Tucumán sigue a los Reginato

Llegaron con pocos minutos de diferencia al vivac, motivados pese a no haber tenido competencia. Y cargados de ansiedad por empezar a acelerar en serio.

Los hermanos Andrés y Miguel Reginato (h), apenas fueron divisados en su camioneta Toyota Hilux saliendo del túnel existente en la recta principal del hipódromo, recibieron los aplausos del público que se había animado a asistir al lugar pese al frío de la jornada. Segundos después, toda la prensa local les solicitó notas, fotos e imágenes para la televisión.

No había pasado mucho tiempo cuando apareció Miguel Reginato (p) con su cuatriciclo. Y la situación resultó casi un blooper. Sucede que un rato antes había arribado al hipódromo la comitiva oficial encabezada por el gobernador José Alperovich. Y al momento de la aparición del experimentado piloto, solo LG Deportiva se percató de ello. Miguel miró a la derecha y a la izquierda y no vio a nadie. Siguió derecho, frenó y entonces llegó un saludo con Rodolfo Bollero y unas primera declaraciones, hasta que por fin funcionarios y periodistas se dieron cuenta de su llegada. Abrazos, palabras de aliento y un "este piloto es un orgullo para la gente mayor de edad por su tesón y entusiasmo", se escuchó con claridad.

Siguió el encuentro de padre e hijos, ahora en el box del equipo. Y algunas chanzas. "Te diste el gusto de llegar a Tucumán", le dijo bromista Andrés a su papá. Y este respondió "¡pero si estoy entero. Y vos, veo que no perdiste tiempo!". Entonces Andrés miró a "Miguelito" y lanzó: "y vos, ¡estuviste dormido en todo el enlace!". La respuesta fue apenas una sonrisa.

Ya más serio, el "jefe" del "clan Reginato" consideró acertada la decisión de no correr. "A los pilotos no nos gusta quedarnos con las ganas de acelerar, pero hay que pensar en la seguridad de todos", señaló. Consultado sobre cómo vivirá las horas previas al inicio real de la prueba, dijo: "igual a como estaba en Jujuy, lleno de ganas de seguir para adelante en este desafío".

Andrés contó que la camioneta tenía una falla, que ya fue solucionada por el equipo. "La suspensión de la primera etapa nos dejó con más ganas de acelerar, sabemos que la competencia es bastante larga", advirtió. Su hermano contó que fueron casi 650 kilómetros los que hicieron, y aunque no pudieron probar mucho, al menos sobre el asfalto la Toyota marchó muy bien. "Queremos hacer las cosas a conciencia y llegar a San Juan el fin de semana", concluyó.

Cordobeses y amigos de la ecología

José Castillo, Horacio Larreigué, Sebastián Díaz y Ezequiel Palacios, son cordobeses de la capital que forman el equipo de una empresa que se encarga de la seguridad y la higiene. En resumen, hacen la asistencia técnica-ambiental del "Desafío Ruta 40".

Recolectan todos los residuos peligrosos generados por la prueba: aceite en desuso, sólidos contaminados (trapos, filtros). "Somos una empresa autorizada para hacer el transporte y también la disposición final" contó Castillo.

El grupo, que también presta servicios en el Dakar y en el Rally Mundial desde 2009, ve que cada año va mejorando la respuesta de sus "clientes". "La gente se concientiza cada vez más. Cada equipo junta el residuo peligroso, también la basura común, y nosotros lo recogemos. El 99% cumple las normas. Una vez que todo termina, nosotros rastreamos el predio y dejamos todo limpio", comentaron.

En el Desafío, el hecho que no haya mucho vehículos grandes, hace que los contaminantes desechados sean menos. "Es aceite más que nada. Más o menos 250 litros se junta. Las motos son las que más producen", contaron.

Todo el material que se recoge es derivado a una empresa con sede en Malagueño, Córdoba, donde se hace la disposición final.