17 Junio 2013
PLANTA DE RESIDUOS. Las muestras que recolectaron en el lugar del hallazgo del cuerpo podrían ser claves. DYN
BUENOS AIRES.- Los investigadores del crimen de la adolescente Ángeles Rawson aguardan para esta semana los resultados de distintos peritajes de laboratorio, entre ellos, el análisis de las muestras halladas en el auto del único detenido por el crimen y en el edificio de la víctima.
Los rastros de cabellos y manchas encontradas en el baúl del Renault Megane del acusado Jorge Mangeri, de 45 años, y las evidencias del mismo tipo halladas en el sótano del edificio de Ravignani 2360, del barrio porteño de "Palermo", donde residían tanto la víctima como el imputado que, a su vez, era el encargado del lugar, servirían para determinar si la víctima estuvo en ese lugares.
Una de las sospechas es que el auto pudo haber sido el vehículo para trasladar el cadáver de la adolescente. También se investiga si el cuerpo de Ángeles fue colocado en el sótano del edificio antes de ser descartado a la basura.
Los investigadores también aguardan los resultados de las pericias al hilo sisal con la que la estrangularon y ataron, a un cabello hallado adherido a una de las uñas, al uniforme de gimnasia escolar que tenía colocado y a su ropa interior.
Además, los peritos también analizan los diferentes objetos secuestrados en los allanamientos al departamento donde Ángeles vivía con su familia y al del encargado detenido.
Un perejil
Ayer no se observaron grandes movimientos en el edificio de Ravignani 2360, donde el sábado a la noche la familia de Mangeri se reunió para expresar públicamente que el encargado es inocente.
El sospechoso fue detenido durante la madrugada del sábado y más tarde se negó a declarar en su indagatoria ante el juez de la causa, Roberto Ponce.
Entre la detención y la indagatoria, Diana Seattone, la esposa de Mangeri aseguró a la prensa que su marido es un "perejil" y denunció que lo quemaron y picanearon durante un apriete que sufrió el viernes antes de ir a declarar como testigo ante la fiscala de la causa, Paula Asaro.
Ese día, Mangeri había sido trasladado a la fiscalía cuando la madre y los hermanos de Ángeles ya hacía ocho horas que se hallaban declarando. El portero había sido citado a declarar el miércoles y no se presentó, el jueves tampoco y por eso el viernes lo fueron a buscar a su casa.
Una fuentes de la investigación indicó que el encargado comenzó a declarar bajo juramento ante la fiscal y dijo que no había concurrido antes porque no se lo permitieron.
Si bien no trascendió su declaración, los pesquisas explicaron que en un momento Mangeri se autoincriminó en el hecho y la fiscal lo relevó del juramento de decir verdad, lo imputó en la causa y quedó detenido.
Ángeles, de 16 años, fue encontrada asesinada el martes en una planta de tratamiento de residuos de José León Suárez, en el conurbano bonaerense, con una soga enrollada en el cuello y su cabeza cubierta con una bolsa verde plástica.
La adolescente había desaparecido la mañana del lunes, luego de haber concurrido a su clase de Educación Física a un predio deportivo de Colegiales.
Distintas cámaras de seguridad, tanto municipales como de edificios linderos, registraron el paso de la menor hasta que llegó al edificio en el cual vivía con sus familiares, donde debía cambiarse, almorzar y regresar al colegio Virgen del Valle, en el que cursaba el secundario.
Pero los investigadores determinaron que de allí no había vuelto a salir, por lo que centraron sus investigaciones en las personas que viven dentro del edificio.- (Télam)
Los rastros de cabellos y manchas encontradas en el baúl del Renault Megane del acusado Jorge Mangeri, de 45 años, y las evidencias del mismo tipo halladas en el sótano del edificio de Ravignani 2360, del barrio porteño de "Palermo", donde residían tanto la víctima como el imputado que, a su vez, era el encargado del lugar, servirían para determinar si la víctima estuvo en ese lugares.
Una de las sospechas es que el auto pudo haber sido el vehículo para trasladar el cadáver de la adolescente. También se investiga si el cuerpo de Ángeles fue colocado en el sótano del edificio antes de ser descartado a la basura.
Los investigadores también aguardan los resultados de las pericias al hilo sisal con la que la estrangularon y ataron, a un cabello hallado adherido a una de las uñas, al uniforme de gimnasia escolar que tenía colocado y a su ropa interior.
Además, los peritos también analizan los diferentes objetos secuestrados en los allanamientos al departamento donde Ángeles vivía con su familia y al del encargado detenido.
Un perejil
Ayer no se observaron grandes movimientos en el edificio de Ravignani 2360, donde el sábado a la noche la familia de Mangeri se reunió para expresar públicamente que el encargado es inocente.
El sospechoso fue detenido durante la madrugada del sábado y más tarde se negó a declarar en su indagatoria ante el juez de la causa, Roberto Ponce.
Entre la detención y la indagatoria, Diana Seattone, la esposa de Mangeri aseguró a la prensa que su marido es un "perejil" y denunció que lo quemaron y picanearon durante un apriete que sufrió el viernes antes de ir a declarar como testigo ante la fiscala de la causa, Paula Asaro.
Ese día, Mangeri había sido trasladado a la fiscalía cuando la madre y los hermanos de Ángeles ya hacía ocho horas que se hallaban declarando. El portero había sido citado a declarar el miércoles y no se presentó, el jueves tampoco y por eso el viernes lo fueron a buscar a su casa.
Una fuentes de la investigación indicó que el encargado comenzó a declarar bajo juramento ante la fiscal y dijo que no había concurrido antes porque no se lo permitieron.
Si bien no trascendió su declaración, los pesquisas explicaron que en un momento Mangeri se autoincriminó en el hecho y la fiscal lo relevó del juramento de decir verdad, lo imputó en la causa y quedó detenido.
Ángeles, de 16 años, fue encontrada asesinada el martes en una planta de tratamiento de residuos de José León Suárez, en el conurbano bonaerense, con una soga enrollada en el cuello y su cabeza cubierta con una bolsa verde plástica.
La adolescente había desaparecido la mañana del lunes, luego de haber concurrido a su clase de Educación Física a un predio deportivo de Colegiales.
Distintas cámaras de seguridad, tanto municipales como de edificios linderos, registraron el paso de la menor hasta que llegó al edificio en el cual vivía con sus familiares, donde debía cambiarse, almorzar y regresar al colegio Virgen del Valle, en el que cursaba el secundario.
Pero los investigadores determinaron que de allí no había vuelto a salir, por lo que centraron sus investigaciones en las personas que viven dentro del edificio.- (Télam)
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