Los radares ya están en la calle y apuntan a las avenidas

La avenida Wenceslao Posse es ancha como una autopista. Y, a pesar de que lleva hacia el centro de la ciudad, los conductores la consideran como una extensión de la ruta. Eso quedó demostrado ayer: los radares descubrieron vehículos que llegaban a la zona de la Terminal de Ómnibus a más de 90 km/h. Los dispositivos para detectar los excesos de velocidad ya salieron a la calle. Si bien los inspectores aún no les labran actas a los infractores, el objetivo de los operativos es hacerles los últimos ajustes a los dispositivos con los que se implementará el sistema de fotomultas.

En aproximadamente 60 días se pondrá en marcha esta nueva forma de controlar el tránsito en la ciudad. Lo implementará la Municipalidad con el asesoramiento de la UTN. Por medio de cinemómetros (es el nombre técnico de los radares) fijos y móviles se detectarán las infracciones, el vehículo será fotografiado y su titular recibirá en su domicilio el acta de infracción.

En este momento, los dispositivos que se están probando en las calles de la ciudad son los radares móviles equipados con cámaras. Los fijos, que serán instalados en distintos semáforos de la ciudad y que controlarán los cruces de calles, todavía no llegaron. Los inspectores de Tránsito ya fueron capacitados por técnicos de la UTN. A su vez, están realizando un estudio para determinar en qué zonas de la ciudad es prioritario realizar los operativos.

En la dirección de Tránsito señalan a la avenida Mate de Luna como una de las más conflictivas: no se respetan las velocidades en ninguno de sus carriles. Lo mismo ocurre en la avenida Jujuy, al sur de la Roca, y en Camino del Perú. "En la Mate de Luna, por ejemplo, están muy bien marcadas las máximas de cada carril: 40, 60 y 70 km/h, respectivamente. Pero es común que no se las respete ni para arriba ni para abajo, es decir, por el carril de 70 hay personas que van a 40 y viceversa", explicó el director de Tránsito municipal, Carlos Soto.

"A ojo"
A nivel nacional se calcula que el 45% de las infracciones que se detectan son por exceso de velocidad (el dato corresponde a los resultados del Operativo Verano 2013 que implementó la Nación). Pero en San Miguel de Tucumán no hay cifras que permitan comprender la magnitud de este problema. La razón es simple: los inspectores debían realizar la observación "a ojo", porque no contaban con dispositivos adecuados para detectar los excesos.

Cuando entre en vigencia el nuevo sistema, los radares medirán la velocidad de todos los vehículos, pero tomarán una foto de aquellos que superen la máxima que se haya marcado como parámetro. A esa imagen no se la podrá manipular. Luego se la descargará en el sistema que confeccionará el acta que le llegará al titular del rodado.

En tercer lugar
De lo que sí hay datos concretos es de la otra infracción que medirán los radares fijos: violar la luz roja de los semáforos. De las 19.700 actas de infracción que se labraron desde enero hasta abril en la ciudad, el 11% corresponde a esta inconducta. Esta cifra la coloca en el tercer lugar del ranking de infracciones justo por detrás del uso del celular al volante y del estacionamiento en lugares prohibidos, según explicó Soto. El año pasado, los cruces con el semáforo en rojo habían representado el 10% del total.

Los complejos menos respetados de la ciudad son aquellos que se encuentran en los cruces de avenidas que son, justamente, algunos de los puntos más peligrosos. Soto puso como ejemplo el de Bulnes y Belgrano, donde este tipo de infracción se registra con mucha frecuencia. El resultado del estudio que está realizando la UTN indicará en qué semáforos es prioritario instalar los radares fijos.