02 Junio 2013
FOTOS GENTILEZA DE LAURA MOYANO
Mudos.
Pálidos.
Paralizados.
El sueño está a punto de cumplirse, pero la sensación -al menos por ahora- no es placentera. En el detrás de escena hay más bien caras de pánico, tripas que suenan, manos que transpiran. Al frente, sí, está todo lo que la fantasía había dictado: Hernán Caire con micrófono en mano, las cámaras que sobrevuelan el gigante estudio y las bailarinas de piernas infinitas y botas charoladas. Pero el shock les ha sellado las sensaciones a los chicos de El Reventón, que apenas se animan a estudiar la escena. Hasta que Bernardo Ortega, creador y líder de la banda, se hace cargo y ordena: "relájense. Le metamos onda; ya estamos acá". Acá es Pasión de Sábado, el programa que condensa lo mejor de la música tropical y en el que está a punto de sonar cumbia tucumana.
Ha sido un largo viaje hasta allí. Y no sólo el que se cuenta sobre la ruta. El Big Bang de El Reventón ocurrió hace ocho años, impulsado por el azar. "Éramos un grupo que quería pasarla bien: juntarnos, comer asados y tocar para otros amigos. Cuando vimos que a la gente le entusiasmaba lo que hacíamos, decidimos encarar el proyecto con más seriedad y grabar un disco", cuenta Ortega, uno de los dos integrantes que se mantienen de esa formación original.
En ese entonces "Pasión de sábado" eran apenas tres palabras juntas, una pantalla que se encendía todos los fines de semana, aunque no en todas las casas. "La cumbia no estaba bien vista en los primeros años del grupo. La relacionaban mucho con la droga, con la delincuencia... Mis padres, por ejemplo, me advertían que tuviera cuidado, que tener este grupo era peligroso. Y había también quienes nos decían '¿cómo van a hacer esa música? ¡Malísimo!'. Hoy esa misma gente nos ha visto en la televisión, nos contrata para sus fiestas y nos felicita".
Pese a los prejuicios iniciales, la banda persistió. Era Ortega mismo quien, a sus 18 años (hoy tiene 25), pautaba entrevistas con dueños de boliches u organizadores de bailes para presentar a El Reventón y pedir oportunidades. "Supongo que no veían nada serio que un adolescente intentara negociar con ellos. Fue difícil. Y atravesamos otras situaciones feas: una vez nos llamaron para tocar en Salta, por lo que pagamos la traffic para ir, porque supuestamente nos devolverían el dinero allá. Pero al llegar, el dueño del boliche no apareció ni contestó el teléfono; nos dejó clavados. Y eso es lo mínimo que puedo contar de todas las que pasamos…".
Hubo también momentos gloriosos, y esto mucho antes que Caire y las bailarinas. El baterista recuerda especialmente la primera vez que tocaron en "Elegidos", el año pasado, y la hamburgueseada con la que iban a masticar el entusiasmo post pantalla. "La juntada era en Villa Alem, en donde vive la mayoría de los integrantes de la banda. En el barrio nos esperaba una sorpresa increíble: los vecinos se habían juntado para recibirnos, saludarnos y aplaudirnos. Algunos familiares de los chicos lloraban de la emoción. No lo podíamos creer".
Changas y cohetes
Doce meses después, el apoyo de los amigos y fanáticos se volvió a imponer. Cuando El Reventón supo que finalmente se presentaría en "Pasión de sábado", a la alegría inmensa le siguió la preocupación por recaudar el dinero que cuesta hacer ese viaje, unos $ 25.000 según cálculos del músico (para cubrir la traffic, el hospedaje, la comida y los minutos de aire, entre otras cosas).
"Si te ponés a hacer números, te desmayás -resopla Ortega, sincero-. Los gastos son muchísimos, pero los chicos se organizaron muy bien: vendieron rifas, salieron a trabajar por changas... hasta sus madres preparaban comida para vender. La verdad es que me sorprendieron mucho; barrieron veredas, cortaron el pasto y levantaron basura para juntar el dinero. Algunos que no trabajaban se despertaban todos los días a las 7 para hacer eso".
Toda la adrenalina amontonada en esos esfuerzos decantó en el instante en que los ocho miembros de El Reventón se sentaron en la combi, el jueves 23, minutos antes del viaje a Buenos Aires que terminaría en un estudio del canal América. "Nos miramos a la cara y lloramos. Estábamos a punto de cumplir el sueño que teníamos desde chicos. Fue hermoso, esos momentos no tienen precio", reflexiona Ortega.
Afuera del transporte, una nueva reunión de vecinos y amigos les hacía sentir su amor incondicional. "No exagero, había como 200 personas reunidas en la casa de la que salíamos. Cortaron la calle, tenían carteles inmensos, ¡tiraron cohetes! Llegamos el viernes y llevé a los chicos a conocer los lugares fundamentales de la Capital, porque muchos nunca habían estado allí", relata el baterista, quien se asume también como el papá de sus compañeros.
De la participación en el programa quedan los recuerdos del shock anterior y de cuatro minutos de aire a puro baile y gritos de ¡con las manos bien arriba Pasión! que se pueden ver en YouTube. "¡Salió muy bien! Pero cuando volvimos a la traffic estábamos de nuevo mudos y pálidos. Les sugerí a los chicos que comieran y tomaran algo, así no se descompensaran -se ríe-. Y ahí se activó otra vez la fiesta. Nuestro objetivo ahora es afianzarnos en el norte y volver a Pasión antes de fin de año".
Ese sueño les latía en las sienes ya en el viaje de vuelta, mientras los chicos de El Reventón coloreaban el horizonte con futuras aventuras.
Felices.
Satisfechos.
Resplandecientes.
Se presentaron ayer
"Llamo para pedir un tema de 22 Guacho"
La 22 Guacho es una banda tucumana que se presentó ayer en "Pasión de sábado", en un programa atípico tras la desvinculación del conductor Hernán Caire. Pero para los chicos el sueño se dio por cumplido. "Una de las primeras cosas que ambicionás como cantante de cumbia es actuar en ese programa -señaló el cantante, Maximiliano Ruiz, quien sacó un préstamo para costear el viaje-. La banda logró muchas cosas en poco tiempo: hemos tocado en bailes con La Repandilla y la Champion Liga, entre otros. Y es muy lindo prender la radio y escuchar que la gente pide nuestros temas o abrir el Facebook y leer cientos de comentarios en los que te transmiten amor".
Miralo el sábado que viene
El Yipo llega con sus canciones románticas
El turno del tucumano El Yipo para actuar en América es el sábado 8. El nombre real del cantante es Franco Romano, de 17 años, que actúa en bailes y fiestas desde los 15. Contó que lleva ese apodo desde chico y que, cuando le tocó nombrar a su banda, su padre sugirió que lo tomara. "Mi viejo no forma parte de la banda, pero es muy importante porque me ayudó a formarla. Toda mi familia me apoya mucho porque sabe que esto es lo que me gusta hacer", indicó. El Yipo tiene un repertorio de cumbia romántica, en parte escrito por él. "Para componer me baso en lo que sucede siempre en las parejas, pero también en las historias que me cuentan mis conocidos".
Su turno es el 6 del julio
July, la representante jujeña en la TV nacional
Es la princesita de la cumbia del norte argentino. Julieta Cazzuchelli, cuyo nombre artístico es July-K, nació en Jujuy, pero vino a Tucumán con el objetivo de crear un estilo propio y hacerse un camino en la historia de la cumbia femenina. A sus 18 años, ya cuenta con un trabajo discográfico que contiene cuatro canciones, entre las que se destacan "Vuelve" y "Te lo perdiste". Antes de llegar a "Pasión de sábado", cumplirá otros sueños: el sábado que viene actuará por primera vez en "Elegidos", por Canal 8 de Tucumán, en donde dará cuenta de su generosa voz y de la fusión de ritmos que define su estilo.
Pálidos.
Paralizados.
El sueño está a punto de cumplirse, pero la sensación -al menos por ahora- no es placentera. En el detrás de escena hay más bien caras de pánico, tripas que suenan, manos que transpiran. Al frente, sí, está todo lo que la fantasía había dictado: Hernán Caire con micrófono en mano, las cámaras que sobrevuelan el gigante estudio y las bailarinas de piernas infinitas y botas charoladas. Pero el shock les ha sellado las sensaciones a los chicos de El Reventón, que apenas se animan a estudiar la escena. Hasta que Bernardo Ortega, creador y líder de la banda, se hace cargo y ordena: "relájense. Le metamos onda; ya estamos acá". Acá es Pasión de Sábado, el programa que condensa lo mejor de la música tropical y en el que está a punto de sonar cumbia tucumana.
Ha sido un largo viaje hasta allí. Y no sólo el que se cuenta sobre la ruta. El Big Bang de El Reventón ocurrió hace ocho años, impulsado por el azar. "Éramos un grupo que quería pasarla bien: juntarnos, comer asados y tocar para otros amigos. Cuando vimos que a la gente le entusiasmaba lo que hacíamos, decidimos encarar el proyecto con más seriedad y grabar un disco", cuenta Ortega, uno de los dos integrantes que se mantienen de esa formación original.
En ese entonces "Pasión de sábado" eran apenas tres palabras juntas, una pantalla que se encendía todos los fines de semana, aunque no en todas las casas. "La cumbia no estaba bien vista en los primeros años del grupo. La relacionaban mucho con la droga, con la delincuencia... Mis padres, por ejemplo, me advertían que tuviera cuidado, que tener este grupo era peligroso. Y había también quienes nos decían '¿cómo van a hacer esa música? ¡Malísimo!'. Hoy esa misma gente nos ha visto en la televisión, nos contrata para sus fiestas y nos felicita".
Pese a los prejuicios iniciales, la banda persistió. Era Ortega mismo quien, a sus 18 años (hoy tiene 25), pautaba entrevistas con dueños de boliches u organizadores de bailes para presentar a El Reventón y pedir oportunidades. "Supongo que no veían nada serio que un adolescente intentara negociar con ellos. Fue difícil. Y atravesamos otras situaciones feas: una vez nos llamaron para tocar en Salta, por lo que pagamos la traffic para ir, porque supuestamente nos devolverían el dinero allá. Pero al llegar, el dueño del boliche no apareció ni contestó el teléfono; nos dejó clavados. Y eso es lo mínimo que puedo contar de todas las que pasamos…".
Hubo también momentos gloriosos, y esto mucho antes que Caire y las bailarinas. El baterista recuerda especialmente la primera vez que tocaron en "Elegidos", el año pasado, y la hamburgueseada con la que iban a masticar el entusiasmo post pantalla. "La juntada era en Villa Alem, en donde vive la mayoría de los integrantes de la banda. En el barrio nos esperaba una sorpresa increíble: los vecinos se habían juntado para recibirnos, saludarnos y aplaudirnos. Algunos familiares de los chicos lloraban de la emoción. No lo podíamos creer".
Changas y cohetes
Doce meses después, el apoyo de los amigos y fanáticos se volvió a imponer. Cuando El Reventón supo que finalmente se presentaría en "Pasión de sábado", a la alegría inmensa le siguió la preocupación por recaudar el dinero que cuesta hacer ese viaje, unos $ 25.000 según cálculos del músico (para cubrir la traffic, el hospedaje, la comida y los minutos de aire, entre otras cosas).
"Si te ponés a hacer números, te desmayás -resopla Ortega, sincero-. Los gastos son muchísimos, pero los chicos se organizaron muy bien: vendieron rifas, salieron a trabajar por changas... hasta sus madres preparaban comida para vender. La verdad es que me sorprendieron mucho; barrieron veredas, cortaron el pasto y levantaron basura para juntar el dinero. Algunos que no trabajaban se despertaban todos los días a las 7 para hacer eso".
Toda la adrenalina amontonada en esos esfuerzos decantó en el instante en que los ocho miembros de El Reventón se sentaron en la combi, el jueves 23, minutos antes del viaje a Buenos Aires que terminaría en un estudio del canal América. "Nos miramos a la cara y lloramos. Estábamos a punto de cumplir el sueño que teníamos desde chicos. Fue hermoso, esos momentos no tienen precio", reflexiona Ortega.
Afuera del transporte, una nueva reunión de vecinos y amigos les hacía sentir su amor incondicional. "No exagero, había como 200 personas reunidas en la casa de la que salíamos. Cortaron la calle, tenían carteles inmensos, ¡tiraron cohetes! Llegamos el viernes y llevé a los chicos a conocer los lugares fundamentales de la Capital, porque muchos nunca habían estado allí", relata el baterista, quien se asume también como el papá de sus compañeros.
De la participación en el programa quedan los recuerdos del shock anterior y de cuatro minutos de aire a puro baile y gritos de ¡con las manos bien arriba Pasión! que se pueden ver en YouTube. "¡Salió muy bien! Pero cuando volvimos a la traffic estábamos de nuevo mudos y pálidos. Les sugerí a los chicos que comieran y tomaran algo, así no se descompensaran -se ríe-. Y ahí se activó otra vez la fiesta. Nuestro objetivo ahora es afianzarnos en el norte y volver a Pasión antes de fin de año".
Ese sueño les latía en las sienes ya en el viaje de vuelta, mientras los chicos de El Reventón coloreaban el horizonte con futuras aventuras.
Felices.
Satisfechos.
Resplandecientes.
Se presentaron ayer
"Llamo para pedir un tema de 22 Guacho"
La 22 Guacho es una banda tucumana que se presentó ayer en "Pasión de sábado", en un programa atípico tras la desvinculación del conductor Hernán Caire. Pero para los chicos el sueño se dio por cumplido. "Una de las primeras cosas que ambicionás como cantante de cumbia es actuar en ese programa -señaló el cantante, Maximiliano Ruiz, quien sacó un préstamo para costear el viaje-. La banda logró muchas cosas en poco tiempo: hemos tocado en bailes con La Repandilla y la Champion Liga, entre otros. Y es muy lindo prender la radio y escuchar que la gente pide nuestros temas o abrir el Facebook y leer cientos de comentarios en los que te transmiten amor".
Miralo el sábado que viene
El Yipo llega con sus canciones románticas
El turno del tucumano El Yipo para actuar en América es el sábado 8. El nombre real del cantante es Franco Romano, de 17 años, que actúa en bailes y fiestas desde los 15. Contó que lleva ese apodo desde chico y que, cuando le tocó nombrar a su banda, su padre sugirió que lo tomara. "Mi viejo no forma parte de la banda, pero es muy importante porque me ayudó a formarla. Toda mi familia me apoya mucho porque sabe que esto es lo que me gusta hacer", indicó. El Yipo tiene un repertorio de cumbia romántica, en parte escrito por él. "Para componer me baso en lo que sucede siempre en las parejas, pero también en las historias que me cuentan mis conocidos".
Su turno es el 6 del julio
July, la representante jujeña en la TV nacional
Es la princesita de la cumbia del norte argentino. Julieta Cazzuchelli, cuyo nombre artístico es July-K, nació en Jujuy, pero vino a Tucumán con el objetivo de crear un estilo propio y hacerse un camino en la historia de la cumbia femenina. A sus 18 años, ya cuenta con un trabajo discográfico que contiene cuatro canciones, entre las que se destacan "Vuelve" y "Te lo perdiste". Antes de llegar a "Pasión de sábado", cumplirá otros sueños: el sábado que viene actuará por primera vez en "Elegidos", por Canal 8 de Tucumán, en donde dará cuenta de su generosa voz y de la fusión de ritmos que define su estilo.
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