Estaba prófugo desde hacía ocho años. Y, aunque pareciera increíble, jamás cambió de rubro. Pero ayer, los malabarismos no fueron suficientes y finalmente fue detenido. La Policía de Tucumán arrestó a un artista de circo que había sido condenado a cinco años de prisión por el crimen de un compañero en Chile y fue puesto a disposición de Interpol.
El 12 de septiembre de 2004, Oscar Torres Uribe había estacionado en una calle de Punta Arenas, en Chile, al sur del Sur, cuando vio que varios jóvenes se estaban peleando. De pronto, le rompieron el vidrio del vehículo y entre todos intentaron robárselo. Como el hombre se resistió, lo mataron a puñaladas. La Justicia de Chile, luego, condenó a los acusados, entre ellos Israel Villarroel Alvarado y Sebastián Curiche Vergara, quienes recibieron pena de 10 y 5 años de prisión respectivamente. Pero no llegaron a cumplirla ya que se escaparon.
Los acusados trabajaban en el Cirdo Rodas y eran conocidos como "Los hermanos Arena". Eran uno de los números centrales con su programa de malabarismo y equilibrio.
Desde el homicidio, y por pedido de la Justicia chilena, Interpol se encargó de la búsqueda. Los sospechosos lograron evadir la búsqueda pasando de Chile a Argentina e incluso, según la Policía, continuaron trabajando de lo suyo. Fueron estrellas de otros circos hasta que fueron acusados de otro homicidio, esta vez en Paraguay, y volvieron a desaparecer. Hasta que el año pasado, en otro ataque de furia, atacaron a otro compañero del circo, un brasileño, con quien se disputaban el amor de una colega. La Policía encabezó un allanamiento en un circo de Mendoza pero los sospechosos, alertados por la publicación de un diario, ya no estaban.
Según la Policía, Vergara, en pareja con una tucumana, llegó a nuestra provincia en enero y trabajó como electricista. Alguien conoció su historia y lo denunció. Anoche, personal de Investigaciones, al mando del comisario general José Ardiles, lo arrestó. Ahora será presentado en la Justicia Federal y en las próximas horas se lo extraditará a Chile, para que cumpla su condena. LA GACETA