28 Mayo 2013
SUS DOS PASIONES. A la izquierda, Kranevitter posa con su mamá, quien lo visitó esta semana. A la derecha, el volante central hace lo suyo en el partido del domingo frente a Rafaela.
Apenas unos días después de incluir el pedido entre sus deseos al soplar las velitas en su cumpleaños, Ramón Díaz se lo cumplió: Matías Kranevitter debutó el domingo en el Final para River. Un momento inolvidable para el juvenil tucumano, cuyos próximos pasos serán tratar de ganarse un lugar en la rotación habitual del "millonario" que está peleando el torneo.
"Fue el mejor regalo", le confesó el joven a LG Deportiva luego del debut que presenciaron su mamá Sandra, una prima y una tía, que viajaron para festejar su cumpleaños número 20. "Fuimos a cenar ese mismo día", agregó. Y aunque no pudo estar presente, Claudio, su papá, es uno de los factores que explican por qué Matías vive este presente.
El volante central había jugado apenas un minuto en la Primera ante Lanús, por el Torneo Inicial, cuando Gustavo Zapata ejercía el interinato tras la partida de Matías Almeyda, el año pasado. En este 2013 se venía desempeñando de manera continua en la mitad de la cancha de la Reserva, aunque el DT allí tuvo que empezar a prescindir de él en las últimas fechas, por una buena razón: desde arriba, los llamados hacia él ya son una costumbre y desde hace casi un mes que viene integrando las convocatorias para los partidos de River en el Torneo Final. "Quedar entre los 20 ya era un paso importante, pero quedar entre los 18 y luego ingresar es algo que todo jugador anhela", contó.
Contra Rafaela en el minuto 33 del segundo tiempo, llegaría el momento: "cuando me llamó Ramón para que ingresará por (Cristian) Ledesma fue algo muy lindo. Más allá del resultado en ese momento, que te daba tranquilidad era una gran responsabilidad para mí", relató el joven.
Y pese a que pudo debutar recién el domingo, el muchacho de Yerba Buena (que ya hizo también su experiencia en el seleccionado Sub 20) es uno más en la Gran Ciudad y en el plantel que marcha segundo en el campeonato. "Vivo en Núñez, en un departamento y a cinco cuadras del club. Pero como vamos a entrenar a Ezeiza, los mellizos (Rogelio y Ramiro) Funes Mori viven cerca y me llevan en sus autos. Son dos muy buenas personas. El grupo humano es excelente, soy uno más y te lo hacen sentir", dijo.
Los viernes, cuando el ensayo es futbolístico puro y en el Monumental, se va caminando. Y aunque los mellizos son sus compinches, su mejor amigo es Manuel Lanzini, con quien hizo migas en el Sudamericano. "Siempre concentramos juntos y desde ahí que nuestra amistad se profundizó", contó. Las perlitas son varias en un equipo al que cualquier tucumano le gustaría estar. Y eso que todavía le faltan varios capítulos.
"Fue el mejor regalo", le confesó el joven a LG Deportiva luego del debut que presenciaron su mamá Sandra, una prima y una tía, que viajaron para festejar su cumpleaños número 20. "Fuimos a cenar ese mismo día", agregó. Y aunque no pudo estar presente, Claudio, su papá, es uno de los factores que explican por qué Matías vive este presente.
El volante central había jugado apenas un minuto en la Primera ante Lanús, por el Torneo Inicial, cuando Gustavo Zapata ejercía el interinato tras la partida de Matías Almeyda, el año pasado. En este 2013 se venía desempeñando de manera continua en la mitad de la cancha de la Reserva, aunque el DT allí tuvo que empezar a prescindir de él en las últimas fechas, por una buena razón: desde arriba, los llamados hacia él ya son una costumbre y desde hace casi un mes que viene integrando las convocatorias para los partidos de River en el Torneo Final. "Quedar entre los 20 ya era un paso importante, pero quedar entre los 18 y luego ingresar es algo que todo jugador anhela", contó.
Contra Rafaela en el minuto 33 del segundo tiempo, llegaría el momento: "cuando me llamó Ramón para que ingresará por (Cristian) Ledesma fue algo muy lindo. Más allá del resultado en ese momento, que te daba tranquilidad era una gran responsabilidad para mí", relató el joven.
Y pese a que pudo debutar recién el domingo, el muchacho de Yerba Buena (que ya hizo también su experiencia en el seleccionado Sub 20) es uno más en la Gran Ciudad y en el plantel que marcha segundo en el campeonato. "Vivo en Núñez, en un departamento y a cinco cuadras del club. Pero como vamos a entrenar a Ezeiza, los mellizos (Rogelio y Ramiro) Funes Mori viven cerca y me llevan en sus autos. Son dos muy buenas personas. El grupo humano es excelente, soy uno más y te lo hacen sentir", dijo.
Los viernes, cuando el ensayo es futbolístico puro y en el Monumental, se va caminando. Y aunque los mellizos son sus compinches, su mejor amigo es Manuel Lanzini, con quien hizo migas en el Sudamericano. "Siempre concentramos juntos y desde ahí que nuestra amistad se profundizó", contó. Las perlitas son varias en un equipo al que cualquier tucumano le gustaría estar. Y eso que todavía le faltan varios capítulos.