06 Mayo 2013
Fueron los vecinos quienes dieron aviso del crimen a los familiares de la víctima, y de esa manera desbarataron el ardid que se había puesto en marcha para deshacerse del cuerpo y borrar todo rastro del hecho.
El protagonista de la historia es un policía que mató a un joven en la puerta de su casa en el barrio Néstor Kirchner, ubicado al Sur de la ciudad, y enterró el cuerpo en una finca ubicada sobre la ruta 321, en el Este de la provincia.
El sábado a las 22, una mujer llegó a la seccional 9ª para denunciar que algunos vecinos le habían comentado que el policía había matado de un tiro a su hermano, de 21 años, a las 7.30.
La mujer le contó a los policías que ya se había acercado a la casa del hombre, y que le había negado el hecho. "¡Cómo voy a hacer algo así!", le respondió indignado el policía ante la acusación.
Sin embargo, las versiones que les llegaban afianzaban cada vez más la historia, y decidieron realizar la denuncia. Unos minutos después de que la mujer relatara el hasta entonces supuesto crimen de su hermano, el policía llegó a la comisaría para avisar que había sido asaltado, y que le quitaron el arma y la documentación de su camioneta. Los policías a cargo del comisario Aldo Quiroga sospecharon que estaba tratando de armar una coartada, y lo aprehendieron.
La confesión
El policía, que reviste el grado de sargento, finalmente confesó que había asesinado al joven de un tiro en la espalda, ya que se había cansado de que siempre le robara, según comentó una fuente de la investigación.
Luego se deshizo del cuerpo. Lo subió a su camioneta Fiorino y se dirigió por la ruta 321, a una finca de caña ubicada cerca del río Lules, en las cercanías de la localidad de García Fernández. Se internó tres kilómetros en el monte, y dejó el cuerpo de la víctima.
La división Homicidios y Delitos Complejos, a cargo del oficial Jorge Dip, y la Policía Científica encontraron a la madrugada el lugar en el que había sido enterrado el joven. Por orden de la fiscala Adriana Giannoni se secuestró la camioneta del policía, el arma reglamentaria y la pala que habría usado para cavar la fosa.
Los testigos
El acusado no contó con los testigos que vieron el crimen y que dieron aviso a los familiares de la víctima. Los testigos dijeron que escucharon una discusión y luego la detonación. Incluso, una mujer aseguró que vio por la ventana de su casa cuando el policía cargaba en su camioneta el cuerpo. Ella fue quien le confirmó a la hermana del joven que había ocurrido un crimen.
Otro de los vecinos, según dijeron las fuentes consultadas, observó cuando el acusado regresaba a media mañana, ya sin el joven. El policía declarará en Tribunales, y la fiscala solicitará su detención en los próximos días.
Una vez que se confirmó el hecho, los allegados a la víctima atacaron la casilla en la que vivía el acusado, donde se había producido el crimen, según contaron las fuentes. La Policía tuvo que intervenir para calmar la situación.
El protagonista de la historia es un policía que mató a un joven en la puerta de su casa en el barrio Néstor Kirchner, ubicado al Sur de la ciudad, y enterró el cuerpo en una finca ubicada sobre la ruta 321, en el Este de la provincia.
El sábado a las 22, una mujer llegó a la seccional 9ª para denunciar que algunos vecinos le habían comentado que el policía había matado de un tiro a su hermano, de 21 años, a las 7.30.
La mujer le contó a los policías que ya se había acercado a la casa del hombre, y que le había negado el hecho. "¡Cómo voy a hacer algo así!", le respondió indignado el policía ante la acusación.
Sin embargo, las versiones que les llegaban afianzaban cada vez más la historia, y decidieron realizar la denuncia. Unos minutos después de que la mujer relatara el hasta entonces supuesto crimen de su hermano, el policía llegó a la comisaría para avisar que había sido asaltado, y que le quitaron el arma y la documentación de su camioneta. Los policías a cargo del comisario Aldo Quiroga sospecharon que estaba tratando de armar una coartada, y lo aprehendieron.
La confesión
El policía, que reviste el grado de sargento, finalmente confesó que había asesinado al joven de un tiro en la espalda, ya que se había cansado de que siempre le robara, según comentó una fuente de la investigación.
Luego se deshizo del cuerpo. Lo subió a su camioneta Fiorino y se dirigió por la ruta 321, a una finca de caña ubicada cerca del río Lules, en las cercanías de la localidad de García Fernández. Se internó tres kilómetros en el monte, y dejó el cuerpo de la víctima.
La división Homicidios y Delitos Complejos, a cargo del oficial Jorge Dip, y la Policía Científica encontraron a la madrugada el lugar en el que había sido enterrado el joven. Por orden de la fiscala Adriana Giannoni se secuestró la camioneta del policía, el arma reglamentaria y la pala que habría usado para cavar la fosa.
Los testigos
El acusado no contó con los testigos que vieron el crimen y que dieron aviso a los familiares de la víctima. Los testigos dijeron que escucharon una discusión y luego la detonación. Incluso, una mujer aseguró que vio por la ventana de su casa cuando el policía cargaba en su camioneta el cuerpo. Ella fue quien le confirmó a la hermana del joven que había ocurrido un crimen.
Otro de los vecinos, según dijeron las fuentes consultadas, observó cuando el acusado regresaba a media mañana, ya sin el joven. El policía declarará en Tribunales, y la fiscala solicitará su detención en los próximos días.
Una vez que se confirmó el hecho, los allegados a la víctima atacaron la casilla en la que vivía el acusado, donde se había producido el crimen, según contaron las fuentes. La Policía tuvo que intervenir para calmar la situación.