Dos opciones y una tercera posición
En 2001, el Frente Fundacional Justicialista (PJ, Cambio 2000 y Movimiento Popular Tucumano) obtenía dos bancas de senadores y dos de diputados; FR lograba un senador y un diputado, y el Frente para Todos conseguía una diputación. La UCR, integrando la Alianza para la Educación, el Trabajo y la Justicia, aparecía en cuarto lugar, sin cargos, y muy cerca de la cifra de votos anulados (12%). Esos comicios, si hubieran sido un plebiscito de la gestión de Julio Miranda, hubieran marcado un fuerte rechazo en porcentaje (37%), aunque las bancas ganadas dibujaran un éxito electoral. Sin embargo, el hecho a considerar, como anécdota política, fue que José Alperovich encabezaba la nómina oficialista, sin ser afiliado peronista. Dos años después, se convertía en gobernador de Tucumán por el PJ porque, según el mirandismo, era "el único que medía bien", muy lejos de los peronistas de pura cepa de entonces. Las encuestas mandaban. Y lo siguen haciendo.

Hoy, se habla de Juan Manzur como un posible postulante en primer término de la nómina de diputados alperovichista. Si hay dudas sobre la efectividad electoral del nombre elegido, no parecen estar por el lado del mandatario sino por el de algunos parlamentarios justicialistas que entienden que el licenciado vicegobernador "ofrece flancos" a la oposición. Entienden que las denuncias judiciales pueden pesar en la campaña electoral, aunque no tanto como las del "caso Lázaro Báez" para Cristina Fernández. Es un punto a evaluar, aunque puede quedar en un segundo plano si el Gobierno logra que la elección -tanto de las PASO como las de octubre- se conviertan en un plebiscito del tercer mandato de Alperovich. Los muestreos de opinión estarían revelando, más allá del agotamiento que pueda notarse en el "modelo alperovichista", que la imagen del titular del Poder Ejecutivo sigue siendo alta, superior al 50%, lo cual garantizaría un buen número de votos.

Pero, veamos la anécdota de 2001, con el ex ministro de Economía de Miranda como aspirante a senador, para situarnos en esta realidad. Si Manzur finalmente encabeza la lista, ¿significaría que Alperovich lo está posicionando para 2015 como su sucesor? La respuesta puede tener más de sí que de no. Una buena elección, hasta especulando sobre que el PJ decida impulsar una reforma constitucional para habilitar un eventual cuarto mandato al gobernador, ubicaría al ministro de Salud de la Nación como el plan "B" de Alperovich para dentro de dos años. El "A", obvio, es el de su continuidad. Claro que lo de Manzur como "uno" viene con contraindicaciones internas, más que externas. Al margen de que la oposición lo pueda fustigar, se levantan voces reticentes a su postulación. Son las mismas que piensan que una buena forma de atenuar el efecto negativo de la postulación del "vice" es armar otra lista con dirigentes territoriales de peso y de contenido peronista (léase no novatos camporistas, a los que observan como los que son subidos a dedo en premio a la lealtad con la Presidenta). En ese marco ven a los Jaldo, los Orellana, los Avila.

Y si fuera cierto que la aparición de Manzur es para instalarlo para 2015, entonces ¿Alperovich cerró las puertas a su esposa, la senadora Beatriz Rojkés? Puede parecer una pregunta tramposa, o capciosa, pero más de uno se la hará puertas adentro del PJ y obrará en consecuencia. ¿Cómo?: encaminando sus acciones para acomodarse en función del futuro que parece preanunciarse. Las opciones pueden ser varias. Vayan algunas: tratar de subirse al futuro entorno "manzurista", insistir con la reforma constitucional o pensar en una alternativa distinta para una eventual interna peronista en 2014. De todas formas, en el peronismo siempre hay alternativas, siempre hay una tercera posición. Por necesidad y convicción.

Comentarios