06 Mayo 2013
NO DESEQUILIBRÓ. Diego Barrado alternó buenas y malas y su equipo lo sintió. En el segundo tiempo bajó su rendimiento. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARAOZ
Es difícil entender por qué a Atlético le costó tanto cerrar el partido con Nueva Chicago, un equipo limitadísimo que demostró en el Monumental el porqué de su triste presente.
El "decano" tuvo un arranque furioso que estuvo acompañado por yerros garrafales de un "equipo de otra categoría". Por eso sacó dos goles de diferencia. Pero entre su impericia ofensiva -en la primera parte no aprovechó los horrores defensivos de la zaga del "torito"- y el desgaste físico, casi lo dejan con la ñata contra el vidrio.
"En el primer tiempo erramos muchos goles. Era un partido para terminar 4 a 0, pero finalmente fue 2 a 1", lanzó Ricardo Rodríguez sabiendo que el duelo contra Estudiantes, por Copa Argentina, le pasó factura en el aspecto físico. "El jueves jugamos a un ritmo muy importante y eso se sintió. Por ese motivo ellos nos inquietaron al final", explicó el DT.
Tal cual. Luego del 2-0, al partido parecía que iban a sobrarle 82'. Pero no. La cuestión parecía fácil, pero las licencias del fondo de Atlético le permitieron a Raúl Becerra encender la llama de la esperanza con el sorpresivo descuento.
"¿Fácil? ¿Es fácil jugar? Te aclaro que no", increpó Cristian Lucchetti al cronista de LG Deportiva ante la consulta de por qué el sufrimiento del final. "Ningún rival es fácil, todos los partidos son muy duros y complicados. Es muy difícil que un partido se defina fácilmente", agregó el arquero, visiblemente ofuscado.
El error saltó a la vista claramente. Atlético dejó crecer a un rival que estaba muy cerca de la lona. Lo perdonó en un par de ocasiones y le dio la posibilidad de recuperarse. Error. Herido en su amor propio, y con poco por perder, Nueva Chicago casi termina matando al "decano" con el 2-2.
"Es difícil cuando el rival tira la pelota para adelante y va con todo. Chicago metió cuatro o cinco hombres dentro del área, sin orden y ahí se nos complicó. Lo positivo es que pudimos cerrar el duelo con un triunfo", dijo Diego Barrado, que alternó buenas y malas.
Atlético ganó, pero no le sobró nada. Aún tiene mucho que mejorar y, si no, que lo diga "RR". "Hay que tener actitud para cerrar los partidos, si no parecemos un equipo chico. Y eso que jugamos con uno que (casi) descendió", cerró el entrenador. Clarito.
El "decano" tuvo un arranque furioso que estuvo acompañado por yerros garrafales de un "equipo de otra categoría". Por eso sacó dos goles de diferencia. Pero entre su impericia ofensiva -en la primera parte no aprovechó los horrores defensivos de la zaga del "torito"- y el desgaste físico, casi lo dejan con la ñata contra el vidrio.
"En el primer tiempo erramos muchos goles. Era un partido para terminar 4 a 0, pero finalmente fue 2 a 1", lanzó Ricardo Rodríguez sabiendo que el duelo contra Estudiantes, por Copa Argentina, le pasó factura en el aspecto físico. "El jueves jugamos a un ritmo muy importante y eso se sintió. Por ese motivo ellos nos inquietaron al final", explicó el DT.
Tal cual. Luego del 2-0, al partido parecía que iban a sobrarle 82'. Pero no. La cuestión parecía fácil, pero las licencias del fondo de Atlético le permitieron a Raúl Becerra encender la llama de la esperanza con el sorpresivo descuento.
"¿Fácil? ¿Es fácil jugar? Te aclaro que no", increpó Cristian Lucchetti al cronista de LG Deportiva ante la consulta de por qué el sufrimiento del final. "Ningún rival es fácil, todos los partidos son muy duros y complicados. Es muy difícil que un partido se defina fácilmente", agregó el arquero, visiblemente ofuscado.
El error saltó a la vista claramente. Atlético dejó crecer a un rival que estaba muy cerca de la lona. Lo perdonó en un par de ocasiones y le dio la posibilidad de recuperarse. Error. Herido en su amor propio, y con poco por perder, Nueva Chicago casi termina matando al "decano" con el 2-2.
"Es difícil cuando el rival tira la pelota para adelante y va con todo. Chicago metió cuatro o cinco hombres dentro del área, sin orden y ahí se nos complicó. Lo positivo es que pudimos cerrar el duelo con un triunfo", dijo Diego Barrado, que alternó buenas y malas.
Atlético ganó, pero no le sobró nada. Aún tiene mucho que mejorar y, si no, que lo diga "RR". "Hay que tener actitud para cerrar los partidos, si no parecemos un equipo chico. Y eso que jugamos con uno que (casi) descendió", cerró el entrenador. Clarito.