29 Mayo 2013
MOSCÚ.- Las disputas entre Rusia y Occidente sobre la potencial entrega de armas a los rebeldes en Siria ensombreció las perspectivas de las conversaciones de paz, que también se vieron afectadas por las diferencias existentes entre los enemigos políticos del presidente Bashar Al-Assad.
Mientras los gobiernos de países occidentales debaten qué acciones deberían tomar sobre Siria, si es que toman alguna, los principales aliados de Al Assad - Rusia, Irán y el grupo libanés chií Hezbollah- han estado cerrando filas detrás suyo. Rusia, que ha protegido a Al Assad diplomáticamente desde que el levantamiento sirio surgió en marzo del 2011, aseguró que suministrará con un sistema de defensa aérea S-300 a Damasco pese a las objeciones de Estados Unidos, Francia e Israel, argumentando que ayudaría a impedir una intervención en el conflicto.
Moscú también acusó a la Unión Europea de "arrojar combustible al fuego" y de dañar directamente las posibilidades de convocar a una conferencia de paz, al dejar que expire su propio embargo de armas sobre el país.
Francia y Gran Bretaña, las principales potencias militares de la UE y los mayores defensores de abandonar el embargo, dijeron que aún no habían decidido armar a los rebeldes sirios que combaten contra el régimen, pero que no tendrán que demorar una acción de ese tipo hasta la próxima reunión de ministros del bloque el 1 de agosto. "Pensamos que esta entrega es un factor estabilizador", planteó el viceministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Ryabkov.
El sistema S-300 puede interceptar aviones tripulados y misiles dirigidos y su entrega podría mejorar las posibilidades de Al Assad de retener el poder. Países occidentales critican esos envíos de armas en los mismos términos en que Moscú rechaza la entrega de armamento a los rebeldes.
El ministro de Defensa de Israel dijo que los sistemas de defensa aérea de misiles aún no habían dejado Rusia, pero insinuó una acción militar si fueran entregados. "Espero que no salgan y si, Dios no lo permita, llegaran a Siria, sabremos qué hacer", advirtió Moshe Yaalon.
A pesar de sus diferencias, Estados Unidos y Rusia están tratando de convocar a una conferencia internacional para poner fin al conflicto de 26 meses, que ha provocado la muerte de más de 80.000 personas y amenaza con avivar las confrontaciones en Oriente Medio. Los grupos rebeldes siguen negándose a que Al Assad tenga algún papel en cualquier transición política. La reunión para intentar poner fin a los dos años de cruento conflicto podría realizarse el 15 y el 16 de junio en Ginebra. (Reuters)
Mientras los gobiernos de países occidentales debaten qué acciones deberían tomar sobre Siria, si es que toman alguna, los principales aliados de Al Assad - Rusia, Irán y el grupo libanés chií Hezbollah- han estado cerrando filas detrás suyo. Rusia, que ha protegido a Al Assad diplomáticamente desde que el levantamiento sirio surgió en marzo del 2011, aseguró que suministrará con un sistema de defensa aérea S-300 a Damasco pese a las objeciones de Estados Unidos, Francia e Israel, argumentando que ayudaría a impedir una intervención en el conflicto.
Moscú también acusó a la Unión Europea de "arrojar combustible al fuego" y de dañar directamente las posibilidades de convocar a una conferencia de paz, al dejar que expire su propio embargo de armas sobre el país.
Francia y Gran Bretaña, las principales potencias militares de la UE y los mayores defensores de abandonar el embargo, dijeron que aún no habían decidido armar a los rebeldes sirios que combaten contra el régimen, pero que no tendrán que demorar una acción de ese tipo hasta la próxima reunión de ministros del bloque el 1 de agosto. "Pensamos que esta entrega es un factor estabilizador", planteó el viceministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Ryabkov.
El sistema S-300 puede interceptar aviones tripulados y misiles dirigidos y su entrega podría mejorar las posibilidades de Al Assad de retener el poder. Países occidentales critican esos envíos de armas en los mismos términos en que Moscú rechaza la entrega de armamento a los rebeldes.
El ministro de Defensa de Israel dijo que los sistemas de defensa aérea de misiles aún no habían dejado Rusia, pero insinuó una acción militar si fueran entregados. "Espero que no salgan y si, Dios no lo permita, llegaran a Siria, sabremos qué hacer", advirtió Moshe Yaalon.
A pesar de sus diferencias, Estados Unidos y Rusia están tratando de convocar a una conferencia internacional para poner fin al conflicto de 26 meses, que ha provocado la muerte de más de 80.000 personas y amenaza con avivar las confrontaciones en Oriente Medio. Los grupos rebeldes siguen negándose a que Al Assad tenga algún papel en cualquier transición política. La reunión para intentar poner fin a los dos años de cruento conflicto podría realizarse el 15 y el 16 de junio en Ginebra. (Reuters)
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