20 Mayo 2013
Opositores y ultra K, con fecha de vencimiento
El Frente para la Victoria pone en juego 39 bancas, la UCR 25, el peronismo disidente 14 y otras 8 el sector que lidera Mauricio MacriLos kirchneristas Pichetto, Fuentes y Filmus ponen en juego sus asientos, mientras el macrismo podría acceder a sus primeras bancas. Agustín Rossi, Diana Conti, Kunkel, Di Tullio y Depetri, Yoma, Alfonsín, Gil Lavedra ponen en juego sus espacios políticos.
FUTURO EN JUEGO. Conti y Rossi deberán pasar por la compulsa del voto popular, para saber si continuarán otro período como diputados nacionales. TELAM (ARCHIVO)
BUENOS AIRES.- Los mandatos de 127 diputados nacionales finalizarán este año, entre ellos 39 del oficialista Frente para la Victoria; 25 del radicalismo; 14 del peronismo disidente y 8 del macrismo; con lo cual se cumplimentará la renovación de la mitad de la Cámara de Diputados tal como manda la Constitución Nacional, cada dos años.
De 117 diputados que cuenta en su nómina oficial, el kirchnerismo debe poner en juego 39 bancas, entre ellas la de su jefe de bloque, Agustín Rossi.
Además, expondrá las de los ultra "K" Carlos "Cuto" Moreno, Diana Conti y Carlos Kunkel; la de la actual vicepresidenta de bancada, Juliana Di Tullio; la de la secretaria parlamentaria, Teresa García, y la del sindicalista Edgardo Depetri (quien completa el mandato del fallecido ex presidente Néstor Kirchner).
También, las de Sandra Mendoza (ex esposa del gobernador Jorge Capitanich) y Dulce Granados (esposa del intendente de Ezeiza, Jorge Granados); las de sus colegas de origen sindical, pero de destino cambiado, como Héctor Recalde y Omar Plaini, y las de los no tan cercanos Jorge Yoma, la de la ex duhaldista Mabel Müller y Blanca Blanco, esposa del gobernador santacruceño Daniel Peralta.
La UCR arriesgará 25 de sus 38 bancas, como las de su jefe de bancada, Ricardo Gil Lavedra, su ex candidato presidencial Ricardo Alfonsín, el cordobés Oscar Aguad y representantes del campo que ingresaron al Congreso tras la pelea por la "Resolución 125", como Ulises Forte, Pablo Orsolini, Ricardo Buyaile y Juan Casañas (Tucumán).
Del inter-bloque Frente Peronista, de 20 diputados que reportan a distintos referentes del PJ vencen los mandatos de 14, entre ellos Francisco de Narváez y Gustavo Ferrari; el filo-macrista Eduardo Amadeo, el ex presidente Ramón Puerta, la entrerriana Cristina Cremer (esposa del ex gobernador Jorge Busti), Claudia Rucci, el presidente del bloque Enrique Thomas; y el puntano Sergio Pansa, quien arrojó el botellazo a Rossi de la sesión en que se votó la reforma judicial.
El macrismo, de once legisladores renueva ocho, entre ellas, las diputadas Paula Bertol, Laura Alonso y Gabriela Michetti.
Mientras, los aliados del kirchnerismo, como el Frente Cívico por Santiago, pondrá en riesgo tres de siete bancas, entre ellas las de Daniel Brue (presidente del bloque) y Norma Abdala.
Los seis legisladores de Coalición Cívica deben renovar sus mandatos: entre ellas, su distanciada líder Elisa Carrió y su jefe del bloque y ex presidente del BCRA, Alfonso Prat Gay; aunque todo indica que irán por el mismo distrito, pero separados.
De seis, el socialismo renueva una, la de la santafesina Alicia Ciciliani; mientras que sus socios en el FAP deben lograr la reelección de siete legisladores: dos de cinco de la Unidad Popular (vence el mandato de Liliana Parada y Graciela Iturraspe), dos de cinco del GEN (su jefa política, Margarita Stolbizer, y su correligionario Gerardo Milman) y tres de cinco del juecista Frente Cívico de Córdoba.
El kirchnerista Nuevo Encuentro, de los cinco curules con que cuenta pone en riesgo las dos de sus principales referentes Martín Sabbatella y Carlos Heller.
De los bloques minoritarios, el Movimiento Popular Neuquino pone dos de tres a reelegir; Proyecto Sur tres de tres y la Unión Peronista, de Felipe Solá, sus tres diputados.
También habrá renovación en los bloques con dos integrantes, y en los unipersonales. (DyN)
El oficialismo busca los votos para avalar en el Senado
BUENOS AIRES.- El Senado renovará en las elecciones de octubre 24 bancas de ocho provincias, 17 de las cuales son ocupadas por dirigentes del Frente para la Victoria (FPV) y aliados, 8 por opositores y un independiente. Así, el oficialismo se juega la posibilidad de avanzar hacia los dos tercios que requiere una eventual reforma de la Constitución. Los comicios nacionales del 27 de octubre definirán una parte importante del futuro político e institucional argentino: si el Frente para la Victoria "K" y aliados accedieran a los dos tercios de las cámaras del Congreso, difícilmente resistirían la tentación de la enmienda.
Los legisladores que concluyen el mandato a fin de año fueron elegidos en 2007, un momento del ciclo ascendente del kirchnerismo y en el que fue votada presidenta, Cristina Fernández para su primer mandato.
El 27 de octubre votarán por renovar la representación en el Congreso los distritos de Ciudad de Buenos Aires, Entre Ríos, Río Negro, Chaco, Salta, Neuquén, Santiago del Estero y Tierra del Fuego. El oficialismo larga con la ventaja de manejar cuatro de las ocho jurisdicciones, mientras que aliados suyos administran dos (Santiago del Estero y Neuquén). Solo un opositor gobierna en uno (Capital Federal) y la gobernadora de Tierra del Fuego mantiene posiciones equidistantes. Del conjunto de los que apoyan al Gobierno nacional, 15 integran el bloque "K" y tres forman parte de los aliados permanentes. Entre los opositores, cuatro pertenecen a la UCR, dos son peronistas disidentes, una está en el FAP y hay uno en el Renovador de Salta. El independiente es el porteño Samuel Cabanchik que navega entre el oficialismo y la oposición.
En figuras conocidas, el kirchnerismo arriesga la presencia del jefe del bloque, Miguel Pichetto, quien se propone competir por la reelección en Río Negro; Marcelo Fuentes, de Neuquén, que elevó su perfil por la ley de medios y la reforma judicial; y Daniel Filmus.
El radicalismo pone en juego los asientos de dos ex gobernadores (Pablo Verani, de Río Negro, y Roy Nikisch, de Chaco), mientras el peronismo crítico arriesga al ex mandatario de Salta, Juan Carlos Romero y su coequiper, Sonia Escudero, y la Coalición Cívica en el FAP la banca de María Eugenia Estenssoro.
Ciudad de Buenos Aires es el distrito que genera las mayores expectativas, por la posibilidad de que el partido PRO, de Mauricio Macri, presuntamente con aliados, consiga uno o dos asientos en la Cámara Alta por primera vez. El kircherismo porteño, que arriesga uno de sus figuras, posiblemente tenga que librar una dura batalla con partidos de centro izquierda. (DyN)
De 117 diputados que cuenta en su nómina oficial, el kirchnerismo debe poner en juego 39 bancas, entre ellas la de su jefe de bloque, Agustín Rossi.
Además, expondrá las de los ultra "K" Carlos "Cuto" Moreno, Diana Conti y Carlos Kunkel; la de la actual vicepresidenta de bancada, Juliana Di Tullio; la de la secretaria parlamentaria, Teresa García, y la del sindicalista Edgardo Depetri (quien completa el mandato del fallecido ex presidente Néstor Kirchner).
También, las de Sandra Mendoza (ex esposa del gobernador Jorge Capitanich) y Dulce Granados (esposa del intendente de Ezeiza, Jorge Granados); las de sus colegas de origen sindical, pero de destino cambiado, como Héctor Recalde y Omar Plaini, y las de los no tan cercanos Jorge Yoma, la de la ex duhaldista Mabel Müller y Blanca Blanco, esposa del gobernador santacruceño Daniel Peralta.
La UCR arriesgará 25 de sus 38 bancas, como las de su jefe de bancada, Ricardo Gil Lavedra, su ex candidato presidencial Ricardo Alfonsín, el cordobés Oscar Aguad y representantes del campo que ingresaron al Congreso tras la pelea por la "Resolución 125", como Ulises Forte, Pablo Orsolini, Ricardo Buyaile y Juan Casañas (Tucumán).
Del inter-bloque Frente Peronista, de 20 diputados que reportan a distintos referentes del PJ vencen los mandatos de 14, entre ellos Francisco de Narváez y Gustavo Ferrari; el filo-macrista Eduardo Amadeo, el ex presidente Ramón Puerta, la entrerriana Cristina Cremer (esposa del ex gobernador Jorge Busti), Claudia Rucci, el presidente del bloque Enrique Thomas; y el puntano Sergio Pansa, quien arrojó el botellazo a Rossi de la sesión en que se votó la reforma judicial.
El macrismo, de once legisladores renueva ocho, entre ellas, las diputadas Paula Bertol, Laura Alonso y Gabriela Michetti.
Mientras, los aliados del kirchnerismo, como el Frente Cívico por Santiago, pondrá en riesgo tres de siete bancas, entre ellas las de Daniel Brue (presidente del bloque) y Norma Abdala.
Los seis legisladores de Coalición Cívica deben renovar sus mandatos: entre ellas, su distanciada líder Elisa Carrió y su jefe del bloque y ex presidente del BCRA, Alfonso Prat Gay; aunque todo indica que irán por el mismo distrito, pero separados.
De seis, el socialismo renueva una, la de la santafesina Alicia Ciciliani; mientras que sus socios en el FAP deben lograr la reelección de siete legisladores: dos de cinco de la Unidad Popular (vence el mandato de Liliana Parada y Graciela Iturraspe), dos de cinco del GEN (su jefa política, Margarita Stolbizer, y su correligionario Gerardo Milman) y tres de cinco del juecista Frente Cívico de Córdoba.
El kirchnerista Nuevo Encuentro, de los cinco curules con que cuenta pone en riesgo las dos de sus principales referentes Martín Sabbatella y Carlos Heller.
De los bloques minoritarios, el Movimiento Popular Neuquino pone dos de tres a reelegir; Proyecto Sur tres de tres y la Unión Peronista, de Felipe Solá, sus tres diputados.
También habrá renovación en los bloques con dos integrantes, y en los unipersonales. (DyN)
El oficialismo busca los votos para avalar en el Senado
BUENOS AIRES.- El Senado renovará en las elecciones de octubre 24 bancas de ocho provincias, 17 de las cuales son ocupadas por dirigentes del Frente para la Victoria (FPV) y aliados, 8 por opositores y un independiente. Así, el oficialismo se juega la posibilidad de avanzar hacia los dos tercios que requiere una eventual reforma de la Constitución. Los comicios nacionales del 27 de octubre definirán una parte importante del futuro político e institucional argentino: si el Frente para la Victoria "K" y aliados accedieran a los dos tercios de las cámaras del Congreso, difícilmente resistirían la tentación de la enmienda.
Los legisladores que concluyen el mandato a fin de año fueron elegidos en 2007, un momento del ciclo ascendente del kirchnerismo y en el que fue votada presidenta, Cristina Fernández para su primer mandato.
El 27 de octubre votarán por renovar la representación en el Congreso los distritos de Ciudad de Buenos Aires, Entre Ríos, Río Negro, Chaco, Salta, Neuquén, Santiago del Estero y Tierra del Fuego. El oficialismo larga con la ventaja de manejar cuatro de las ocho jurisdicciones, mientras que aliados suyos administran dos (Santiago del Estero y Neuquén). Solo un opositor gobierna en uno (Capital Federal) y la gobernadora de Tierra del Fuego mantiene posiciones equidistantes. Del conjunto de los que apoyan al Gobierno nacional, 15 integran el bloque "K" y tres forman parte de los aliados permanentes. Entre los opositores, cuatro pertenecen a la UCR, dos son peronistas disidentes, una está en el FAP y hay uno en el Renovador de Salta. El independiente es el porteño Samuel Cabanchik que navega entre el oficialismo y la oposición.
En figuras conocidas, el kirchnerismo arriesga la presencia del jefe del bloque, Miguel Pichetto, quien se propone competir por la reelección en Río Negro; Marcelo Fuentes, de Neuquén, que elevó su perfil por la ley de medios y la reforma judicial; y Daniel Filmus.
El radicalismo pone en juego los asientos de dos ex gobernadores (Pablo Verani, de Río Negro, y Roy Nikisch, de Chaco), mientras el peronismo crítico arriesga al ex mandatario de Salta, Juan Carlos Romero y su coequiper, Sonia Escudero, y la Coalición Cívica en el FAP la banca de María Eugenia Estenssoro.
Ciudad de Buenos Aires es el distrito que genera las mayores expectativas, por la posibilidad de que el partido PRO, de Mauricio Macri, presuntamente con aliados, consiga uno o dos asientos en la Cámara Alta por primera vez. El kircherismo porteño, que arriesga uno de sus figuras, posiblemente tenga que librar una dura batalla con partidos de centro izquierda. (DyN)