05 Junio 2013
ANGUSTIADA. Ojeda dijo que fue amenazada por la falsa profesional. LA GACETA / FOTO DE ENRIQUE GALINDEZ
Un problema con su hijo discapacitado sumado a un inminente desalojo llevó a Noelia Ojeda a buscar ayuda psicológica. En esa situación se encontraba cuando llegó al consultorio de Anna Inés Feler, por recomendación de una amiga. Pero, lejos de encontrar contención, Ojeda terminó descubriendo y denunciando que la supuesta profesional no figuraba en el Colegio de Psicólogos, ni en los registros de la Facultad de Psicología de la UNT, ni firmaba con su nombre verdadero.
Ojeda fue paciente de Feler durante tres meses. En ese período, su hijo de seis años también fue analizado por la falsa psicóloga. "Me habían pedido un informe psicológico en el colegio de mi hijo, que tiene problemas neurológicos y ella me cobró $ 1.000 para hacerlo", afirmó la mujer, que abonaba $ 200 cada sesión porque la "licenciada" no recibía obras sociales.
A simple vista, nada permitía dudar del profesionalismo de Feler. En la puerta del consultorio, situado en avenida Sarmiento al 1.200, una placa la anunciaba como "Psicóloga - Psicoanalista". Adentro, un título expedido por la Universidad Nacional de Tucumán colgaba de la pared, recordó Ojeda. Pero, con el paso del tiempo, la mujer comenzó a detectar algunas situaciones extrañas.
"Ella (Feler) nos medicó a mí y a mi hijo. Nos dio medicamentos que supuestamente son naturales y nos los regalaba como un gesto de bondad de su parte", relató. Y agregó que la falsa psicóloga jamás sellaba los recetarios ("me decía que le habían robado el sello") y que utilizaba dos firmas diferentes. Con esas hojas membretadas se dirigió Ojeda -más tarde- al Colegio de Psicólogos, donde le informaron que la matrícula pertenecía a otro profesional en actividad.
Anteriormente, fue víctima de una estafa. "Estaba viviendo una situación particular porque me iban a desalojar, me quedé sin trabajo y con mi hijo discapacitado", recordó la mujer. Entonces -agregó la denunciante- Feler le contó que conocía a Gustavo Durán, titular del Instituto Provincial de la Vivienda (IPV), y que podía interceder para que le adjudicaran una casa. Para realizar ese trámite le pidió $ 10.000, que Ojeda no volvió a ver. Después de denunciar a la falsa psicóloga, la mujer aseguró que fue amenazada. "Me llamó por teléfono y me dijo que iba a hacer que me quiten a mi hijo, que me iba a denunciar en mi trabajo por diversas cosas, me llamó prostituta y dijo que yo la acosaba", señaló Ojeda con angustia. "No estoy bien, estoy sufriendo ataques de pánico. Al final, fui a buscar ayuda psicológica y terminé más perjudicada", lamentó la mujer.
Ojeda fue paciente de Feler durante tres meses. En ese período, su hijo de seis años también fue analizado por la falsa psicóloga. "Me habían pedido un informe psicológico en el colegio de mi hijo, que tiene problemas neurológicos y ella me cobró $ 1.000 para hacerlo", afirmó la mujer, que abonaba $ 200 cada sesión porque la "licenciada" no recibía obras sociales.
A simple vista, nada permitía dudar del profesionalismo de Feler. En la puerta del consultorio, situado en avenida Sarmiento al 1.200, una placa la anunciaba como "Psicóloga - Psicoanalista". Adentro, un título expedido por la Universidad Nacional de Tucumán colgaba de la pared, recordó Ojeda. Pero, con el paso del tiempo, la mujer comenzó a detectar algunas situaciones extrañas.
"Ella (Feler) nos medicó a mí y a mi hijo. Nos dio medicamentos que supuestamente son naturales y nos los regalaba como un gesto de bondad de su parte", relató. Y agregó que la falsa psicóloga jamás sellaba los recetarios ("me decía que le habían robado el sello") y que utilizaba dos firmas diferentes. Con esas hojas membretadas se dirigió Ojeda -más tarde- al Colegio de Psicólogos, donde le informaron que la matrícula pertenecía a otro profesional en actividad.
Anteriormente, fue víctima de una estafa. "Estaba viviendo una situación particular porque me iban a desalojar, me quedé sin trabajo y con mi hijo discapacitado", recordó la mujer. Entonces -agregó la denunciante- Feler le contó que conocía a Gustavo Durán, titular del Instituto Provincial de la Vivienda (IPV), y que podía interceder para que le adjudicaran una casa. Para realizar ese trámite le pidió $ 10.000, que Ojeda no volvió a ver. Después de denunciar a la falsa psicóloga, la mujer aseguró que fue amenazada. "Me llamó por teléfono y me dijo que iba a hacer que me quiten a mi hijo, que me iba a denunciar en mi trabajo por diversas cosas, me llamó prostituta y dijo que yo la acosaba", señaló Ojeda con angustia. "No estoy bien, estoy sufriendo ataques de pánico. Al final, fui a buscar ayuda psicológica y terminé más perjudicada", lamentó la mujer.
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