22 Junio 2013
AL DESCUBIERTO. Algunos hinchas desplegaron los colores del "santo" en medio de la tribuna del estadio de San Francisco. Fueron los que pudieron burlar los controles para alentar al equipo de sus amores.
SAN FRANCISCO, (De nuestro enviado especial Miguel Décima).- Donde entra la pasión, no cabe la razón. Lo saben bien los hinchas de San Martín que ayer, desafiando la prohibición de AFA, estuvieron presentes en el estadio "Oscar Boero" porque no querían perderse el duelo entre "santos" y "verdes". Y no fueron pocos los que recorrieron los 700 kilómetros que separan el "Jardín de la República" de esta ciudad enclavada a 200 kilómetros al este de Córdoba Capital.
Miguel Nieto fue uno de ellos. El fotógrafo que desde hace más de 25 años cubre la campaña del equipo de La Ciudadela, criticó a las autoridades de AFA por prohibir la asistencia del público visitante. "Esto es algo inconcebible. Es una vergüenza que las autoridades policiales no puedan montar un operativo de seguridad que permita que ambas hinchadas puedan estar presentes en un espectáculo deportivo. Si seguimos así, vamos a terminar jugando los partidos con estadios vacíos donde la prensa sea un mero espectador", advirtió.
Pero la situación en San Francisco no fue una más. Fue especial, y eso a causa de la ya conocida buena relación entre la hinchada cordobesa y la tucumana. Como suele ocurrir en estos casos, los fanáticos ocupan las mismas tribunas y, sea cual sea el resultado, la convivencia se soporta en paz. Todo cambia con las parcialidades "enemigas", donde incluso con fuertes controles de seguridad los enfrentamientos desbordan cualquier tipo de operativo. Pero ayer, como ocurrió en el duelo de ida (también hubo hinchas de Sportivo en La Ciudadela) no fue el caso. Daniel Galina, por ejemplo, confesó que desde el mismo momento que terminó la primera "semi", buscó la manera de que no se le flanqueara el acceso al estadio. "Soy una persona que siempre estuvo con el equipo. Tanto en los momentos de celebración, como en aquellos que nos fuimos masticando bronca por una derrota. Soy 'santo" hasta la medula y lo voy a seguir siendo hasta que me muera", gritó a los cuatro vientos a pesar de que desde el departamento de policía de córdoba habían adelantado un excesivo control para evitar el paso de cualquier persona que no resida en tal localidad.
Las redes sociales también delataron a los fanáticos sanmartinianos, que ni cerca estuvieron de inquietarse por las prohibiciones al postear hasta los pasajes con destino a San Francisco.
Hubo otros que prefirieron aventurarse en sus propios autos, como Marcelo Capdevilla, que junto a su hijo hizo pie en la ciudad cordobesa cerca del mediodía. "Uno que supo saborear las mieles del triunfo y los ascensos a Primera no puede estar afuera de este cotejo. Muchos simpatizantes se quedaron con las ganas de estar acá. Por eso es una satisfacción especial poder apoyar a los muchachos desde el anonimato. Esta pasión no tiene límite y va más allá de un resultado. Ese sentimiento es compartido por toda la familia de La Ciudadela", expresó el fanático Capdevilla.
Miguel, Daniel y Marcelo no fueron los únicos, sino sólo algunos que en forma encubierta, con la anuencia de sus pares de Sportivo Belgrano, estuvieron en la cabecera sur del estadio alentando sin parar al "santo", pese a las medidas tomadas desde la AFA.
Pero la situación en San Francisco no fue una más. Fue especial, y eso a causa de la ya conocida buena relación entre la hinchada cordobesa y la tucumana. Como suele ocurrir en estos casos, los fanáticos ocupan las mismas tribunas y, sea cual sea el resultado, la convivencia se soporta en paz. Todo cambia con las parcialidades "enemigas", donde incluso con fuertes controles de seguridad los enfrentamientos desbordan cualquier tipo de operativo. Pero ayer, como ocurrió en el duelo de ida (también hubo hinchas de Sportivo en La Ciudadela) no fue el caso. Daniel Galina, por ejemplo, confesó que desde el mismo momento que terminó la primera "semi", buscó la manera de que no se le flanqueara el acceso al estadio. "Soy una persona que siempre estuvo con el equipo. Tanto en los momentos de celebración, como en aquellos que nos fuimos masticando bronca por una derrota. Soy 'santo" hasta la medula y lo voy a seguir siendo hasta que me muera", gritó a los cuatro vientos a pesar de que desde el departamento de policía de córdoba habían adelantado un excesivo control para evitar el paso de cualquier persona que no resida en tal localidad.
Las redes sociales también delataron a los fanáticos sanmartinianos, que ni cerca estuvieron de inquietarse por las prohibiciones al postear hasta los pasajes con destino a San Francisco.
Hubo otros que prefirieron aventurarse en sus propios autos, como Marcelo Capdevilla, que junto a su hijo hizo pie en la ciudad cordobesa cerca del mediodía. "Uno que supo saborear las mieles del triunfo y los ascensos a Primera no puede estar afuera de este cotejo. Muchos simpatizantes se quedaron con las ganas de estar acá. Por eso es una satisfacción especial poder apoyar a los muchachos desde el anonimato. Esta pasión no tiene límite y va más allá de un resultado. Ese sentimiento es compartido por toda la familia de La Ciudadela", expresó el fanático Capdevilla.
Miguel, Daniel y Marcelo no fueron los únicos, sino sólo algunos que en forma encubierta, con la anuencia de sus pares de Sportivo Belgrano, estuvieron en la cabecera sur del estadio alentando sin parar al "santo", pese a las medidas tomadas desde la AFA.
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