinados a afiliados del PAMI y a sus adherentes. Son gratuitos. Se dictan en la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (9 de Julio 165). Por consultas llamar a: 4-101141. También en la Universidad San Pablo-T (sede centro en 24 de Septiembre 476 y en Campus). Por consultas llamar a: 4530630. Recomenzarán en septiembre.

Filosofía y Letras.- Los cursos de idiomas de la unidad académica son Inglés, Francés, Italiano, Portugués, Alemán, Japonés y Coreano. se cursan en la sede de la Facultad (Avenida Benjamín Aráoz 800) y en la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Yerba Buena (Salas y Valdéz 115). Por informes e inscripciones dirigirse al Departamento de Lenguas Extranjeras e Indígenas para la Comunidad, ubicada en Oficina 312, Pasillo 300 de la Facultad. Los interesados también pueden comunicarse a los teléfonos 4213406, 4311395, 4222146, 4226421, 4310570, 4214926 (interno 5726) o al celular 156230294.

EPAM.- Es un programa que depende de la Secretaría de Extensión Universitaria de la UNT. Su nueva sede, desde este año, está ubicada en avenida Sarmiento al 1.000. Son 52 talleres en total. Algunos de ellos tienen dos y tres niveles por lo que la cifra asciende a 102 talleres. Se pueden tomar clases de teatro, computación, idiomas (inglés, francés e italiano), redacción, música, canto y pintura, entre muchas otras opciones. Las clases ya comenzaron, pero podés llamar para saber si hay cupo en algunos de ellos. Pueden inscribirse en el EPAM los adultos que hayan cumplido los 50 años.

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