Por Jorge Figueroa
17 Junio 2013
De mayo en adelante, la temporada teatral está a full en la ciudad, pero también en Lules y Aguilares. Todas las salas están trabajando de jueves a domingos, y con las puestas de distintas obras. Pero a la par, no se detienen los seminarios, los talleres y las clínicas. Sala Ross, El árbol de Galeano, La Gloriosa, La Colorida y el Círculo de la Prensa, son algunos ejemplos de este funcionamiento, así como La Sodería, que realizó el séptimo festival Víctor García. Hay reposiciones, claro está, pero lo que domina la escena son los estrenos. Además, se está preparando una nueva gira regional de los ganadores de la Fiesta Provincial de Teatro: "las obras podrán ser vistas en varias ciudades y localidades en donde el teatro es una actividad infrecuente, lo que plantea todo un desafío", contó José Ramayo, delegado del Instituto Nacional del Teatro. En la gira están agendadas La Cocha, Alberdi, Concepción, Tafí Viejo y Yerba Buena, donde se montarán "¿Qué soñará Corbalán?", "Museo Medea", "Un roto para un descosido", "Cacería de patos", "Esa mujer" y la exitosa "El amor después de los 60". Esta última comedia lleva ya seis temporadas en un poco más de tres años, con 86 funciones, lo que la constituye en todo un suceso para nuestra provincia. Por si fuera poco, en la próxima semana tendrá lugar la VII Edición de la Muestra de Teatro Educación que tiene la finalidad de proporcionar el acceso y promover, la profundización del conocimiento artístico y cultural de los estudiantes de teatro, los profesores y artistas que se desempeñan en la docencia teatral, cuya responsable es Gladys Mottes.
De toda esta actividad, se pueden anotar algunas observaciones. La primera: la inmensa mayoría son comedias, una tendencia que, año tras año, se profundiza. Queda para los investigadores responder el interrogante: ¿no hay público en la ciudad para las tragedias o dramas? ¿Sólo venden, o pagan, las obras que buscan la risa o situaciones placenteras en los espectadores? La segunda: son los grupos independientes los que llevan sobre sus espaldas estas iniciativas: recibiendo tarde (o no haciéndolo directamente), los fondos que por ley deben aportarles el gobierno de la provincia y la Nación, a través del Instituto Nacional del Teatro.
De toda esta actividad, se pueden anotar algunas observaciones. La primera: la inmensa mayoría son comedias, una tendencia que, año tras año, se profundiza. Queda para los investigadores responder el interrogante: ¿no hay público en la ciudad para las tragedias o dramas? ¿Sólo venden, o pagan, las obras que buscan la risa o situaciones placenteras en los espectadores? La segunda: son los grupos independientes los que llevan sobre sus espaldas estas iniciativas: recibiendo tarde (o no haciéndolo directamente), los fondos que por ley deben aportarles el gobierno de la provincia y la Nación, a través del Instituto Nacional del Teatro.
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