Misión cumplida

Misión cumplida

Una celebración en la que no faltó nada ni nadie

LA GRAN DESPEDIDA. Hugo Dande le dijo adiós a la práctica del rugby. LA GRAN DESPEDIDA. Hugo Dande le dijo adiós a la práctica del rugby.
26 Mayo 2013
¿Cómo resumir 60 años de historia en una fiesta sin quedar debiéndole nada a nadie? Es prácticamente imposible. Sin embargo, Huirapuca se las arregló para incluir en su homenaje general a todos los que de alguna manera dejaron su huella desde aquel 3 de junio en que todo comenzó.

La vida se llevó al gran Horacio Rearte, fundador y presidente durante más de 20 años, pero su memoria estuvo presente en el Parque de la Joven Argentina, viva en cada foto, en cada mención y hasta en el aparato oftalmológico que le dio sus colores al club.

También estuvo Carlos González Chiappe, hombre de Buenos Aires que tendrá para siempre el honor de ser el primer entrenador de rugby de Huirapuca. "Cacho" Castillo y Fernando Martoni, presidentes de la UAR y de la URT respectivamente, destacaron el crecimiento del club pese a que vivió épocas difíciles.

Y es que de aquella institución sufrida que fue en su momento, nada queda que no sea su perenne espíritu de lucha. Espíritu que Dodó Barceló utilizó para responderle a Emilio Perasso, otro de los invitados de honor.

El ex entrenador de Los Pumas confesó que había ido a Concepción para conocer el secreto de un club que, pese a los obstáculos, había provisto de tantas figuras al seleccionado argentino.

Acto seguido, Barceló le obsequió al club un recorte de LA GACETA de 1984, en el que se daba la noticia del primer triunfo en la historia de Huirapuca: 10 a 7 sobre Lince.

A las 16.30, la multitud estaba apostada alrededor de la cancha principal, para presenciar un partido que que sólo se puede coinsiderar amistoso por la ausencia de puntos para el ganador. La intensidad con la que jugaron ambos equipos y la escasa diferencia que separaba a uno del otro en el marcador provocó que sobre el final mucha gente abandonara sus asientos e invadiera los costados de la cancha.

El resultado fue puramente anecdótico. Lo importante fue que Huirapuca vivió la fiesta que había imaginado, lleno en todos sus rincones por los miembros de esa gran familia que formó en seis décadas. Salud, "Huira", por otros 60 años.

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