Por Ricardo Reinoso
15 Junio 2013
Para quienes gustan de la música clásica, el nombre de Herbert Von
Karajan suscita admiración y respeto. Fue uno de los directores
orquestales más exitosos del siglo XX, gracias a su indudable
talento. Pero también a algo más: su habilidad para aprovechar las
circunstancias y escalar posiciones. El problema es que lo hizo
gracias al nazismo y que no tuvo escrúpulos en ignorar las
atrocidades que mandaban cometer Hitler y sus jerarcas, con quienes
el músico tenía muy buenas relaciones, según revelaron recientes
investigaciones históricas. Mientras algunos grandes músicos se
alejaron de la Europa fascista, como lo hicieron Bruno Walter y
Arturo Toscanini, y otros convivieron con el nazismo a
regañadientes, como Wilhelm Furtwängler y Richard Strauss, el joven
Karajan adhería con entusiasmo, al punto de iniciar sus conciertos
con el himno nacionalsocialista. Después de la guerra, se las
ingenió para que lo ayudaran a redimirse ante los inquisidores
aliados y pronto se convertiría en millonario gracias al boom de la
industria discográfica.
¿Cómo se puede justificar su indiferencia ante el Holocausto? ¿Cuál es su grado de culpa por los crímenes de lesa humanidad que cometieron los nazis? ¿Es responsable un artista ante la sociedad por no tomar partido contra un genocidio? ¿Puede aducir desconocimiento o instinto de superviviencia?
Todas esas preguntas se van planteando en la obra "Acomodarse" de Carlos Alsina. Tres personajes (Karajan, un oficial ruso y un productor inglés) se enfrentan en un debate donde los valores éticos entran en conflicto con una presunta pasión artística que se dice "independiente" de la política. Cada cual expone sus argumentos y el público es el único jurado. Uno podría llegar a encontrar comprensibles unas y otras razones, así que no es tan fácil elaborar un veredicto.
Los actores Guillermo Katz, Federico Cerisola y Mauricio Ramos Yassine, se lucen en sus interpretaciones. Se destaca la claridad con la que exponen un texto abundante en datos, ideas y reflexiones, todo ello sobre un tema que parece lejano pero que no lo es tanto si lo relacionamos con la historia reciente de nuestra provincia.
¿Cómo se puede justificar su indiferencia ante el Holocausto? ¿Cuál es su grado de culpa por los crímenes de lesa humanidad que cometieron los nazis? ¿Es responsable un artista ante la sociedad por no tomar partido contra un genocidio? ¿Puede aducir desconocimiento o instinto de superviviencia?
Todas esas preguntas se van planteando en la obra "Acomodarse" de Carlos Alsina. Tres personajes (Karajan, un oficial ruso y un productor inglés) se enfrentan en un debate donde los valores éticos entran en conflicto con una presunta pasión artística que se dice "independiente" de la política. Cada cual expone sus argumentos y el público es el único jurado. Uno podría llegar a encontrar comprensibles unas y otras razones, así que no es tan fácil elaborar un veredicto.
Los actores Guillermo Katz, Federico Cerisola y Mauricio Ramos Yassine, se lucen en sus interpretaciones. Se destaca la claridad con la que exponen un texto abundante en datos, ideas y reflexiones, todo ello sobre un tema que parece lejano pero que no lo es tanto si lo relacionamos con la historia reciente de nuestra provincia.
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