13 Junio 2013
Hace 12 años tomó la decisión. Cansado de tanto manoseo, Carlos Alberto Chacana armó su valija y se marchó hacia un lejano país: Israel. Armó todo y partió en compañía de su esposa Priscila y de su pequeño hijo, Igor.
"En mi vida nada me fue fácil. Nadie me regaló nada; tampoco pedí que lo hicieran. Todo lo que conseguí y cada paso que di, tanto en mi vida privada como profesional, me costó mucho. Me hice fuerte por el apoyo incondicional que recibí de mi familia e incontables amigos, esos que te acompañan tanto en las buenas como en las malas", destacó el ex delantero de San Martín.
"Siempre siento alegría por volver a mi provincia y pisar el estadio de La Ciudadela", contó el actual delantero de Hapoel Ramat Gan FC, del fútbol israelí, respecto a su presencia en Bolívar y Pellegrini, cuando fue a alentar al equipo de Carlos Roldán.
"Realmente no esperaba el cordial recibimiento que me hizo la hinchada, me emocioné bastante. Fue algo increíble cómo se portó la gente, el periodismo, todos. Eso denota el cariño que me tienen. Eso no tan sólo lo percibí el día del partido; también lo noté aquel triste día que falleció mi Igor. En ese momento todo el mundo fue solidario conmigo. Encontré en la gente el apoyo que necesitaba para sobrellevar tanto dolor por la pérdida de mi hijo. Les estoy muy agradecido por el afecto que me mostraron. Incluyo también a la gente de Israel", agradece con el dolor que significa haberse despedido de un hijo, cuando lo natural dice que el hijo debe despedir al padre.
Humilde y solidario; esas son las características que identifican a Chacana. "Es que en el fútbol podés andar bien o mal. Es un deporte y puede suceder cualquier cosa. En lo personal, intento ser la misma persona que fui desde que tengo uso de razón", resalta y en seguida recuerda sus primeros pasos como futbolista.
"En ocasiones me tocaba ir a los entrenamientos con la panza vacía. En casa, mis viejos no podían darme el alimento que necesita un deportista de alto rendimiento. De vez en cuando disponía de una bicicleta para trasladarme. Si no, me iba caminado. Esos fueron mis comienzos", recuerda con orgullo el ex jugador de River y asegura: "siempre seré un agradecido a San Martín. Es el club que me brindó la posibilidad de crecer como persona y como futbolista". Todo lo invertido en el "santo", a Chacana le sirvió para pegar el gran salto de calidad. Le dio la chance de fichar para River. "Hoy puedo contar que pude compartir un vestuario con Ariel Ortega, con Javier Mascherano, con Javier Saviola. Me di el gusto de jugar la Copa Libertadores. Me había llevado Américo Gallego, pero cuando él se fue, asumió Ramón Díaz y se encargó de limpiar a todos los jugadores que habíamos llegado de la mano del 'Tolo'", comenta.
Paradójicamente, el mismo Ramón se encargó de recomendarlo para el fútbol de Europa. "Lo hizo a través de su hijo Emiliano. Los dos fuimos a jugar en Francia, pero como no tenía visa francesa no pude fichar. Lo mismo me ocurrió en Alemania. Tenía todo acordado con un club, pero no pudo ser. Entonces, me fui a Israel. Mi esposa es hija de israelíes y no tuve problemas. Aunque antes de jugar en el fútbol de ese país lo hice en Kuwait, por dos temporadas", recuerda. "La verdad es que en Israel me siento bastante cómodo. Trato de compartir todo lo que puedo con mi familia. Mi señora y mis dos hijos, Tiziano y Ronen (foto superior) Lo que me sucedió con Igor fue un duro golpe en mi vida, pero tengo por quiénes seguir luchando y no voy a aflojar", remarca hoy Chacana, quien desde siete temporadas está en Hapoel.
Igual, nadie le saca el sueño de algún día volver y retirarse en su San Martín querido. "En Hapoel tengo el apoyo del presidente. Una persona intachable, por conducta y por convicción. A pesar de que perdimos la categoría sigue apoyando al club. Tuvimos un año cambiante, descendimos, pero a la vez obtuvimos el derecho de jugar la Copa de la Liga Europea, ya que fuimos campeones en la Copa Medinat, una especie de Copa del Rey o Copa Argentina. Por ahí me ilusiono con terminar mi carrera en San Martín. Pero eso no depende de mí. Hay un técnico y dirigentes que deben resolverlo. En tanto, sigo pensando en Hapoel", asegura el delantero que se hizo profeta en tierra extranjera pero que nunca olvidará sus raíces.
"En mi vida nada me fue fácil. Nadie me regaló nada; tampoco pedí que lo hicieran. Todo lo que conseguí y cada paso que di, tanto en mi vida privada como profesional, me costó mucho. Me hice fuerte por el apoyo incondicional que recibí de mi familia e incontables amigos, esos que te acompañan tanto en las buenas como en las malas", destacó el ex delantero de San Martín.
"Siempre siento alegría por volver a mi provincia y pisar el estadio de La Ciudadela", contó el actual delantero de Hapoel Ramat Gan FC, del fútbol israelí, respecto a su presencia en Bolívar y Pellegrini, cuando fue a alentar al equipo de Carlos Roldán.
"Realmente no esperaba el cordial recibimiento que me hizo la hinchada, me emocioné bastante. Fue algo increíble cómo se portó la gente, el periodismo, todos. Eso denota el cariño que me tienen. Eso no tan sólo lo percibí el día del partido; también lo noté aquel triste día que falleció mi Igor. En ese momento todo el mundo fue solidario conmigo. Encontré en la gente el apoyo que necesitaba para sobrellevar tanto dolor por la pérdida de mi hijo. Les estoy muy agradecido por el afecto que me mostraron. Incluyo también a la gente de Israel", agradece con el dolor que significa haberse despedido de un hijo, cuando lo natural dice que el hijo debe despedir al padre.
Humilde y solidario; esas son las características que identifican a Chacana. "Es que en el fútbol podés andar bien o mal. Es un deporte y puede suceder cualquier cosa. En lo personal, intento ser la misma persona que fui desde que tengo uso de razón", resalta y en seguida recuerda sus primeros pasos como futbolista.
"En ocasiones me tocaba ir a los entrenamientos con la panza vacía. En casa, mis viejos no podían darme el alimento que necesita un deportista de alto rendimiento. De vez en cuando disponía de una bicicleta para trasladarme. Si no, me iba caminado. Esos fueron mis comienzos", recuerda con orgullo el ex jugador de River y asegura: "siempre seré un agradecido a San Martín. Es el club que me brindó la posibilidad de crecer como persona y como futbolista". Todo lo invertido en el "santo", a Chacana le sirvió para pegar el gran salto de calidad. Le dio la chance de fichar para River. "Hoy puedo contar que pude compartir un vestuario con Ariel Ortega, con Javier Mascherano, con Javier Saviola. Me di el gusto de jugar la Copa Libertadores. Me había llevado Américo Gallego, pero cuando él se fue, asumió Ramón Díaz y se encargó de limpiar a todos los jugadores que habíamos llegado de la mano del 'Tolo'", comenta.
Paradójicamente, el mismo Ramón se encargó de recomendarlo para el fútbol de Europa. "Lo hizo a través de su hijo Emiliano. Los dos fuimos a jugar en Francia, pero como no tenía visa francesa no pude fichar. Lo mismo me ocurrió en Alemania. Tenía todo acordado con un club, pero no pudo ser. Entonces, me fui a Israel. Mi esposa es hija de israelíes y no tuve problemas. Aunque antes de jugar en el fútbol de ese país lo hice en Kuwait, por dos temporadas", recuerda. "La verdad es que en Israel me siento bastante cómodo. Trato de compartir todo lo que puedo con mi familia. Mi señora y mis dos hijos, Tiziano y Ronen (foto superior) Lo que me sucedió con Igor fue un duro golpe en mi vida, pero tengo por quiénes seguir luchando y no voy a aflojar", remarca hoy Chacana, quien desde siete temporadas está en Hapoel.
Igual, nadie le saca el sueño de algún día volver y retirarse en su San Martín querido. "En Hapoel tengo el apoyo del presidente. Una persona intachable, por conducta y por convicción. A pesar de que perdimos la categoría sigue apoyando al club. Tuvimos un año cambiante, descendimos, pero a la vez obtuvimos el derecho de jugar la Copa de la Liga Europea, ya que fuimos campeones en la Copa Medinat, una especie de Copa del Rey o Copa Argentina. Por ahí me ilusiono con terminar mi carrera en San Martín. Pero eso no depende de mí. Hay un técnico y dirigentes que deben resolverlo. En tanto, sigo pensando en Hapoel", asegura el delantero que se hizo profeta en tierra extranjera pero que nunca olvidará sus raíces.
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