11 Junio 2013
FOTOS GENTILEZA ANABELLA MAUDET
¡Quién hubiera dicho que íbamos a encontrarnos con esto! Es la tercera vez que estamos por un par de semanas en Estambul en estos últimos cinco años. Por eso, imaginaba una estadía tranquila, con tiempo para leer y volver a aquellos lugares que más ilusión me hacían. Traje montones de libros, zapatos de taco y bonitos vestidos … y desde hace una semana no me saco los jeans y las sandalias de trekking, y a la noche caigo rendida de tanto caminar y cargar el bolso de fotos. Es que llegamos exactamente el día en que esto, que sin duda va a estar en los libros de historia, empezó como una manifestación contra la decisión del gobierno de transformar una plaza en un gran centro comercial. Hoy, la defensa del parque es apenas una de las muchas agendas que movilizan a la gente, al menos aquí en Estambul.
Están los verdes que mantienen el foco en el parque; todos los rojos, que van de los socialistas moderados a las alas más duras del comunismo… pero como también la bandera turca es roja, y hay aquí un sentimiento patriótico muy fuerte, el rojo es lo que predomina. Debajo de las banderas violetas se reúnen gays y lesbianas; los estandartes negros son naturalmente anarquistas, y hay unos amarillos que no he logrado saber de quiénes son. Sucede que el idioma es impenetrable y casi nadie habla inglés, así que voy, como una analfabeta, leyendo comportamientos, tratando de adivinar, intentando dialogar aunque más no sea un poquito.
Estuve en un par de corridas con gases lacrimógenos, los primeros días, pero la verdad es que del enfrentamiento duro con la policía vi los restos: autos y colectivos quemados que quedaron ahí desde entonces, como un telón de fondo contra el cual todo el mundo se saca fotos, sonriendo. Las agencias no se cansan de mostrar imágenes violentas, pero lo que yo veo es una fiesta, una celebración popular. Andando por las calles, a la noche, uno podría creer que Turquía salió Campeón del Mundo. Y en el Parque Gezi la cosa se parece mas al día de estudiante… Hoy deben ser varios centenares los que duermen en carpas, y uno de ellos me lo dejó bien claro: “not camping, occupying!”. Pululan los vendedores ambulantes de comida con sus carritos: hay mejillones rellenos de arroz, algodón de azúcar, sándwiches de kebab o de pescado grillado que son lo mas parecido a Chacho que uno ha visto… Hay guitarreadas, y enormes rondas espontáneas de gente que baila tomada por los hombros alrededor de un tamboril y una flauta. Hay también muchísima comida ofrecida, regalada, porque a falta de un concepto mejor resumiré diciendo que hay algo hippie en el ambiente: paz, libertad y anticapitalismo.
No está claro en qué se ha ido transformando todo esto, pero es palpable la alegría de reconocerse tan numerosos. También es evidente que van apareciendo miles de agendas, y que todas tienen en común la defensa de un estado laico, moderno y democrático frente a un gobierno que es percibido como conservador y religioso. De la economía nadie habla, no es un tema. Hace mas de 15 años que vienen creciendo mucho, se sienten prósperos. Al final, parece que no todo es el dinero...
Están los verdes que mantienen el foco en el parque; todos los rojos, que van de los socialistas moderados a las alas más duras del comunismo… pero como también la bandera turca es roja, y hay aquí un sentimiento patriótico muy fuerte, el rojo es lo que predomina. Debajo de las banderas violetas se reúnen gays y lesbianas; los estandartes negros son naturalmente anarquistas, y hay unos amarillos que no he logrado saber de quiénes son. Sucede que el idioma es impenetrable y casi nadie habla inglés, así que voy, como una analfabeta, leyendo comportamientos, tratando de adivinar, intentando dialogar aunque más no sea un poquito.
Estuve en un par de corridas con gases lacrimógenos, los primeros días, pero la verdad es que del enfrentamiento duro con la policía vi los restos: autos y colectivos quemados que quedaron ahí desde entonces, como un telón de fondo contra el cual todo el mundo se saca fotos, sonriendo. Las agencias no se cansan de mostrar imágenes violentas, pero lo que yo veo es una fiesta, una celebración popular. Andando por las calles, a la noche, uno podría creer que Turquía salió Campeón del Mundo. Y en el Parque Gezi la cosa se parece mas al día de estudiante… Hoy deben ser varios centenares los que duermen en carpas, y uno de ellos me lo dejó bien claro: “not camping, occupying!”. Pululan los vendedores ambulantes de comida con sus carritos: hay mejillones rellenos de arroz, algodón de azúcar, sándwiches de kebab o de pescado grillado que son lo mas parecido a Chacho que uno ha visto… Hay guitarreadas, y enormes rondas espontáneas de gente que baila tomada por los hombros alrededor de un tamboril y una flauta. Hay también muchísima comida ofrecida, regalada, porque a falta de un concepto mejor resumiré diciendo que hay algo hippie en el ambiente: paz, libertad y anticapitalismo.
No está claro en qué se ha ido transformando todo esto, pero es palpable la alegría de reconocerse tan numerosos. También es evidente que van apareciendo miles de agendas, y que todas tienen en común la defensa de un estado laico, moderno y democrático frente a un gobierno que es percibido como conservador y religioso. De la economía nadie habla, no es un tema. Hace mas de 15 años que vienen creciendo mucho, se sienten prósperos. Al final, parece que no todo es el dinero...
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