Por Indalecio Francisco Sanchez
08 Mayo 2013
El Gobierno no sólo lanzó un plan de blanqueo de capitales. También blanqueó que escasea la inversión, que le preocupa la falta de dólares ante la altísima demanda y que el "modelo" presenta fisuras severas. Blanqueó que los argentinos no confían en el peso (por eso les ofrece un bono en dólares), que los billetes verdes sí les importan a muchos y que los K son conscientes que devaluar es igual a perder las elecciones. Por ello, el equipo económico en pleno rechazó esa "mala palabra" en medio de un anuncio que -supuestamente- nada tenía que ver con rebajar el valor de la moneda, ya caído por la inflación y el alza del "blue". En lo estrictamente económico, la medida es de bajo impacto: no se espera que cambie mucho, ni que la decisión de blanquear capitales sea masiva, ante un Gobierno al que sus críticos le reclaman seguridad jurídica y garantías políticas.