Atlético gana una vez más casi desde el vestuario, pero el galope del tiempo le terminará arruinando lo que era la bienvenida al club de los 50 puntos. Lo que iba a ser una fiesta. Se fue Huracán, se fue el pospuesto de la fecha 30 con un 1-1 que pudo ser goleada del local y también derrota del local.
Cosa de locos. Siempre pasando uno que otro susto, Atlético anula la guapeza de la visita, Barone agradece una finta de Bustamante, tras centro a media altura de Luis Miguel, y con la diestra entierra la esperanza de valla invicta de Islas. Gol, 1-0, en 6 minutos. Una locura. Era el inicio perfecto, el mismo que contra Chicago, aunque la despedida, claro, fue otra.
Cosa de locos. Méndez logra robarle la intención a Islas y puntea el balón que se va pegado al palo derecho del hermano de Luis Alberto. Una lástima. Un lamento de "Demonio" que luego se clonó en la humanidad de Bustamante. ¡Qué suerte la del 10! En vez de pasarla teniendo a Méndez y a "Pulguita" cubriendo sus dos perfiles, prefirió encarar, amagar y definir en soledad. El manual lo pedía. Todo bien hasta antes del disparo. Todo mal después. La pelota durmió en la línea de salida.
Cosa de locos. Barrales, siempre complicado, regala el empate después de desperdiciar una parecida a la del enganche anfitrión.
O sea, amigo, el partido en sí fue para terminar en el loquero, con un ataque de nervios, mínimo, porque no bien arrancó el acto dos, Montiglio vio la roja (por doble amarilla), Barrales empató a los 5' y, en desventaja numérica, el mundo perfecto de Atlético empezó a derrumbarse. A explotar por los costados, por el centro. Entonces, Lucchetti hizo la de siempre: sacar dos o tres goles. Y Atlético, el conjunto, se arremangó las botas y fue al palo por palo. Barone lo tuvo; Maidana al final, casi, cuando la diferencia era 9 contra 11 porque Ballini también había visto dos amarillas.
Ferrero ayudó a equiparar la balanza con su expulsión, pero no tanto como para darle un empujón a este Atlético que hizo más por el triunfo que por el empate.
Las claves
1- Que Bustamante haya errado una chance clave no quiere decir que el empate sea culpa suya. Así como el falló, Barrales también. La roja a Montiglio fue "el" golpe que desentonó. Al equipo, que luchó siempre, lo complicó.
2- Tirón de orejas para Ballini, el otro "decano" que vio la roja por doble amarilla. La primera tarjeta que se ganó fue por protestar. "Bayo" , de lo mejor de la temporada, se equivocó. Por suerte, no le costó al grupo.
3- El 1 a 1, finalmente, no fue una derrota. El punto, por como se dio el partido, fue hasta injusto porque Atlético hizo siempre más que Huracán para llevarse los tres puntos. Le faltó fortuna en la puntada final.
4- El "domingo", contra Patronato, el equipo tendrá revancha como para ya superar el piso de los 50. La imagen que dejó el plantel habla por sí sola. El equipo dejó el alma pero no le alcanzó. Habrá revancha.