Los acuerdos de precios nacieron con una fecha de vencimiento

Eduardo Robinson - Economista

Si algo caracterizó a la política económica en los últimos años es la concepción de que impulsar el consumo implica crecer. Esta receta sólo funciona en el corto plazo y cuando la economía atraviesa una situación recesiva. La encrucijada que se presenta en el actual contexto es que, al haberse enfatizado en el consumo y descuidarse la inversión, los incrementos salariales, que en rigor son reparaciones, tengan poco efecto para seguir impulsando el consumo. Al no reducirse la tasa de inflación se debilita el poder adquisitivo y se desincentiva el endeudamiento, es decir se frenan los motores del consumo. Por eso ante ciertos síntomas de enfriamiento del consumo el Gobierno desplegó una batería de medidas para evitar que la variable clave del modelo se estanque. Éstas están orientadas a evitar la aceleración de la inflación y disminuir el costo del financiamiento. Es decir, evitar que siga cayendo el poder adquisitivo e impulsar el endeudamiento. Los acuerdos de precios está comprobado que no son una medida adecuada para atacar la inflación: nacen con fecha de vencimiento. Sirven, en el mejor de los casos, para ganar tiempo mientras se implementan otros medidas más efectivas. Actúan como una suerte de calmante que alivia pero no cura. Por lo tanto, su efectividad es muy reducida.

Por otro parte, la reducción en los costos de financiamiento de las tarjetas, si bien contribuyen a expandir el gasto, en consumo, están acotados al rubro alimentos. La baja de 10 puntos porcentuales sí es una medida reactivante del consumo pero en la medida que en paralelo no se incrementen las comisiones o gastos de envío.

En cuanto al éxito de las medidas, no hay grandes expectativas de que logren compensar la pérdida de poder adquisitivo ni la incertidumbre que acompaña el desenvolvimiento económico del año electoral. De hecho, las tasas de inflación de los últimos meses no han sido demasiado alentadoras. Según el Congreso la inflación de marzo fue del 1,5% mientras que el Indec arrojó 0,7%, cuando en el mes de febrero la variación de precios al consumidor fue del 0,5%. Las medidas pueden estabilizar, pero no expandir el consumo.

El problema del Gobierno es si la capacidad de consumo de la población se resiente o se expande a tasas menores que la de los años recientes. La debilidad de la actividad económica lleva a suponer que habrá una reducción en la cantidad de horas trabajadas por lo cual la masa salarial tenderá a estancarse o disminuir.

El enfriamiento del consumo también obedece a la suba de tarifas de servicios públicos y suba de impuestos en casi todas las jurisdicciones. Esto, sumado a la baja rentabilidad de varios sectores de la economía, resta capacidad de compra a amplios sectores sociales más allá de que siga habiendo abundante financiamiento disponible para el consumo.

37% Alimentos

Ese es parte del ingreso que se destina a comer.la distribución del gasto familiar13,8% 

13,8% Transporte 

Este gasto es compartido con comunicaciones.

10,4% en ropa

Es lo que se destina a calzado e indumentaria.

7,9% servicios

Es para el gasto en el hogar y el pago de boletas.

7,5% mobiliario

Va a la compra de artefactos para el hogar.