20 Junio 2013
PENSATIVO. Al fondo, Ginóbili elonga tras el ensayo de ayer y todavía parece lamentarse; al frente, "Pop" habla con Duncan.
MIAMI.- ¿Cómo hacer para recuperarse emocionalmente en 48 horas de un golpe como el del martes? De diferentes maneras, los Spurs han tratado de contestar a esa pregunta entre el martes y el día de ayer y más que responder con el corazón, lo hicieron con obligación: "tenemos que hacerlo, no nos queda otra", fue el discurso del equipo sobre el séptimo partido que se jugará hoy a las 22 entre San Antonio y Miami, que definirá el título de la NBA.
"La sensación de que lo tuviste tan cerca y lo perdiste es muy fuerte como para olvidarse así nomás", dijo ayer Emanuel Ginóbili tras la última práctica de la temporada. "Por supuesto que también hay que recuperarse físicamente y será importante pero lo mental es lo más duro", agregó "Manu" quien ni bien terminó el partido dijo estar devastado. Del otro lado, la otra moneda. "Por lejos es el mejor partido en el que estuve involucrado, dijo LeBron James, autor de uno de los dos triples agónicos que hizo el Heat para forzar la prórroga.
Luego de dar las entrevistas de rigor, el plantel de los Spurs completó fue a cenar, intentando ahogar las penas. "Compartimos experiencias sobre situaciones similares de cada uno y nos unió como grupo", confesó ayer Tony Parker quién en 2005 perdió junto a Boris Diaw y el seleccionado francés, una semifinal de un torneo en el que ganaban por siete faltando 40".
La unión en estos momentos parece ser una buena compañera. Es imposible no pensar en reproches en el vestuario, pero todos aceptaron las decisiones tomadas en el momento de la debacle. "Tuvo sus razones", dijo muy serio Ginóbili sobre la polémica medida de Gregg Popovich de sentar a Tim Duncan y a Parker en los segundos finales. "Confío y acato todas sus decisiones", agregó Parker.
La que no sabe nada de emociones es la estadística que dice de 17 séptimos partidos en Finales, en solo tres ganó el visitante, en este caso los Spurs, que no hacen caso. "Si nos decían hace tres meses que jugaríamos un séptimo partido por el título en Miami, firmábamos", dijo "Manu". Claro, hace tres meses no sabían que iban a dejar pasar semejante chance. Por eso, para ganar el séptimo, habrá que olvidar el sexto. (Especial)
"La sensación de que lo tuviste tan cerca y lo perdiste es muy fuerte como para olvidarse así nomás", dijo ayer Emanuel Ginóbili tras la última práctica de la temporada. "Por supuesto que también hay que recuperarse físicamente y será importante pero lo mental es lo más duro", agregó "Manu" quien ni bien terminó el partido dijo estar devastado. Del otro lado, la otra moneda. "Por lejos es el mejor partido en el que estuve involucrado, dijo LeBron James, autor de uno de los dos triples agónicos que hizo el Heat para forzar la prórroga.
Luego de dar las entrevistas de rigor, el plantel de los Spurs completó fue a cenar, intentando ahogar las penas. "Compartimos experiencias sobre situaciones similares de cada uno y nos unió como grupo", confesó ayer Tony Parker quién en 2005 perdió junto a Boris Diaw y el seleccionado francés, una semifinal de un torneo en el que ganaban por siete faltando 40".
La unión en estos momentos parece ser una buena compañera. Es imposible no pensar en reproches en el vestuario, pero todos aceptaron las decisiones tomadas en el momento de la debacle. "Tuvo sus razones", dijo muy serio Ginóbili sobre la polémica medida de Gregg Popovich de sentar a Tim Duncan y a Parker en los segundos finales. "Confío y acato todas sus decisiones", agregó Parker.
La que no sabe nada de emociones es la estadística que dice de 17 séptimos partidos en Finales, en solo tres ganó el visitante, en este caso los Spurs, que no hacen caso. "Si nos decían hace tres meses que jugaríamos un séptimo partido por el título en Miami, firmábamos", dijo "Manu". Claro, hace tres meses no sabían que iban a dejar pasar semejante chance. Por eso, para ganar el séptimo, habrá que olvidar el sexto. (Especial)