29 Abril 2013
DEMASIADO POCO. Jockey Club (T) sigue deambulando en la incertidumbre y los rivales aprovechan para llevarse los puntos. LA GACETA / FOTO DE ENRIQUE GALINDEZ
El paso de Los Tarcos por San Lorenzo podría ser calificado como "un entrenamiento que valió cinco puntos". Un mundo de distancia hubo entre el conjunto del ex aeropuerto y Tigres, que pese al roce con los clubes de primera sigue siendo un equipo, cuando mucho, del Ascenso. El 86-10 final fue bastante similar al 84-6 del enfrentamiento en la primera rueda.
En casos como este, no tiene mucho sentido intentar desgranar las virtudes y culpas de cada uno, simplemente porque uno fue sólo luces y el otro pura oscuridad. Como en el encuentro de ida, Los Tarcos no tuvo que esforzarse demasiado para demoler a su rival. Le alcanzó con su experiencia, su mayor envergadura física, su control de pelota y su dominio abrumador en todas las facetas de juego. Nada extraño cuando se enfrentan dos realidades tan antagónicas.
Más allá de la goleada, los "rojos" continúan en el quinto puesto de la zona B, con 21 puntos, dos menos que Huirapuca y Old Lions.
La contracara estuvo en el country de Perón y Bascary: Jockey Club (T), que en un momento se había presentado como un rival de cuidado, volvió a su versión timorata y cayó sin respuestas frente a Gimnasia y Tiro. El conjunto salteño se tomó revancha del triunfo "cañero" en la primera rueda, cuando todo parecía diferente. Luego de un olvidable primer tiempo, el "albo" sumó a través de los pies de su apertura y decretó el 20 a 3 final.
ABRIENDO EL JUEGO
Dar el ejemplo
Carolina Morato
[email protected]
Estoy sorprendida e indignada por el trato humillante y desmotivador que un dirigente de Cardenales tuvo para la categoría M12 en el partido contra sus pares de Natación. No suma en absoluto decirles, entre otras cosas, "el que no haga las cosas como yo digo se tendrá que ir, esto es un juego para hombrecitos".
Quiero recordarle que si bien el entrenamiento debe ser disciplinado porque el rugby lo demanda, esto no es el ejército. Nuestros hijos asisten para aprender, hacer amigos y jugar al deporte que tanto les gusta. Ellos merecen contención de la familia, de los entrenadores y directivos. Aunque suene trillado, no hay mejor manera de enseñar que predicando con el ejemplo.
Espero que mis palabras, lejos de ofender, sirvan para hacer un llamado a su conciencia y exhortarlo a enfocarse más en sus actividades como autoridad del club.
En casos como este, no tiene mucho sentido intentar desgranar las virtudes y culpas de cada uno, simplemente porque uno fue sólo luces y el otro pura oscuridad. Como en el encuentro de ida, Los Tarcos no tuvo que esforzarse demasiado para demoler a su rival. Le alcanzó con su experiencia, su mayor envergadura física, su control de pelota y su dominio abrumador en todas las facetas de juego. Nada extraño cuando se enfrentan dos realidades tan antagónicas.
Más allá de la goleada, los "rojos" continúan en el quinto puesto de la zona B, con 21 puntos, dos menos que Huirapuca y Old Lions.
La contracara estuvo en el country de Perón y Bascary: Jockey Club (T), que en un momento se había presentado como un rival de cuidado, volvió a su versión timorata y cayó sin respuestas frente a Gimnasia y Tiro. El conjunto salteño se tomó revancha del triunfo "cañero" en la primera rueda, cuando todo parecía diferente. Luego de un olvidable primer tiempo, el "albo" sumó a través de los pies de su apertura y decretó el 20 a 3 final.
ABRIENDO EL JUEGO
Dar el ejemplo
Carolina Morato
[email protected]
Estoy sorprendida e indignada por el trato humillante y desmotivador que un dirigente de Cardenales tuvo para la categoría M12 en el partido contra sus pares de Natación. No suma en absoluto decirles, entre otras cosas, "el que no haga las cosas como yo digo se tendrá que ir, esto es un juego para hombrecitos".
Quiero recordarle que si bien el entrenamiento debe ser disciplinado porque el rugby lo demanda, esto no es el ejército. Nuestros hijos asisten para aprender, hacer amigos y jugar al deporte que tanto les gusta. Ellos merecen contención de la familia, de los entrenadores y directivos. Aunque suene trillado, no hay mejor manera de enseñar que predicando con el ejemplo.
Espero que mis palabras, lejos de ofender, sirvan para hacer un llamado a su conciencia y exhortarlo a enfocarse más en sus actividades como autoridad del club.
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