28 Mayo 2013
MADRID.- Iñaki Urdangarin, el yerno del rey Juan Carlos de España, podría enfrentar a una pena de 17 años de prisión por los delitos de corrupción que son investigados por la Justicia. Ese es el alcance de la condena que la Fiscalía Anticorrupción va a pedir en el proceso por el desvío de fondos públicos por U$S 8 millones de los Gobiernos de la Comunidad Valenciana y de las Islas Baleares, según afirmaron ayer el diario La Voz de Galicia y la Cadena Ser.
En el escrito de acusación, se lo señalará como autor de tres delitos fiscales: malversación de fondos públicos, fraude a la Administración y prevaricato; y se descartarían los de blanqueo y evasión fiscal. El fiscal, Pedro Horrach, rebajaría su pedido de pena a cuatro años de prisión (de cumplimiento efectivo) en caso de que Urdangarin se aviniera a colaborar con la Justicia, se declarara culpable de los delitos que se le imputan y devolviendo la mayor parte de lo desviado. Hasta ahora, ha negado todos los cargos.
El esposo de la infanta Cristina y su ex socio, Diego Torres, desviaron el dinero estatal a través del Instituto Nóos, la organización vinculada al mundo del deporte que ambos crearon sin ánimo de lucro.
Su imputación y las sospechas de fraude fiscal que caen sobre la infanta (impulsada por el juez José Castro) han causado la peor crisis de la monarquía española en los 37 años de reinado de Juan Carlos.
Cristina podría ser la primera integrantes de la familia real que tendría que rendir cuentas ante la Justicia. El escándalo se produce en medio de una feroz crisis económica en España, agudizada por el desprestigio de los dirigentes del Partido Popular, acusados de haber cobrado sobresueldos en negro, incluido el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
En un gesto de austeridad, el Rey renunció a seguir usando el yate Fortuna y lo derivó a las arcas generales del Estado para que decidan su destino final. Sin embargo, los empresarios que hace más de una década se lo regalaron, le reclamaron al Gobierno que se los devuelva, ya que estaba afectado exclusivamente a la familia real. El lujoso barco tiene 41 metros de eslora, costó en 2000 U$S 26 millones y ha sido el símbolo de las vacaciones del rey. En agosto de 2012, la embarcación llevó a los ex presidentes de EEUU, George W. Bush y Bill Clinton, y al príncipe británico Carlos y Diana, como invitados especiales. (Télam-DPA)
En el escrito de acusación, se lo señalará como autor de tres delitos fiscales: malversación de fondos públicos, fraude a la Administración y prevaricato; y se descartarían los de blanqueo y evasión fiscal. El fiscal, Pedro Horrach, rebajaría su pedido de pena a cuatro años de prisión (de cumplimiento efectivo) en caso de que Urdangarin se aviniera a colaborar con la Justicia, se declarara culpable de los delitos que se le imputan y devolviendo la mayor parte de lo desviado. Hasta ahora, ha negado todos los cargos.
El esposo de la infanta Cristina y su ex socio, Diego Torres, desviaron el dinero estatal a través del Instituto Nóos, la organización vinculada al mundo del deporte que ambos crearon sin ánimo de lucro.
Su imputación y las sospechas de fraude fiscal que caen sobre la infanta (impulsada por el juez José Castro) han causado la peor crisis de la monarquía española en los 37 años de reinado de Juan Carlos.
Cristina podría ser la primera integrantes de la familia real que tendría que rendir cuentas ante la Justicia. El escándalo se produce en medio de una feroz crisis económica en España, agudizada por el desprestigio de los dirigentes del Partido Popular, acusados de haber cobrado sobresueldos en negro, incluido el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
En un gesto de austeridad, el Rey renunció a seguir usando el yate Fortuna y lo derivó a las arcas generales del Estado para que decidan su destino final. Sin embargo, los empresarios que hace más de una década se lo regalaron, le reclamaron al Gobierno que se los devuelva, ya que estaba afectado exclusivamente a la familia real. El lujoso barco tiene 41 metros de eslora, costó en 2000 U$S 26 millones y ha sido el símbolo de las vacaciones del rey. En agosto de 2012, la embarcación llevó a los ex presidentes de EEUU, George W. Bush y Bill Clinton, y al príncipe británico Carlos y Diana, como invitados especiales. (Télam-DPA)
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