La Lucila, el ejemplo

La Lucila, el ejemplo

Un club que se formó en 2009 y a pulmón se convirtió en pionero y gran exponente del valle

EL BOCHAZO. Los valles calchaquíes son el escenario para las verdaderas artistas del deporte que La Lucila practica con alma y vida, sin temores y por amor al equipo. EL BOCHAZO. Los valles calchaquíes son el escenario para las verdaderas artistas del deporte que La Lucila practica con alma y vida, sin temores y por amor al equipo.
18 Mayo 2013
Sacrificio y una pasión que se destapó de repente. Una pasión incontrolable, que mueve montañas, esas que abrazan en el Valle de Tafí. "En 2009 las chicas no conocían el hockey. No sabían de qué se trataba, cómo se jugaba, no conocían a nadie. Para ellas era un mundo totalmente nuevo". José Ariza es el que relata ese pasado pelado de reglamentos, de conocimientos que hoy su equipo explota. El DT de La Lucila puso manos a la obra y allí arrancó la historia. "Había que empezar a buscarles referentes, a mostrarles todo ese tipo de cuestiones y sin ningún tipo de experiencia empezaron a jugar", comenta. El mismo año La Lucila llega a la final de la Liga del Interior (con el sub 16 y sub 14) . "A partir de ahí comienzan a jugar los torneos interprovinciales infantiles, empiezan a despegar y aparecen los talentos", agrega.

Pero este era un club sin paredes, sin canchas... Nada, sólo una cantidad desbordante de nuevas amantes del palo y la bocha. Entonces hubo que remarla. "Luego del torneo de este verano, que se hizo sin apoyo oficial, tomamos la decisión de formalizar el club, con personería jurídica", dice Hugo García, que se hizo cargo de los trámites para que La Lucila fuera reconocida legalmente y para federarla. "Para poder participar y organizar torneos. Para hacer todo más formal...", cuenta el revisor de cuentas del club.

Y el esfuerzo no estuvo sólo en la movida legal, también está en esas canchas improvisadas para los entrenamientos. "Los Cuartos, la Escuela 28 en Tafí, la 38 en El Mollar, y el patio de mi casa...", enumera José los puntos de reunión de las chicas, donde la magia ocurre. "En el Valle no es fácil hacer hockey, muchas veces las limitaciones son grandes, a pesar de que lo que sobra es talento. Estamos en el aire, hasta ahora…", avisa. Es que después de mucho "pelear" y rebuscársela sin cansancio, La Lucila está arreglando su cancha en El predio de Vialidad de la Provincia, confirmó el gran DT.

"Y sí, lo particular es que no tenemos cancha y las chicas se juntan a jugar en lugares diferentes, y en todos responden. Es nuestra característica, porque que además tenemos un técnico que sabe cómo se hacen las cosas y por eso el equipo responde, je, je", se agranda José, y está muy bien, porque su equipo rinde como si las comodidades para un deporte como este estuvieran a su alcance.

El secreto es que sobran ganas. Muchas. "Lo deportivo ya está, los resultados siempre acompañaron (La Lucila juega de 50 a 60 partidos por año)", reconoció García. Este año el equipo volverá al ruedo con todo, en el primer Torneo Anual de los Valles (ver aparte).

"Además de todo, hay que luchar contra el pensamiento de la gente. En la ciudad se preguntan: ¿y estas chicas, acaso juegan con piedras?"... Momentos duros y de todo tipo afrontaron "Las Guerreras" en los campeonatos que hasta aquí llevan participando.

"El apodo nació en Alderetes, y no se lo dijeron porque ellas iban al frente, se lo dijeron en forma muy despectiva, la frase textual fue: 'esas indias guerreras de 'm...'", comenta sin pelos en la lengua Ariza. "Ese fue el trato que se recibió en la Liga del Interior. Y yo me hago cargo de lo que digo porque lo vi" sentencia.

Lo mejor fue que hasta ese mal trago transformaron en miel las chicas. "El mote se fue transformando en un buen sobrenombre, por la entrega de las señoritas, que dejan todo a la hora de jugar", aclara.

Todo eso pasó, y a fuerza de resultados y participaciones en diferentes torneos, La Lucila se convirtió en un verdadero ejemplo. "Pese a eso, acá estamos. Y si vos me preguntás cómo es que llegamos hasta acá yo no lo sé. Sí sé que se trabajó y se pasó por mucho. Porque es mentira que se les colabora a las chicas del valle", sigue Ariza, convencido de todo, de lo bueno y de lo malo.

La Lucila es un equipo modelo: hay trabajo, esfuerzo, compañerismo y demasiadas ganas de jugar. Así, los buenos resultados llegan solos, aseguran. El Valle hace rato conoció al hockey, a La Lucila y rápidamente la pasión se contagió entre las montañas. Hasta equipos de provincias vecinas se sumaron a la movida. Todos juntos formalizaron la Asociación de los Valles Calchaquíes y hoy pondrán en marcha sus nuevas historias.

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