Julio Lamas: Hay vida después de las estrellas

Julio Lamas: Hay vida después de las estrellas

El DT de la Selección de básquet prepara los próximos compromisos con un equipo renovado y con Scola y Delfino como líderes

En el andar que se acerca, en un primer gesto, en el saludo afectuoso y nostálgico por momentos compartidos hace tiempo. Es fácil reconocer en Julio Lamas modelo 2013 al de toda la vida. Obvio, con más recorrido y con las adaptaciones que, caprichosos, los años hacen aunque nos neguemos.

"El jueves empezamos con los entrenamientos". Las primeras palabras denuncian la energía de siempre. Y las siguientes alumbran la pasión inalterable.

"El 23 viajamos a China y el 28 jugamos el primer partido de la Copa Stankovic. Allí enfrentaremos a Australia, Puerto Rico, Serbia, China, Nigeria y Alemania. Y a fin de agosto comienza el Premundial, nuestro principal objetivo del año. Muchos jugadores estarán en ambas competencias razón por la que el viaje a China, la experiencia, el juego y los partidos serán muy importantes.

- Es inevitable hablar de las ausencias…

- Hay algunas confirmadas, otros casos para esperar. Ginóbili, Nocioni, Prigioni, Gutiérrez y Jasen, por distintos motivos, no están disponibles. Mientras que Delfino puede estar.

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- Desde afuera parece mucho…

- Es mucho. Y es mucho más allá del peso de los nombres. El equipo definitivamente tiene que comenzar una etapa que viene postergando desde hace unos años, por la disposición que tuvieron estos cracks y porque se han mantenido en un nivel tremendo a una edad avanzada. Acordate que la sensación en Pekín 2008 era que ese sería el último juego olímpico. Y la mayoría llegó a Londres. ¡Y de Londres ya pasó un año! ¡Y son cinco años desde Pekín! Siempre hay un crack que estira mucho su carrera, nosotros tuvimos varios casos juntos. Pero ya está. La realidad es inevitable, hay que aceptarla, afrontarla, empezar a trabajar en esa dirección, independientemente de que alguno de ellos pueda estar en un torneo determinado con un rol diferente.

- ¿Cómo se encara, desde tu lugar, el trabajo de reemplazo de tantos y tan buenos?

- En este contexto, la etapa del traspaso puede estar a cargo de Scola y Delfino. Carlos era demasiado joven cuando fue a Atenas y es algo menor que el resto. Y Luis porque otra vez va a desafiar a los calendarios: lo hizo cuando debutó a los 18 y lo hará ahora para mantenerse a los 30 y tantos. Apoyados en ellos dos, el objetivo será encontrar jugadores capaces de asumir responsabilidades con la camiseta de la Selección.

- ¿Aceptás que muchos no entiendan que el final de alguien es inevitable cuando está jugando la final de la NBA?

- Entiendo el razonamiento, pero las decisiones de este tipo no pasan solo por si seguís jugando muy bien o no. Es un esquema mucho más complejo. Tanto resultado importante durante tanto tiempo nos hace ser un poco románticos y creer que ellos van a poder con todo, siempre. Incluso los entrenadores a veces nos confundimos con estas cosas y nos dejamos llevar. Nosotros debemos ser fríos y decidir. Al tiempo no le gana nadie.

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- ¿Sentís nostalgia?

- Cuando terminó Londres me costó hacerme a la idea. Ahora, ya pasó. Estoy enfocado en la motivación de crear el grupo nuevo y leer el momento como una oportunidad. Por otro lado, es inevitable que el básquet y el deporte argentino sientan nostalgia de este equipo maravilloso.

- ¿Y qué es lo que viene?

- Siempre, después de un proceso que rompe los promedios históricos de resultados de un deporte durante mucho tiempo, la gente se acostumbra y confunde ese pico de rendimiento con el promedio histórico. Deberíamos lograr no comparar al resto con este equipo, no hay comparación posible. Argentina ha roto la cajita competitiva de Sudamérica, nuestra Liga es por mucho la mejor de esta parte del mundo. Venimos de ser cuartos en el Mundial Juvenil de hace 2 años. Digo esto a manera de ejemplo. El final del razonamiento es que existe buen material técnico y físico en ciertos jugadores que deberán cambiar su estatus competitivo y demostrar qué tan buenos son. Ver el piso de nivel de un jugador es fácil. Aventurar el techo es muy difícil. Por ejemplo: no me animo a decir que Franco Giorgetti no puede ser como Nocioni. Para mí, puede. Hoy, solo sabemos que tiene la oportunidad de convertirse en un muy buen jugador. Realmente es difícil hacer sentencias de ese tipo, ¿o alguien hubiese arriesgado que Ginóbili iba a ser Ginóbili?

- Europa es el lugar para pasar de bueno a muy bueno?

- Los antecedentes demuestran que a los nuestros jugar en Europa los hace crecer, los completa, los jerarquiza. El nuevo grupo debe demostrar que además de condiciones para jugar tiene un plan de carrera y que está dispuesto a los esfuerzos que eso conlleva. El otro sitio es la NBA, pero es más difícil. El muy buen jugador debe jugar muy bien en los muy buenos lugares. Es en esos contextos que tiene sentido e importancia una estadística. Si vos me decís que un jugador promedia 22 puntos, yo inmediatamente me fijo dónde los hace, equipo, liga, compañeros.

- En alguna de tus respuestas lo nombraste a Prigioni. Quiero saber si, más allá del inmenso concepto que tenés sobre él, te sorprendió su nivel en la NBA…

- Resolvió muy rápido el cambio de competición, tomó como propio el contexto y el entorno. Debut en NBA, los Knicks, el Madison, Nueva York. No es fácil tener todo eso en la cabeza, dejarlo afuera de la cancha y jugar al nivel que lo hizo. Su energía la enfocó en incorporar los sistemas de juego, conocer rivales, adaptarse al cambio de idioma. Y la rompió toda. Fue una muestra más de personalidad y de carácter, de un jugador muy sabio. Manejó todo como si estuviera jugando contra nosotros, eso me sorprendió gratamente. Y además a sus 36 años, nos enseñó, otra vez, que aunque seas un crack, se puede mejorar hasta el último día.

- Te imagino en tu casa a los gritos en varios momentos de la temporada…

- Me paré con mis hijos en el sillón tres mil veces. Por "Manu" ya no lo hacemos porque nos acostumbró a todo. Este año lo seguimos a Pablo, debo haber visto como 30 partidos. Fui a la cancha, estuve con él, conversamos mucho, vi prácticas, hablé con los entrenadores. Por todo eso pude ver mucho por la tele sabiendo lo que el equipo intentaba y viendo que, en gran medida gracias a Pablo, lo iba consiguiendo. Ojalá el retiro de Kidd le permita otro año ahí, un lugar acorde a su jerarquía.

- Disputado ya el juego 4, ¿qué opinás de la final de la NBA?

-Está muy cerrada, de hecho están 2-2. No me sorprendió que Spurs invirtiera la ventaja de local al principio, porque haber terminado antes la semifinal le permitió, independientemente del mayor descanso, preparar mejor los dos primeros partidos. En los tres juegos iniciales logró neutralizar a LeBron y el histórico festival de triples explica la inusual diferencia del tercero. Hace tres meses no hubiera pensado en una serie pareja, hoy claramente lo es. Y que lo siga siendo en los juegos 5 y 6 dependerá de que San Antonio vuelva a controlar a LeBron. Si lo consigue puede jugar de igual a igual, y ganar. Si no lo logra, sus chances son casi nulas.

- ¿En qué etapa de entrenador estás?

- Siempre miro para adelante, me cuesta mirar atrás. Esta carrera es muy difícil para proyectar. Vivo el presente. Estoy en un momento de plenitud. Hay un nuevo escenario, una obligación de conseguir resultados que se renueva, independientemente de quien juegue o deje de jugar. Mis objetivos, hoy, empiezan y terminan en la Selección, después se verá. Hasta mediados de 2014 tengo contrato.

- Se ha destacado casi como un hecho milagroso que tengas de asistente a "Oveja" Hernández. Son dos de los mejores y conviven con naturalidad…

- Me gustaría que eso tuviera la dimensión real que tiene, ni más ni menos. No es la primera vez que pasa, en una etapa anterior yo tuve a Magnano conmigo y Sergio (Hernández) me eligió a mí para Pekín 2008. Ahora comparto el trabajo con él y con Néstor (García). La razón es muy simple: creo en el trabajo en equipo y soy responsable de armar el mejor cuerpo técnico posible. Además, tengo confianza absoluta en la persona que, a su vez, confía absolutamente en mí. Y no es que no haya egos. El ego existe, es necesario en el deporte, es el combustible para la superación.

- Me da la sensación que minimizás el hecho…

- Solo trato de darle la medida justa. Este equipo de básquet, con distintos entrenadores, mantuvo 13 años de orden absoluto con conductas de total compromiso, exhibiendo una gran educación, general y deportiva. En ese marco, es menos complicado instrumentar estas iniciativas. Hacia el equipo es un mensaje de respeto, de convivencia, de estar dispuestos a ceder algo nuestro en pos del bien de todos. Y desde el cuerpo técnico, es una forma de estar a la altura de semejantes jugadores y de quedar en la historia de nuestro básquet.

- Habrás escuchado el comentario "el básquet tiene la fórmula para no tener problemas con las estrellas"…

- Sobre esto diría dos cosas. El deporte argentino toma casi como único parámetro lo que ocurre en el fútbol. Eso es un error, es irreal. Y también es irreal que el básquet tenga una fórmula. Es este equipo, este grupo de jugadores. Ellos lo hicieron, ellos lo hacen, no te complican una sola. No depende de nosotros, son ellos. Tienen mucha conducta. Y cuando digo mucha, es mucha de verdad.

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