"La inseguridad golpea en todos los sectores"

"La inseguridad golpea en todos los sectores"

Durante la ceremonia en que entregó móviles y computadoras en la Jefatura de Policía, Alperovich hizo una autocrítica sobre la ola delictiva. El gobernador se manifestó preocupado. Licitará la compra de 50 camionetas

DOLOR Y RECUERDO. Julio Cabrera muestra una foto de su hermano Matías. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA DOLOR Y RECUERDO. Julio Cabrera muestra una foto de su hermano Matías. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA
15 Junio 2013

Casi al final de una de las semanas más convulsionadas por distintos hechos de inseguridad, el gobernador, José Alperovich, admitió en la mañana de ayer que se trata de un problema grave que afecta a todos los estratos sociales.

El mandatario habló durante una visita a la Jefatura de Policía, donde encabezó un acto de entrega de cuatro móviles y de 26 computadoras. En ese lugar fue recibido por el jefe de Policía, Jorge Racedo, y juntos realizaron la entrega de estos materiales de trabajo a los uniformados.

En la calle


"Sí, la verdad que (estoy) muy preocupado con la seguridad en Tucumán", respondió Alperovich ante la primera consulta sobre la inseguridad. "Sé que nos falta mucho en seguridad, pero tenemos que seguir trabajando fuerte con más policías en la calle, con más fuerza para tratar de combatir esto que golpea en todos los sectores de la sociedad y que nos está demandando tanto la gente humilde, de las clases medias y altas", admitió.

Alperovich destacó que ya se lanzó una licitación pública para la compra de 50 camionetas que serán destinadas al personal que trabajará en el sistema 911. Estos se utilizarán para dar respuesta a las urgencias que se recibirán por medio del nuevo sistema telefónico que se implementará para combatir la delincuencia.

Además resaltó la adquisición de equipamiento con nuevas tecnologías para desarrollar investigaciones de homicidios, entre otros delitos. "La verdad es que la institución está trabajando fuerte y tengo mucha confianza de que vamos a resolver esto, que va cambiando porque el tema de la seguridad es un tema que tiene que ver con tantas cosas, como el alcohol y las drogas en los jóvenes -dijo Alperovich-. Al chico que le falta la droga sale a robar cualquier cosa; por eso el delito cambia permanentemente sé que nos falta mucho, pero también sé que no hay que quejarse y decirlo y hay que actuar y trabajar", insistió.

La autocrítica del gobernador surgió tras una seguidilla de hechos de inseguridad que dejaron cinco muertos en distintos episodios de sangre.

Seis casos, cinco muertos y dos heridos

Una discusión de tránsito derivó en el asesinato de un cosechero

"Mi hermano no es un perro para que lo vengan a matar y todo quede en la nada", dijo Julio Roque Cabrera, hermano del cosechero asesinado el lunes a la noche en el barrio Luz y Fuerza. Por el hecho, continúa detenido Brahin Ale Sale, acusado de haber efectuado el disparo mortal. La versión de los investigadores es que un colectivo que trasladaba obreros que trabajan en la cosecha de limón no podía avanzar porque un auto estaba mal estacionado en la esquina de Alfredo Palacios y Francia. Ante los bocinazos del colectivero, un hombre salió de una casa gritando e insultando. De acuerdo a esa hipótesis, desde el colectivo lanzaron una piedra que cayó en la luneta del auto y lo rompió. La reacción de Ale Sale habría sido sacar un arma del vehículo y dispara, hiriendo mortalmente a Matías Cabrera. Sin embargo, Julio Cabrera manifestó que no hubo ninguna agresión de parte de los cosecheros. "Los testigos nos dijeron que el auto que está secuestrado no es el mismo que estaba en el lugar. Queremos que se esclarezca todo y que se haga justicia", dijo. El muchacho aseguró que seguirán el avance de la causa y que aportarán los testigos del hecho para llegar a la verdad. También pidió que la provincia ayude a la viuda de Matías Cabrera y a su familia. El abogado de Ale Sale, por su parte, comentó que su defendido declaró en la causa, aunque prefirió no brindar detalles. "Esperaremos a ver el expediente y a conocer cuáles son las próximas medidas de la fiscalía", manifestó Enrique Cano.

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Baleó y mató a un joven en el barrio 11 de Marzo

Nadie supo explicar qué había pasado el domingo a la siesta en el barrio 11 de Marzo. Lo único que repetían los vecinos es que habían escuchado varios disparos y que, al salir a la vereda, vieron a un joven herido en el piso. Más tarde se supo es que a las 13.55 un individuo había llegado en moto a la esquina de Próspero Mena y pasaje Magallanes. Allí sacó un arma y le pegó dos tiros a Matías Sebastián Medina de 19 años. Luego se dio a la fuga, mientras un amigo del chico herido lo trasladaba al hospital Padilla.

La Policía explicó que Medina recibió un balazo en una pierna y otro en la zona lumbar. Los médicos hicieron lo posible para salvarlo, pero falleció una hora después de ingresar al hospital.

Trabajaron en el lugar del hecho personal de la seccional 13ª, de Criminalística y de la división Homicidios y Delitos Complejos. Sin embargo, no había sospechosos aprehendidos. Según se comentaba en la zona, el hecho habría estado relacionado con drogas, descartando así la hipótesis de un intento de robo.

Un balazo mortal le puso fin a una trifulca en Tafí Viejo

Participaba de una reunión con amigos cuando comenzó a discutir con un individuo y recibió un disparo. Jorge Rafael Puertas tenía 27 años y murió ese lunes a la madrugada. El crimen tuvo lugar en una vivienda situada en el pasaje Paysandú al 900, en Tafí Viejo. 

Fuentes de la investigación comentaron que en ese lugar había un grupo de personas que estaban consumiendo bebidas alcohólicas desde temprano. Según el relato de los testigos, en un momento de la noche Puertas comenzó a discutir con un hombre conocido como "Motoneta", quien sacó un arma y puso fin a la trifulca con un disparo.

Cuando los policías de la comisaría de Tafí Viejo llegaron al lugar, demoraron a cuatro personas que todavía estaban en la vivienda. Ellos habrían comentado cómo ocurrió el homicidio y señalaron a "Motoneta" como el autor del mortal disparo. Horas más tarde, el sospechoso se entregó en la sede de la división Homicidios y Delitos Complejos y quedó aprehendido, a disposición de la fiscala de Instrucción de la I° Nominación Mariana Rivadeneira.

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Le dispararon delante de su esposa y sus dos hijos menores

A Hugo Rivadeneira lo asesinaron delante de su esposa y de sus dos bebés. El lunes a la noche, un individuo entró al almacén de la familia, situado en Alfonsina Storni al 400, en el barrio Murga. El matrimonio pensó que era un cliente más, por eso Rivadeneira acompañó a su esposa hasta la puerta (la mujer se iba a preparar la cena) y volvió para atender al individuo. Pero el hombre tenía un arma y no dudó en dispararle al comerciante de 37 años, que cayó muerto en el acto. 

"¿Mamá, por qué el hombre malo le pegó un tiro a mi papá?", le preguntó su hijo de dos años a Débora Bordón después del sepelio de Rivadeneira. El menor fue testigo del disparo que recibió su padre en el cuello, al igual que su madre, quien se mostró enfurecida con la Policía. "Ni siquiera me llamaron para reconocerlo", se quejó, refiriéndose a "Bolita", el sospechoso de 17 años que fue aprehendido el martes a la mañana.

Débora se siente desamparada. Dijo que está cansada de ir a tribunales y a la comisaría, siempre sin respuestas. "Nadie me dice nada y yo no tengo plata para pagar un abogado", afirmó desesperada. Agregó, en ese sentido, que todavía no le designaron un defensor oficial.

Ayer a la tarde, la mujer organizó una movilización para aclamar justicia para su marido. Familiares y vecinos del almacenero se congregaron a las 18 en la cuadra donde ocurrió el crimen y marcharon hacia el cruce de las avenidas Francisco de Aguirre y Juan B. Justo.

Iba en moto con una amiga y recibió un balazo en el pecho

Lucas Casucheli, que tenía 19 años, cayó muerto sin que nadie pudiera ayudarlo. El crimen ocurrió el sábado, en el pasaje Mendoza al 200, frente a la Escuela Técnica de Lules. El joven circulaba en moto con una amiga cuando dos encapuchados lo interceptaron y le pegaron un balazo en el pecho. Según el relato de la Policía, Lucas había estado durante la madrugada en una reunión con amigos. Pasadas las 6, salió a comprar cigarrillos en una moto Yamaha. Lo acompañó una de sus amigas, una adolescente de 14 años. Cuando los jóvenes estaban de regreso, dos individuos encapuchados que circulaban en una moto YBR negra los interceptaron frente a la escuela. La amiga de la víctima le dijo a la Policía que sacaron un arma y la obligaron a bajar de la moto y retirarse. Mientras la adolescente se alejaba a pie, escuchaba a sus espaldas que los desconocidos discutían con su amigo. El siguiente sonido fue el estruendo de un disparo. Lucas fue baleado en el costado izquierdo del pecho, cerca del corazón. Su primera reacción, luego de recibir el disparo, fue encender el motor y acelerar la moto. Sin embargo, sólo pudo avanzar unos 70 metros. Su amiga relató que el joven pasó por su lado, se estrelló contra una camioneta que estaba estacionada y cayó muerto sobre el cordón de la vereda. Los peritos examinaron una vaina servida y concluyeron que el arma utilizada por los delincuentes era calibre 40, "un tipo de arma sumamente costosa y muy difícil de conseguir", según señaló la Policía.

Dos jóvenes se resistieron al robo de una moto y los apuñalaron

Circulaban en una motocicleta cuando fueron sorprendidos por dos delincuentes que intentaron despojarlos del rodado, pero ellos se resistieron y terminaron en el hospital Padilla con varias puñaladas en su cuerpo. Leandro Domínguez, de 20 años, y Andrés Rivadeneira, de 18 años, viajaban en Honda Wave por el barrio Policial IV, el lunes a la tarde. Cuando pasaban por la zona de Alem y Camino de San Pablo, a la altura de una antigua ladrillera, fueron abordados por dos asaltantes que estaban armados con cuchillos. Los delincuentes se pararon en medio de la calle e intentaron detenerlos para quitarles el rodado. Pero los jóvenes se resistieron y fueron atacados con cuchilladas en sus piernas y otras partes del cuerpo. Pese a las heridas recibidas, continuaron la marcha hasta llegar al barrio Buen Vivir, donde cayeron de la moto y quedaron tendidos sobre el pasto, bañados en sangre. Los vecinos llamaron a una ambulancia y los llevaron al hospital, donde quedaron internados. Mientras tanto, la Policía buscaba a los agresores, que se habían ocultado entre los cañaverales.

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