26 Mayo 2013
COSTO. El argentino debió batallar para poder conservar el cinturón. DYN
BUENOS AIRES.- En una ratificación de su reconocida inteligencia y virtudes técnicas, el chubutense Omar Narváez retuvo en la madrugada de hoy el título mundial supermosca OMB por séptima vez consecutiva al batir en la ocasión por puntos en fallo dividido al cabo de doce rounds al muy exigente mexicano Felipe Orucuta en el Luna Park.
Uno de los jurados vio ganador al retador por un desmedido 118-110, pero los otros dos valoraron la experiencia y el talento del monarca y lo premiaron con un 115-113.
El criterio dispar de las autoridades del combate fue una consecuencia del ataque incesante del desafiante y de capacidad que tiene el dueño del cinturón para hacer la lectura más conveniente para cada pleito y aplicar la receta adecuada, que en ese caso consistió en caminar el cuadrilátero, cubrirse con eficacia, contraatacar y golpear con puntería, más allá de su punch insuficiente. En los primeros cuatro asaltos Narváez se impuso en todos, salvo en el inicial.
Quedó en evidencia desde un principio que el visitante disponía, tal como se sabía, de una diferencia en su favor tanto física como de potencia, pero el nacido en Trelew solucionó la situación con su destreza para boxear en la distancia que le conviene y la precisión de sus envíos al momento de responder.
A partir de la cuarta vuelta el mexicano dejó más en elocuencia su agilidad y movilidad, golpeando a los flancos, con la clara intención de disminuir los movimientos laterales de su inquieto oponente.
En la medida que fueron pasando los capítulos Narváez fue descifrando el método ofensivo del contrario, caminó mejor el ring y de ese modo evitó quedar encerrado, en tanto asumió mayores riesgos ofensivos.
Un bagaje de recursos amplísimo para replicar fue clave para la victoria del patagónico ante un adversario como el Orucuta, que tiró sin pausas, sin ofrecer la menor tregua, pero pegó menos de lo que pretendió. En cambio, el bicampeón, de contraataque o de esporádicos pasajes ofensivos, dio en la cara de un ambicioso desafiante, que contribuyó decididamente para que la pelea tomara dimensión de espectáculo.
En definitiva, Narváez (52 kilos), conservó el título supermosca OMB y se quedó con un récord compuesto por 39 triunfos, 20 de ellos expeditivos, un revés y dos empates.
En cuanto a Orucuta (52,050), su palmarés contiene ahora 27 victorias, 23 por nocaut, y dos derrotas. (DyN)
Uno de los jurados vio ganador al retador por un desmedido 118-110, pero los otros dos valoraron la experiencia y el talento del monarca y lo premiaron con un 115-113.
El criterio dispar de las autoridades del combate fue una consecuencia del ataque incesante del desafiante y de capacidad que tiene el dueño del cinturón para hacer la lectura más conveniente para cada pleito y aplicar la receta adecuada, que en ese caso consistió en caminar el cuadrilátero, cubrirse con eficacia, contraatacar y golpear con puntería, más allá de su punch insuficiente. En los primeros cuatro asaltos Narváez se impuso en todos, salvo en el inicial.
Quedó en evidencia desde un principio que el visitante disponía, tal como se sabía, de una diferencia en su favor tanto física como de potencia, pero el nacido en Trelew solucionó la situación con su destreza para boxear en la distancia que le conviene y la precisión de sus envíos al momento de responder.
A partir de la cuarta vuelta el mexicano dejó más en elocuencia su agilidad y movilidad, golpeando a los flancos, con la clara intención de disminuir los movimientos laterales de su inquieto oponente.
En la medida que fueron pasando los capítulos Narváez fue descifrando el método ofensivo del contrario, caminó mejor el ring y de ese modo evitó quedar encerrado, en tanto asumió mayores riesgos ofensivos.
Un bagaje de recursos amplísimo para replicar fue clave para la victoria del patagónico ante un adversario como el Orucuta, que tiró sin pausas, sin ofrecer la menor tregua, pero pegó menos de lo que pretendió. En cambio, el bicampeón, de contraataque o de esporádicos pasajes ofensivos, dio en la cara de un ambicioso desafiante, que contribuyó decididamente para que la pelea tomara dimensión de espectáculo.
En definitiva, Narváez (52 kilos), conservó el título supermosca OMB y se quedó con un récord compuesto por 39 triunfos, 20 de ellos expeditivos, un revés y dos empates.
En cuanto a Orucuta (52,050), su palmarés contiene ahora 27 victorias, 23 por nocaut, y dos derrotas. (DyN)
NOTICIAS RELACIONADAS
Lo más popular