24 Abril 2013
Aun con variantes, avanza la reforma judicial
El Gobierno, sorpresivamente, introdujo una serie de modificaciones al texto original sobre el Consejo de la Magistratura, que apuntan a restarle facultades presupuestarias y administrativas y devolvérselas a la Corte Suprema de Justicia. Los cambios obedecieron a un reclamo de las Cámaras Nacionales y Federales de todo el país, a través de Ricardo Lorenzetti.
ARGUMENTACIONES. El ministro de Justicia, Julio Alak y el secretario del área, Julián Alvarez (al centro) volvieron al Congreso para explicar el proyecto oficial DYN
BUENOS AIRES.- Un paso clave logró ayer el Frente para la Victoria, al firmar los tres dictámenes más polémicos sobre la reforma judicial: los cambios en el Consejo de la Magistratura, la creación de tres nuevas cámaras de casación y la regulación de las medidas cautelares contra el Estado.
Sin embargo, sorpresivamente, el oficialismo introdujo una serie de cambios al texto original sobre el Consejo de la Magistratura, que apuntan a restarle facultades presupuestarias y administrativas y devolvérselas a la Corte Suprema.
Las modificaciones obedecieron a un reclamo de la Junta de Presidentes de Cámaras Nacionales y Federales de todo el país que el presidente del máximo tribunal, Ricardo Lorenzetti, le acercó a la presidencia de Diputados.
Por eso, con el aval del ministro de Justicia, Julio Alak, y el secretario del área, Julián Álvarez, el Frente para la Victoria aceptó que sea la Corte -como cabeza del Poder Judicial- la encargada de administrar el presupuesto, la política salarial y los concursos del personal del órgano que designa y remueve jueces.
"El Consejo de la Magistratura -con su actual integración y mucho más con la futura- posee una estructura típicamente parlamentaria alejada de la agilidad y celeridad que requiere la tarea ejecutiva", alertaron desde el sector judicial. El nuevo texto indica que el Consejo de la Magistratura gozará de los recursos que le asignen la ley de Presupuesto y la ley de Administración Financiera. Los cambios tomaron por sorpresa a la oposición, que insistió con la "inconstitucionalidad" de esta iniciativa por la nueva composición del órgano, y cargaron contra la "politización" del Poder Judicial y el nuevo régimen de mayoría absoluta para la toma de decisiones. "Es un retroceso gravísimo en términos de independencia judicial", lamentó el presidente del bloque radical, Ricardo Gil Lavedra, quien negó que exista "equilibrio" con la nueva integración del Consejo.
Justamente, muchos se mostraron escépticos con los cambios sugeridos por el oficialismo. "Vaya a saber qué hay detrás de todo esto", dudó Liliana Parada (Unidad Popular). Más dura, Elisa Carrió (CC-ARI) denunció un "pacto" entre Ricardo Lorenzetti y la presidenta Cristina Fernández: "Le da el manejo del dinero, del presupuesto y del personal, aún más allá de lo que dice la Constitución. Ayer le sacaban todo y hoy le dan todo", lanzó.
El riojano Jorge Yoma le bajó el tono a la polémica y desestimó que exista tal acuerdo, aunque mantuvo su postura y firmó en soledad un dictamen de rechazo para cada proyecto, al opinar que "mantienen en su letra el sesgo autoritario e inconstitucional".
En tanto, el peronista disidente Gustavo Ferrari le respondió al ministro Alak y sostuvo que "el Poder Judicial es contramayoritario porque garantiza la igualdad ante la ley".
El macrista Pablo Tonelli dijo que "no es lógico que los jueces hagan campaña con un partido político" y que, del mismo modo, "los abogados van a responder a ese partido político, no a los abogados que supuestamente representan según la Constitución".
La oposición también rechazó el proyecto que crea tres nuevas cámaras de Casación en lo Contencioso Administrativo Federal, del Trabajo y la Seguridad Social y en lo Civil y Comercial.
Tampoco faltaron las críticas a las restricciones a las medidas cautelares. El proyecto dispone que un juez sólo podrá dictar una cautelar si es competente en la causa. Caso contrario, podrá tomar una medida unilateral sin escuchar al Estado cuando se encuentre comprometida la vida, la salud, el derecho alimentario o el medio ambiente, o también cuando el tema afecte a "sectores socialmente vulnerables".
Además, las medidas cautelares no podrán tener una vigencia superior a seis meses en el proceso ordinario, ni de tres meses en el proceso sumarísimo o de amparo, pero que se podrán extender por seis meses siempre que resulte "procesalmente indispensable". En tanto, el Estado no podrá interponer este recurso cuando se trate de conflictos laborales, los cuales se regirán por las leyes vigentes en la materia. (Especial)
Lorenzetti reenvió una carta de la Cámara de Casación a Cristina
El titular de la Cámara de Casación Penal, Gustavo Hornos, estimó que de concretarse la reforma judicial "se produciría una paralización del Poder Judicial de la Nación, con las negativas consecuencias que esta situación acarrearía, trasladándose a los ciudadanos". Los conceptos están insertos en la misiva que le envió al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti y que éste le hizo llegar a la jefa de Estado, Cristina Fernández, quien ante esta situación instruyó a los legisladores del FpV a realizar algunas modificaciones que contiene el proyecto original de reforma judicial enviado por el PE al Congreso. La carta marca diferencias respecto de la propuesta de modificación al sistema de selección de empleados. También cuestiona el probable traspaso de "las facultades tecnico-administrativas de la Corte Suprema al ámbito del Consejo de la Magistratura, órgano éste que, de aprobarse el proyecto, será el encargado de fijar la política salarial, disponer la asignación de contratos y designar magistrados subrogantes", sostuvo.
Sin embargo, sorpresivamente, el oficialismo introdujo una serie de cambios al texto original sobre el Consejo de la Magistratura, que apuntan a restarle facultades presupuestarias y administrativas y devolvérselas a la Corte Suprema.
Las modificaciones obedecieron a un reclamo de la Junta de Presidentes de Cámaras Nacionales y Federales de todo el país que el presidente del máximo tribunal, Ricardo Lorenzetti, le acercó a la presidencia de Diputados.
Por eso, con el aval del ministro de Justicia, Julio Alak, y el secretario del área, Julián Álvarez, el Frente para la Victoria aceptó que sea la Corte -como cabeza del Poder Judicial- la encargada de administrar el presupuesto, la política salarial y los concursos del personal del órgano que designa y remueve jueces.
"El Consejo de la Magistratura -con su actual integración y mucho más con la futura- posee una estructura típicamente parlamentaria alejada de la agilidad y celeridad que requiere la tarea ejecutiva", alertaron desde el sector judicial. El nuevo texto indica que el Consejo de la Magistratura gozará de los recursos que le asignen la ley de Presupuesto y la ley de Administración Financiera. Los cambios tomaron por sorpresa a la oposición, que insistió con la "inconstitucionalidad" de esta iniciativa por la nueva composición del órgano, y cargaron contra la "politización" del Poder Judicial y el nuevo régimen de mayoría absoluta para la toma de decisiones. "Es un retroceso gravísimo en términos de independencia judicial", lamentó el presidente del bloque radical, Ricardo Gil Lavedra, quien negó que exista "equilibrio" con la nueva integración del Consejo.
Justamente, muchos se mostraron escépticos con los cambios sugeridos por el oficialismo. "Vaya a saber qué hay detrás de todo esto", dudó Liliana Parada (Unidad Popular). Más dura, Elisa Carrió (CC-ARI) denunció un "pacto" entre Ricardo Lorenzetti y la presidenta Cristina Fernández: "Le da el manejo del dinero, del presupuesto y del personal, aún más allá de lo que dice la Constitución. Ayer le sacaban todo y hoy le dan todo", lanzó.
El riojano Jorge Yoma le bajó el tono a la polémica y desestimó que exista tal acuerdo, aunque mantuvo su postura y firmó en soledad un dictamen de rechazo para cada proyecto, al opinar que "mantienen en su letra el sesgo autoritario e inconstitucional".
En tanto, el peronista disidente Gustavo Ferrari le respondió al ministro Alak y sostuvo que "el Poder Judicial es contramayoritario porque garantiza la igualdad ante la ley".
El macrista Pablo Tonelli dijo que "no es lógico que los jueces hagan campaña con un partido político" y que, del mismo modo, "los abogados van a responder a ese partido político, no a los abogados que supuestamente representan según la Constitución".
La oposición también rechazó el proyecto que crea tres nuevas cámaras de Casación en lo Contencioso Administrativo Federal, del Trabajo y la Seguridad Social y en lo Civil y Comercial.
Tampoco faltaron las críticas a las restricciones a las medidas cautelares. El proyecto dispone que un juez sólo podrá dictar una cautelar si es competente en la causa. Caso contrario, podrá tomar una medida unilateral sin escuchar al Estado cuando se encuentre comprometida la vida, la salud, el derecho alimentario o el medio ambiente, o también cuando el tema afecte a "sectores socialmente vulnerables".
Además, las medidas cautelares no podrán tener una vigencia superior a seis meses en el proceso ordinario, ni de tres meses en el proceso sumarísimo o de amparo, pero que se podrán extender por seis meses siempre que resulte "procesalmente indispensable". En tanto, el Estado no podrá interponer este recurso cuando se trate de conflictos laborales, los cuales se regirán por las leyes vigentes en la materia. (Especial)
Lorenzetti reenvió una carta de la Cámara de Casación a Cristina
El titular de la Cámara de Casación Penal, Gustavo Hornos, estimó que de concretarse la reforma judicial "se produciría una paralización del Poder Judicial de la Nación, con las negativas consecuencias que esta situación acarrearía, trasladándose a los ciudadanos". Los conceptos están insertos en la misiva que le envió al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti y que éste le hizo llegar a la jefa de Estado, Cristina Fernández, quien ante esta situación instruyó a los legisladores del FpV a realizar algunas modificaciones que contiene el proyecto original de reforma judicial enviado por el PE al Congreso. La carta marca diferencias respecto de la propuesta de modificación al sistema de selección de empleados. También cuestiona el probable traspaso de "las facultades tecnico-administrativas de la Corte Suprema al ámbito del Consejo de la Magistratura, órgano éste que, de aprobarse el proyecto, será el encargado de fijar la política salarial, disponer la asignación de contratos y designar magistrados subrogantes", sostuvo.
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