César Soto abandonó su rol de querellante

César Soto abandonó su rol de querellante

El ex novio de Paulina Lebbos desistió de presentar abogado. En la causa, que ahora tiene el fiscal López Ávila, sólo hay un querellante: el padre de la joven asesinada en 2006

EN TRIBUNALES. César Soto en 2006, esperando el turno para declarar. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO (ARCHIVO) EN TRIBUNALES. César Soto en 2006, esperando el turno para declarar. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO (ARCHIVO)
20 Junio 2013
Supo pelear duramente por que le dieran el rol de querellante en la causa, en representación de la hija que tuvo con Paulina Lebbos. A medida que pasaron los meses, Víctor César Soto comenzó a alejarse de la investigación. Ahora, con la designación del nuevo fiscal, decidió no seguir involucrado en la pesquisa.

Soto renunció al rol de querellante que le había otorgado en 2006 el fiscal Carlos Albaca, luego de que el nuevo investigador que tiene la causa, Diego López Ávila, le había notificado que debería designar un abogado que lo represente. La notificación se realizó a fines de la semana pasada a través de una presentación efectuada en el mostrador de la fiscalía de Instrucción de la IV° Nominación. Quien ratificó a su abogado fue Alberto Lebbos, el padre de Paulina. Emilio Mrad lo acompaña desde que se produjo el crimen de la joven, y seguirá siendo el apoderado legal. Una de las primeras medidas de López Ávila será tomarle declaración formal a Lebbos la semana que viene, para que aporte todo lo que pueda conocer de la causa.

Sin interés

La respuesta de Soto al pedido del fiscal confirma lo que el joven vino sosteniendo en los últimos años. "A la causa penal la abandoné hace rato", manifestó la última vez que accedió a responderle a LA GACETA, en 2010. Desde entonces, no quiso volver a atender a la prensa. Paulina desapareció el 26 de febrero de 2006, luego de salir de un boliche del Abasto junto a Virginia Mercado. Según el testimonio que dio su amiga, se subieron a un remise, ella se bajó en su casa y Paulina siguió viaje, supuestamente hacia el domicilio de Soto. El muchacho aseguró que nunca llegó.

Alberto Lebbos siempre sospechó que el novio de Paulina sabía algo más. El cuerpo de la joven apareció el 11 de marzo a la vera de la ruta 341, a la altura de la localidad de Tapia.

Las diferencias entre el padre de Paulina y su novio se evidenciaron desde que comenzó la investigación. Incluso ambos denunciaron agresiones durante un incidente ocurrido en Maipú y Santa Fe, cuando la joven aún estaba desaparecida.

Más tarde, Soto se presentó como querellante ya que la ley así lo determina, al ser el padre de la hija de Paulina. Alberto Lebbos se resistió a la decisión de Albaca por dos motivos. Primero porque no quería perder el rol de querellante y, segundo, porque acentuó sus sospechas hacia el joven.

A pesar de su desestimiento, Soto no podrá olvidarse del todo de la causa.

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