24 Abril 2013
GRAN CONVOCATORIA. Más de 1.000 docentes escucharon al arzobispo Zecca y al doctor García Pintos. LA GACETA / FOTOS DE DIEGO AR5AOZ
"Los educadores y los padres dicen que los chicos han cambiado mucho. 'Nosotros no éramos así', suelen decir. Esto desconcierta, y la conclusión es que es difícil educar a los chicos con el perfil que traen. Es algo que tenemos que cambiar. Pero ¿a quién modificamos? ¿a los chicos o a la escuela?", se pregunta el doctor en Psicología Claudio García Pintos. El experto mantuvo expectantes a unos 1.300 espectadores que se reunieron ayer en el IX Encuentro de Educadores Católicos, en el colegio Guillermina.
"¿Hay que cambiar la esencia de la educación? No. ¿Y lo que se espera de un educador? Tampoco. ¿La tiza y el pizarrón por una notebook? Si se puede, fantástico, pero no hace falta. Lo que hay que cambiar es la relación educando - educador. Venimos de una generación donde la relación docente - alumno es vertical. Y la actual tiende a relaciones horizontales. Ahí el educador se siente incómodo, se resiste a la horizontalidad porque tiene miedo de perder autoridad. Algunos, hasta temen que el alumno se acerque demasiado, más si es un adolescente", advierte el experto en Logoterapia y autor de una decena de libros.
Tras la conferencia del arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca, que presidió el encuentro, el doctor García Pintos se refirió a la necesidad de que los docentes también ayuden a los padres a comprender esa horizontalidad sin perder su rol.
"Muchas veces los padres se confunden, creen que establecer una relación horizontal con el hijo es comportarse como un amigo. No es así. El adolescente no necesita ni espera que el docente pierda autoridad ni que el padre sea amigo, lo que quiere es poder vincularse con ellos de otro modo. Desea poder hablar más, dialogar más, y discutir de otra manera", afirma el especialista invitado especialmente por el Consejo de Educación Católica (Consudec).
Factor de resistencia
"¿Quién se enriquece más en una relación de amistad? ¿Juan o Pedro? Los dos", se responde García Pintos. "El aprendizaje es un vínculo en el cual ambos se enriquecen, donde el docente también puede aprender algo del alumno. Y a veces cuesta dejar la tendencia vertical del 'yo sé y el alumno ignora'. Ese es el principal factor de resistencia", reconoce. Sin embargo, cuando el docente logra abrirse a la posibilidad de aprender del alumno está en busca de la verdad. "No sólo de la verdad académica sino también de la verdad personal", dice. "Cuando el alumno me exige que sea más creativo para explicarle, estoy descubriendo una verdad personal en mí, que es quizás la posibilidad de desarrollar la paciencia y la creatividad".
El lema del encuentro fue "en el Año de la Fe, una mirada puesta en nuestros niños y jóvenes". Al respecto, el titular del Consudec, Pablo Graffigna, resaltó la importancia de la formación del educador católico en su especificidad, en su rol de transmitir la cultura y, además, integrarla con la fe.
"¿Hay que cambiar la esencia de la educación? No. ¿Y lo que se espera de un educador? Tampoco. ¿La tiza y el pizarrón por una notebook? Si se puede, fantástico, pero no hace falta. Lo que hay que cambiar es la relación educando - educador. Venimos de una generación donde la relación docente - alumno es vertical. Y la actual tiende a relaciones horizontales. Ahí el educador se siente incómodo, se resiste a la horizontalidad porque tiene miedo de perder autoridad. Algunos, hasta temen que el alumno se acerque demasiado, más si es un adolescente", advierte el experto en Logoterapia y autor de una decena de libros.
Tras la conferencia del arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca, que presidió el encuentro, el doctor García Pintos se refirió a la necesidad de que los docentes también ayuden a los padres a comprender esa horizontalidad sin perder su rol.
"Muchas veces los padres se confunden, creen que establecer una relación horizontal con el hijo es comportarse como un amigo. No es así. El adolescente no necesita ni espera que el docente pierda autoridad ni que el padre sea amigo, lo que quiere es poder vincularse con ellos de otro modo. Desea poder hablar más, dialogar más, y discutir de otra manera", afirma el especialista invitado especialmente por el Consejo de Educación Católica (Consudec).
Factor de resistencia
"¿Quién se enriquece más en una relación de amistad? ¿Juan o Pedro? Los dos", se responde García Pintos. "El aprendizaje es un vínculo en el cual ambos se enriquecen, donde el docente también puede aprender algo del alumno. Y a veces cuesta dejar la tendencia vertical del 'yo sé y el alumno ignora'. Ese es el principal factor de resistencia", reconoce. Sin embargo, cuando el docente logra abrirse a la posibilidad de aprender del alumno está en busca de la verdad. "No sólo de la verdad académica sino también de la verdad personal", dice. "Cuando el alumno me exige que sea más creativo para explicarle, estoy descubriendo una verdad personal en mí, que es quizás la posibilidad de desarrollar la paciencia y la creatividad".
El lema del encuentro fue "en el Año de la Fe, una mirada puesta en nuestros niños y jóvenes". Al respecto, el titular del Consudec, Pablo Graffigna, resaltó la importancia de la formación del educador católico en su especificidad, en su rol de transmitir la cultura y, además, integrarla con la fe.
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